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Instalados cajeros automáticos en todas las cabeceras de provincia

EL BANCO CENTRAL RESPONDE OPINIONES DE LECTORES DE CUBADEBATE

A estas alturas, 16 años después de su irrupción en Cuba, nadie se atreve a negar los beneficios e influencias de los cajeros automáticos en la vida cotidiana.

El servicio, promovido por el Banco Central de Cuba (BCC), respondió a la intención de proveer diligencia y seguridad a muchas gestiones exigidas en la sociedad, y aunque no se hace un mal balance de la experiencia, sí suscita la mayoría de las quejas cuando del trabajo en las instituciones bancarias se trata.

¿Tienen corrección a corto o mediano plazo los defectos de esta prestación? es la pregunta primera de millares de usuarios, esperanzados como están por aprovecharlo en su estado óptimo, perfecto si fuera posible.

Alberto Javier Quiñones Betancourt, ingeniero en telecomunicaciones y director general de servicios informáticos del BCC desde 2010, tiene el timón de los cajeros automáticos a partir de 2007, y nos recibe como pocos ejecutivos o empresarios. Esto es, sin protocolos simulados, dispuesto a responder con transparencia un cuestionario, más que elaborado por nosotros, concebido a partir de decenas de comentarios suscritos por los foristas a propósito del texto Los cajeros de Pandora y otros publicados en Cubadebate.

Alberto Javier Quiñones Betancourt. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.

Alberto Javier Quiñones Betancourt. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.

Y antes de escuchar siquiera nuestra primera interrogante, de manera directa, tajante, dice “No, el servicio de cajeros automáticos no es bueno, carece de la calidad que exigimos, pretendemos y necesitan nuestros clientes”, con lo cual se inicia una entrevista que discurre sin tensiones.

¿Cuál es el estado actual de los cajeros automáticos?

El servicio comenzó en 1997 con cajeros de procedencia francesa y luego, en 2004, se adquirió un lote de China, que es la tecnología con la que trabajamos actualmente, aunque se utilizaron otras también y los problemas en la adquisición de piezas de repuesto dificultaron en los comienzos las labores de reparación.

Ahora estamos en un momento técnico inmejorable. Contamos con 475 distribuidos en todas las provincias del país, de ellos 322 en La Habana.

A principios de 2011 comenzó un proceso de actualización tecnológica que debe concluir en los últimos meses de 2013.

Este año hemos adquirido más de 200 equipos, que servirán para potenciar el servicio en la capital, una de nuestras prioridades en este instante.

¿Solo se cambiarán los más obsoletos y dañados en La Habana o ese proceso comprende cambios en otras provincias y el crecimiento en territorios donde aún no hay?

Aunque aquí en La Habana todavía tenemos lugares con alta demanda de cajeros, primero nos propusimos tratar de cambiar la tecnología con más años de explotación. No obstante, la capital crecerá en unos 100 equipos más.

También es realidad la presencia del servicio en todas las cabeceras de provincias y en municipios como Mariel, San Antonio de los Baños, Cárdenas, Trinidad, Morón, Puerto Padre, Moa y Manzanillo, lo cual fue posible culminar con la inversión realizada este año.

¿De qué depende la ralentización o rapidez de este crecimiento?

El equipamiento ya se encuentra en el país. Pero no basta con disponer del equipo, hace falta también localizar y adecuar los lugares idóneos para colocarlos, en dependencia de las concentraciones poblacionales, la ubicación geográfica, la distribución ya existente de cajeros y otros detalles, como son los urbanísticos y de seguridad.

No estoy hablando solo de locales correspondientes a sucursales de BANDEC, BPA, del Banco Metropolitano o de CADECA, sino de la instalación de cajeros desplazados, aquellos que están fuera de las oficinas bancarias, incluso en lugares apartados de las zonas concurridas y para las que se necesita el apoyo de empresas sin las cuales el servicio es inoperante, como ETECSA, la Empresa Eléctrica, Planificación Física y SEPSA, con las que han mejorado las relaciones de trabajo y se debe seguir sistematizando acciones con el objetivo de optimizar los procesos de puesta en servicio de los equipos.

¿En el aspecto técnico, cuáles son las principales diferencias ahora, con la situación de los primeros años?

Lo más importante es que las piezas de repuesto para todos están en el país y ya se buscan en China las necesarias para comenzar 2014, es decir que el mantenimiento y la reparación están garantizados, no obstante debemos trabajar duro para disminuir el tiempo de solución al problema.

Por otra parte, los cajeros tienen respaldo (en casos de fallo del fluido eléctrico) para más de cinco horas efectivas, lo que protege el equipo, disminuye los reportes y gastos por asistencia técnica, y ayuda a no interrumpir el servicio durante largos períodos de tiempo.

También disponen de cámaras que protegen a los usuarios de posibles fraudes o robos de identidades, además de contar con un aditamento que impide visualizar las contraseñas o datos introducidos por los clientes en el sistema a través del teclado.

Dicho así, es superior el soporte tecnológico (“Sí, esa es una de nuestras fortalezas”). Sin embargo, los clientes se quejan una y otra vez de disfunciones como la falta de efectivo, retrasos en los pagos y la disponibilidad de billetes de una sola denominación. ¿Cuál es la causa de más quejas que satisfacciones?

Leímos con detenimiento los comentarios al artículo publicado por Cubadebate y algunos, por desconocimiento, nos culpan de una situación que escapa de nuestro control: si las empresas no depositan el dinero en las cuentas con puntualidad, son ellas y no nosotros las responsables por las demoras en los pagos a los trabajadores.

