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Natasha nunca quiso cambiarse el apellido

Copia de Copia de IMGPor Froilán González y Adys Cupull

Natasha Mella, hija del joven líder estudiantil y fundador del Primer Partido Comunista de Cuba, Julio Antonio Mella, falleció en Miami el 11 de febrero del 2014. La noticia la recibimos a través de nuestro amigo Héctor Ricardo García, con residencia en esa ciudad norteamericana.

A Natasha la conocimos a través de las investigaciones históricas sobre la vida de su padre. Nuestro libro "Hasta que llegue el tiempo", publicado por la Editora Política en 1999, le fue entregado por Martha Fernández Montes de Oca, maestra cubana, con quien nos envió cartas con su testimonio inédito, con aclaraciones sobre su vida.

En ese libro tratamos tanto la vida de Olivín Zaldívar, esposa de Mella y madre de Natasha, y la de ella misma. Natasha en una larga carta de 18 páginas nos confesó que desde que lo recibió no cesó de leerlo, no una vez, sino varias.

En la carta personal nos hizo anotaciones, aclaraciones, rectificaciones sobre aspectos de la historia, relacionada con ella y con su padre. Discrepó de un punto referido a las relaciones de Mella con Tina Modotti, en el cual nunca nos pusimos de acuerdo, porque le explicamos que nos ceñíamos estrictamente a la verdad histórica, pero comprendíamos las causas de sus opiniones contrarias.

Escribió que siempre pensó reencontrarse con su padre, tal vez en otra dimensión. La Cuarta Dimensión, afirmó, pero que el libro "Hasta que llegue el tiempo" fue el reencuentro con su padre. Que el apellido Mella nunca quiso cambiarlo y preferió enfrentar en Miami todos los problemas y peligros que eso significaba.

Siempre que podíamos la llamábamos desde otros lugares, porque ella no quería que lo hiciéramos desde La Habana, pues afirmaba que todas las comunicaciones eran monitoreadas y que la mafia de Miami era peor de lo que en Cuba decían y pensaban.

Le sugerimos visitar La Habana. Ella puso varias condiciones, entre éstas, no ser utilizada políticamente, ni manipulada y que no quería entrevistas ni divulgación en la prensa. Coordinamos con la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) para extender la invitación, lo cual se hizo. Cuando parecía estar todo listo para recibirla, puso nuevas condiciones, algunas inaceptables, y finalmente nos confesó que no vendría porque creía que no tendría fuerza y valor de volver a salir de Cuba.

No se lamentaba de haber tomado la decisión de dejar el país; pero sí de establecerse en Estados Unidos. Afirmó que debió ir para Alemania, donde pasó su juventud; para Noruega, donde acompañó a su madre en misiones diplomáticas; para México, donde nació; o para Argentina, patria a la cual se sentía pertenecer.

Con Martha Fernández Montes de Oca, envió fotos, cartas y documentos valiosos, que fueron incluidos en nuestros libros con el agradecimiento a ella, como justamente corresponde. Esas fotos fueron entregadas al Instituto de Historia y a los archivos de Juventud Rebelde. Algunas se han utilizado en documentales. Una exposición de esas fotos recorrió varias ciudades italianas y la llevamos al Pico Mella en la Sierra Maestra y entregamos a los archivos de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba.

Sus opiniones y señalamientos fueron investigados y los que se ajustaban a la verdad incluidos en nuestros libros: "Julio Antonio Mella, en medio del fuego. Un asesinato en México", publicado por Ediciones El Caballito, México 2002 y 2006 por la Editorial Abril en Cuba; "Así mi corazón. Apuntes biográficos sobre Julio Antonio Mella", Casa Editora Abril 2003; y "Julio Antonio Mella y México", publicado en Cuba por la Casa Editora Abril en 2008 y por Editora Alternativa Periodística S. A. de C.V. en México en el mismo año.

Natasha nos autorizó a revisar una maleta con documentos que dejó en la Embajada Argentina cuando partió definitivamente de Cuba. Después de las gestiones pertinente tuvimos la posibilidad de consultar dichos documentos.

La última visita de la compañera Martha Fernández a Natasha fue el 26 de julio del 2013. Muy emotiva, pero menos alegre, tenía 86 años de edad. La enfermera no quería que hablara con ella por el estado delicado de salud, pero cuando Natasha escuchó: " es Martha de Cuba", ordenó que la hicieran pasar. Narró Martha que conversaron de Mella, de Cuba, de nuestros libros y especialmente se refirió a "Hasta que llegue el tiempo", y se fotografiaron. Las últimas fotos llegaron con Martha. En ellas se observa la visible enfermedad.

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