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¡Buena Bola! Después de un buen café....¿?

Buena Bola BéisbolMi amiga Paca: tus últimas líneas son como de cocodrilos sin dientes, lo cual ha hecho que algunos de los “foristas” pro matanceros se hayan quitado de tu lista; no se puede salir con tanta fanfarrea y luego deschavarse ante el primer obstáculo. Hay uno de tus lectores que llega a escribirte: con amigos como tú no hace falta enemigos —lo cual puede traducirse como “no me defiendas, comadre”. Conforme creo que el pitcheo de Pinar está mucho mejor, no solo porque es más profundo, sino porque ha llegado mejor a los dos juegos (en caso de que vayamos a un séptimo), a pesar de que Urquiola se contagió con Víctor Mesa y trajo un gran desfile de jugadores y lanzadores. Creo que esa estrategia de VM32 (como lo sintetizas) de poner a la mayoría de los lanzadores en cada partido, termina por volver locos a sus mismos lanzadores, y al cuarto o quinto juego ya los rivales se los conocen a todos de memoria. Como te digo eso, no creo que Matanzas ya perdió; igual que escribí de Pinar ante Industriales, en situación similar, lo que tiene que ganar el que llega debajo es 1 juego, a la vez que gana el 6to. la presión viene para los 2. Lo que quiero decir es que la tarea de los cocodrilos es ganar el de hoy, de lograrlo virarían el favoritismo, por ganar el 6to juego y por estar en su terreno; aunque para el juego 7 Pinar tiene a Yosvani Torres, que si bien no ha podido gar en la final, no creo que, de acuerdo a como ha estado esta temporada, incluso en los play off, se puede ir sin victorias en 3 ocasiones.

En cuanto al juego anterior, más emocionante no pudo ser, igual debo decir que no fue un buen juego de pelota; más bien fue un desastre, con 47 o 48 peloteros que salieron al terreno, algunos fuera de su posición, como 17 lanzadores, no pocos sin poder tirar un strike. También vimos buenas jugadas, pero igual, los directores cambiando jugadores y lanzadores a suerte y verdad, llegando a sinsentidos como el de traer a un emergente desconocido por Raúl González, excelente bateador y ni siquiera con características de jonronero, o sea, un bateador que sabe meterse en conteo, batear por las bandas y tocar. Increíble que Víctor haya traído del bullpen a uno que apenas ha jugado en la serie para que venga a hacer un toque de sacrificio, y para colmo (supongo que comido por la presión) falló y se dejó cantar el tercer strike.
Hizo una jugada también bastante excepcional, pasar a un bateador intencionalmente con dos outs y hombre en primera y segunda; llevando el gane del rival a tercera base. Sin embargo, a esa altura del juego, y ante la diferencia abismal de calidad de bateadores, la vi justificada (aunque por poco le sale mal, lo salvó un gran fildeo).

Todo esto, que llevó a que ya nadie sabía quién estaba en cada posición por los equipos, ni a quien le tocaba vetear, no le resta emoción a aquel juego, pero sí debe hacernos pensar, en que hace falta una serie nacional de la pelota cubana, con las fuerzas más concentradas. No basta esta estructura. Creo que hay que dejar esta serie, pero no como el techo del beisbol cubano, sino como un torneo previo a otro de cuatro equipos. Sobre esto volveré, partiendo de cuentas que saqué hace como 10 años, sobre la concentración de peloteros, necesarios para un buen torneo, en comparación con ligas como las Grandes de Estados Unidos, o la Liga Japonesa.

Entre los “foristas” (como sueles llamarlos, mi buena Paca), que escriben a razón de tu artículo, un lector que firma Blue, critica las Conferencias de Prensa y la actitud, ciertamente arrogante de Víctor Mesa, que habló en calidad de Presidente de la UPEC, evaluando esos encuentros con la prensa, alabando a los periodistas que estaban ese día porque no le hicieron preguntas incómodas y criticando —sin argumentos, claro— a los periodistas de otras veces, que les hacían preguntas improcedentes o desatinadas según su opinión; con especial desprecio hacia los estudiantes de periodismo. Por otra parte, —ya escribí de esto, y Blue lo remarca— me llama poderosamente la atención, como Víctor se achaca él mismo todo lo que sale bien, un autobombo desmedido y, lo que sale mal se lo sacude encima a los peloteros; que, ciertamente, le agradecen todos, y todo, invariablemente. No puedo concebir auténtico, natural, que ante cada pregunta de un periodista los peloteros matanceros hablen de su director. Si preguntan, por ejemplo: ¿te preparaste para dar ese jonrón? Contestan: Si, porque Víctor nos ha enseñado... Si preguntan: ¿qué sentiste cuando hiciste ese fildeo que salvó el juego? La contesta es: Debo darle las gracias a Víctor, el profe, que ha depositado su confianza en mí. No es que vea mal que los jugadores reconozcan y admiren el trabajo de su director, lo que no me resulta creíble, parece un acuerdo, no es posible que no haya un pelotero que no se equivoque, que se le olvida mentarlo.

Más allá de eso, ya escribí que me resultabas sospechosamente sorpresivo que esas conferencias aparezcan en el tercer juego de la final ¿por qué en ese momento y no desde el principio? Y la otra ¿por qué solo con los ganadores del partido? Opino que si es verdad que la mayoría de las veces los perdedores salen de mal humor y dan malas respuestas, incluso hasta con notable mala educación, irrespeto; pues lo que hay que eliminar no es la Conferencia sino las limitaciones de esos directores o colectivos. Eso denota una incultura de diálogo, un bajo nivel de civilidad, (ni siquiera cultural, se puede tener poco nivel instructivo y ser una persona amable, con una ética, con una educación y con un nivel de conversación capaz de expresar esos conocimientos que se supone tenga esos directivos y atletas sobre la labor que hacen). Vemos Conferencias de prensa en otros países, y deportes, donde los perdedores hacen una valoración de sdus errores con dignidad, con sabiduría, con sinceridad, sin ofuscarse ni ofender; y muchas veces son personas que menos nivel educativo que los que se supone tienen nuestros atletas.

Bueno, ojalá se llegue a un séptimo juego, ánimo Paca, guapea y no mandes tan temprano a Víctor Mesa de entrenador. Aunque no llegue a ganar ha hecho un gran papel con el beisbol en esa provincia; si bien creo que se ha pasado la temporada con la presión pregonada de que Matanzas era campeón este año. Al César lo que es del César, Matanzas hace 3 series no existía en la pelota cubana. Llegar y llevar a ese equipo al cuadro medallista durante tres años es una proeza, aun cuando métodos y hechos permitidos, hayan traído no pocos animadversiones. Guapea Paquita, que la cafetera está colando y creo que esta noche alguien se fumará un buen Habano.