Es absolutamente así, solo somos un sistema mediante el cual el cliente puede extraer total o parcialmente su salario, cuando lo desee, a partir de la fecha establecida para esto. Nuestra responsabilidad es garantizar que el parque tecnológico esté disponible para realizar las operaciones, lo cual no se ha comportado con la eficiencia requerida.

¿Y cuando no se pueden hacer extracciones durante los fines de semanas o días festivos, de quién es la responsabilidad?

Es responsabilidad de cada sucursal a cargo del cajero. Todas tienen establecido un plan de contingencia para esas fechas, y deben garantizar el abasto de efectivo. En caso contrario, estarían incumpliendo una obligación.

La doble moneda es un problema. Otro aspecto que incide es que tenemos que utilizar los dispensarios para CUC y CUP, y tenerlos abastecidos como debe ser es más complicado, porque en una gaveta caben 2 000 billetes de cada denominación. Dependiendo del lugar donde está ubicado y la demanda de efectivo, debe valorarse qué denominaciones situar para tenerlo con las dos monedas.

No obstante eso, no hay problemas con el efectivo y, por tanto, los cajeros deben estar disponibles siempre.

¿Entonces, qué influye más en ese funcionamiento, digamos irregular, denunciado por los clientes?

Hay varios motivos, algunos por fallas en nuestro trabajo, en sucursales puntuales, que analizamos e intentamos controlar lo más pronto posible. También existen problemas técnicos que se deben solucionar en el menor tiempo posible y por supuesto que exista estabilidad en la electricidad y en la línea de transmisión de datos.

Otro es que los cajeros son maltratados por los usuarios. Se han encontrado tarjetas de hoteles, hasta latas dentro de los equipos y se cometen muchos hechos vandálicos.

Además, sin que parezca una acusación o evasión de responsabilidad, quiero aclarar, uno: no se conocen las verdaderas ventajas de la tarjeta magnética; y, dos: es contraproducente que muchos organismos emitan el pago de salario en fechas concentradas a principios de mes.

Estas últimas son dos causas muy importantes que conspiran contra la estabilidad, durabilidad y calidad del servicio.

¿Puede ser más explícito?

Sí, claro. Comienzo por la segunda que mencioné.

Entre los días cuatro y seis se hace el pago a los jubilados. Y entre el ocho y 12 se realizan los pagos de salarios. Estamos hablando de muchísimas personas, el número de jubilados es alto, como se sabe; y entre los que cobran están los sectores de salud y educación, que cuentan con un elevado número de trabajadores. Mayor es el problema si se solapan estas dos fechas, como ocurrió este mes de agosto, que se alcanzó el mayor número de operaciones en un día en la historia de los cajeros automáticos en Cuba.

La demanda de efectivo en esas fechas se triplica y cuadriplica, comparada con otros momentos del mes. Esto, por supuesto, fuerza el trabajo de los cajeros en ese período, aumenta las roturas y crea fallos en el sistema (automatizado completamente) que afectan al servicio.

¿Se impone revisar, por tanto, las fechas de pago de muchas empresas?

Sí. Es algo complicado, lo sabemos, y si se hace debe ser paulatino, sin afectar al trabajador. Es necesario en las circunstancias actuales. Ya hemos conversado con algunas direcciones, pero no hemos avanzado mucho en ese sentido.

¿Y en cuanto a la tarjeta?

Lo principal es que, además de tener la cuenta como una especie de pequeño ahorro, sirve para otras operaciones. Muchos saben que se puede pagar el teléfono y la electricidad, por el servicio de banca telefónica. Pero no conocen, por ejemplo, que desde el primero de julio de 2012 se puede comprar en las TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisa) mediante la tarjeta magnética, al cambio oficial establecido en las CADECA, o que se puede convertir de CUP en CUC en los propios cajeros automáticos, o que se puede transferir dinero de una tarjeta a otra.

Acudiendo a las TRD se desahoga la aglomeración de las personas en el cajero y el sobreuso de los equipos, se facilitan las gestiones de los clientes, que muchas veces extraen dinero para hacer una acción que pueden ejecutar directamente. Se trabaja también con otras empresas para que puedan incorporar en sus oficinas comerciales los Terminales de Puntos de Venta (los llamados POS) y así cobrar los productos o servicios con el uso de la tarjeta magnética y no con el efectivo como se hace hoy en todos los casos.

Esto último es un aspecto muy importante y que requiere la comprensión de estas empresas para avanzar más aceleradamente, pues diversifica las opciones que podrán tener los tarjetahabientes.

Tarjeta magnética. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.

Tarjeta magnética. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.

¿Acaso no es necesaria una mejor publicidad del alcance de la tarjeta magnética?

Ya lo hemos analizado y determinamos que debemos hacer un mayor y mejor trabajo de comunicación para dar a conocer todas sus ventajas.

¿Cuántas se han emitido en el país?

Han sido emitidas cerca de un millón 600 mil tarjetas, de ellas 1.2 en La Habana.

¿Por qué no se emiten más?

Ahora el objetivo no es emitir más, sino lograr la eficiencia requerida en la red de cajeros automáticos y poder contar con la capacidad instalada que responda a las necesidades de los clientes actuales.

La respuesta eficiente de este servicio, la incorporación de los POS en las unidades comerciales y la extensión de los servicios que hoy se brindan por la banca telefónica, así como la generalización de esta última a todo el país, garantizaran la emisión de nuevas tarjetas magnéticas.

Todos estos aspectos, haciendo énfasis en solidificar el servicio en La Habana, son los principales objetivos para el futuro inmediato.