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La fuerza emocional de El largo regreso de José

Banner para papeleta Feria del libroLa obra prima de Ernesto Escobar Soto, la novela El largo regreso de José, será presentada en la Feria del Libro este 20 de febrero, junto con otros textos de la colección del mencionado género de la Editorial Letras Cubanas.

Realidad y ficción se mezclan con la poesía para contribuir a la lectura seductora de la novela sobre las sangrientas guerras acaecidas en Cuba durante los siglos XVIII y XIX, desarrolladas en la hermosa geografía insular, teniendo en cuenta al ser humano con sus éxitos, fracasos, angustias, amores, intrigas y aspiraciones.

Es una novela de tremenda fuerza emocional, como expresa la crítica de la escritora Gina Picart: "Conmueve y arrebata, y es imposible no identificarse con los personajes, hacer bandos, tomar partido, sentir y sufrir (puede que hasta llorar un poquitín en algún momento). Siento esta novela como una compensación después de haber leído tanta literatura de palo, tan fría, sin nada que decir, tan sosa, tan aburrida, tan muerta (...) El largo regreso de José es una de las mejores novelas basadas en la historia de Cuba que yo haya leído."

El texto no se inscribe en literatura histórica y sin embargo salta a la vista el impecable rigor en el tratamiento al mencionado tema. Por eso no será desatinado decir que deviene en novela patriótica, reveladora del conocimiento acerca de la historia de la nación cubana y, en especial, del profundo fervor que el autor siente por su patria.

La sociedad criolla con sus costumbres, desaciertos y creaciones son plasmadas en la obra con gracia y fidelidad. Pues, tuvo a bien Escobar recrear imágenes y narraciones de aquellos tiempos de colonia a través de la investigación y de las evocaciones de los ancestros.

Se inicia El largo regreso de José con la toma de La Habana por los ingleses, 1762, cuando criollos y españoles se unieron en la defensa de la capital cubana frente a la bahía por donde desembarcarían los invasores, los llamados casacas rojas que darían origen a la entonces popular frase ¡llegó la hora de los mameyes! El autor termina la novela con el mismo paisaje marino del comienzo.

La Guerra de Independencia de 1868 sirve de escenario en otro momento de la fecunda imaginería del escritor, quien no omite exponer hechos aborrecibles, tanto de un bando como del otro, con poca o ninguna referencia en los libros de historia. El protagonismo corresponde a dos familias que se odian, los Castillo, dueños de una hacienda ganadera y los Montejo, propietarios de un ingenio. Ambas familias son exponentes de la gran fuerza emocional que tipifican los vaivenes de la existencia humana.

Son numerosos los personajes que intervienen en la etapa colonial con la amalgama de situaciones y vivencias que conlleva la vida de cada persona, sin estar ajena al entramado histórico, social y cultural de su tiempo.

De ahí, los retratos sicológicos de hacendados, esclavos, mayorales, rancheadores, guerrilleros, negros apalencados, guajiros, españoles militares o comerciantes, monjas, mendigos, damas de la sociedad, y locos entre otros más, descritos con sus quimeras, desdichas, problemas, envidias, ambiciones, venganzas, crueldades, nobleza y crecimiento espiritual.

En su largo regreso el propio José confiesa: "Llevamos dentro dos yo opuestos y entre ellos miles de variantes, vetas, matices. Posee una parte oculta y silenciosa con significados especiales solo para él, pero el apreciar esto no atenúa mi dolor. El hombre es él y no lo es. Nuestro interior escurridizo y cómplice, se modifica, se engaña a sí mismo, teje sombras a su alrededor, para nunca descubrirse tal cual es, aunque de seguro nadie puede huir de sí mismo. No bastan largos años para conocerlo todo y revelar respuestas, ni tan siquiera para comprenderse como ser humano. Todos viven en esa natural y necesaria dualidad, pero yo lo sufrí de manera mucho más terrible: una vida en dos mitades. Soy yo, encerrado en mi mundo, quien se pregunta, dónde se encuentra la verdad de las cosas; lo aparente y lo real se mezclan, todo ha sido hecho para confundirnos. ¿Ha tenido algún sentido mi existencia? Necesito una explicación. Ni siquiera sé, si es mío lo que he vivido en esta extraña dualidad, en ese imaginario entre lo mítico y lo real."

Cuánta verdad delirante contiene tal reflexión, ampliada y fortificada por la siguiente: "Creo entender la tragedia del hombre y la condena que tal vez, para su desgracia, lo acompañará siempre: ser al mismo tiempo infame y sorprendente; egoísta y ambicioso, oportunista, intolerante e inconcebiblemente mezquino, malvado y cruel; infinito en su simplicidad y pureza y sentido de la justicia, en su misericordia y arrepentimiento. Es en esta contradicción perpetua y repetida en donde ha radicado la esencia humana. Puede crear un paraíso universal y en cambio por su sordidez y avaricia implanta, a sangre y fuego, un infierno con fronteras y trincheras de países, razas, religiones, culturas, heredades, feudos y mil diferencias."

Al decir en el habla popular del cubano, es una novela que se las trae. Durante muchos años fue macerado con paciencia y condimentado con pasión El largo regreso de José por su autor, Licenciado en Derecho Ernesto Escobar Soto, y aunque nacido en La Habana debió trabajar largos años en la región oriental. Es por ello que su obra fue inspirada en varias regiones de la Isla. En especial ubicó los sucesos más relevantes en la capital cubana y en las proximidades de la ciudad de Bayamo.

(Tomado de Cubarte)