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El cierre del Gobierno federal y la atadura colonial de Puerto Rico

Por Rafael Santiago Medina

La atadura colonial de Puerto Rico a Estados Unidos ahora tiene un nuevo elemento estresante para los puertorriqueños. Además del fracaso económico que denota en Puerto Rico el colonialismo, el país enfrenta ahora el cierre del Gobierno federal, debido a un tranque entre Republicanos y Demócratas sobre el proyecto presupuestario de Estados Unidos para el próximo año fiscal y el Obamacare.

Se han cerrado oficinas del Gobierno federal en Puerto Rico y se disminuirán grandemente servicios de los cuales se ha creado una fuerte dependencia en territorio puertorriqueño por nuestra relación colonial con Estados Unidos. Empleados federales dejarán de devengar sus salarios mientras permanezca el cierre fáctico del Gobierno federal.

Oficinas y servicios tales como Seguro Social, Corte federal de Quiebras, Inmigración, trámite de pasaportes del Departamento de Estado, parques y monumentos en Puerto Rico bajo protección federal como el Morro, el Fuerte San Cristóbal y el Yunque, evaluación y desembolso de dinero para programas de investigación de enfermedades y protección ambiental, la aprobación de solicitudes de ayudas de la Administración de Pequeños Negocios y el desembolso de préstamos para viviendas de familias de bajos ingresos serían oficinas, lugares y servicios que cierran sus puertas o se ven interrumpidos en Puerto Rico.

Todo apunta a que es hora ya de que los puertorriqueños empiecen a darse cuenta que el colonialismo es un mal negocio para Puerto Rico. Según estimados de economistas puertorriqueños, entre transferencia de fondos federales, programas asistenciales, Seguro Social, Veteranos, Seguro por Desempleo y pensiones del sistema federal, Puerto Rico recibió el pasado año la suma de $13,800 millones. Empero, las empresas estadounidenses y el Gobierno federal de Estados Unidos se llevaron por concepto de importaciones, ganancias de capital y fletes generados a través de las leyes de cabotaje la friolera de $58,100 millones. Es decir, Estados Unidos se lleva una ganancia de $44,300 millones al año del sistema colonial de Puerto Rico.

Por otro lado, y como bien refleja un reportaje del periodista José A. Delgado, de El Nuevo Día, el sistema colonial de Puerto Rico está en una franca quiebra. Las proyecciones del Censo federal son que la población de Puerto Rico descenderá a 2.3 millones en 2050. Retrocederíamos al mismo número de habitantes que había en 1950. El descenso poblacional es continuo. Hace 10 años, la población de Puerto Rico era de 3.8 millones. Hoy, es de sólo 3.51 millones, si excluimos a los extranjeros. En total, habitamos este pequeño archipiélago unos 3.67 millones de habitantes. A ese ritmo, la proyección es que, tan cercano como dentro de 12 años, la población puertorriqueña se reducirá a 3.38 millones.

Ese fenómeno demográfico dice mucho del fracaso del sistema colonial en Puerto Rico. Los emigrantes de origen boricua en Estados Unidos sumaban en 2012 la friolera de 4.97 millones. Cuando una diáspora es mayor que los habitantes del país de su procedencia, entonces ese país enfrenta un proceso de desintegración nacional. Puerto Rico tiene 1.5 millones de habitantes menos que su diáspora en Estados Unidos, la cual creció un 35%, según el artículo del periodista Delgado.

Como bien se indica en este reportaje de Delgado, un país que va despoblándose a paso acelerado y cuya participación laboral es una de las más bajas del mundo (39%) encara un grave reto: su población joven emigra y la nación va envejeciendo demográficamente, sin que el Gobierno haya tomado las previsiones para ello. Su población de 60 años o más puede estar rondando en estos momentos el 22%. Si elevamos la edad de ese sector demográfico a los de 65 años o más, en 2012 era el 15.6% de la población. De 2000 a 2012, el aumento de las personas de 65 años de edad o más incrementó en un 36.1%, según Mario Marazzi, director del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico.

Y, ahora, para colmo, el golpe por carambola de este cierre del Gobierno federal por una disputa presupuestaria en Washington sobre la cual Puerto Rico no tiene absolutamente nada que ver. Todo esto demuestra que la brújula política de Puerto Rico no puede seguir apuntando exclusivamente hacia Washington, apuntan no ya pocos puertorriqueños que ven con aprensión la situación por la que atraviesa el país.

(Tomado de Claridad)