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Notas a la primera edición del libro de Julio García Luis: Revolución, socialismo y periodismo

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Julio García Luis conversa con Fidel en el V Congreso de la UPEP, en 1986. Foto: Cardona

Julio García Luis conversa con Fidel en una de las sesiones del V Congreso de la UPEC, en 1986. Foto: Cardona.

Este libro va a tener otras ediciones, no tengo la menor duda, y por eso me atrevo a sugerir tal título para las breves notas que abren Revolución, socialismo y periodismo: La prensa y los periodistas cubanos ante el siglo XXI, de Julio García Luis. La razón es estricta: la obra se levanta sobre una monumental investigación con la que él se graduó como Doctor en Ciencias de la Comunicación en 2004, y desde entonces no hay en la Academia quien investigue la prensa cubana del último medio siglo sin pasar primero por la “Tesis de Julio”, donde ya está dicho todo o casi todo lo que hay que saber como punto de partida.

Si el doctorado de Julio dejó al periodismo cubano el lujo de una indagación académica en la que cabe nuestro complejo universo profesional en la Revolución, este libro revisado por él poco antes del infarto que lo mató en enero de 2012, recupera además el desdeñado acento del periodista cubano y su dignidad, renueva y vigoriza las opiniones morales y políticas que nos angustian, y vuelve como reportero para situarnos ante el horizonte científico y social de una profesión sin la cual no se pueden levantar puentes hacia una idea de futuro.

En un contexto a veces ganado por lo que Ernesto Sábato llamaba “la tecnolatría”, en el que se desdibujan los referentes doctrinales y en el que impera la acumulación de saberes desordenados, Julio ayuda a marcar pautas, fijar ideas, discernir entre la verdad y la mentira, romper vana, donde los estudiantes lo bautizaron “El Dequi”, versión del cargo que ostentaba –Decano–, filtrado por profundos afectos.

En realidad, no es difícil dar fe de la excepcionalidad de su inteligencia y de su carácter. Tengo anotadas en una vieja libreta escolar apuntes de nuestro primer encuentro: “El periodismo no es un circo para exhibirse, ni un tribunal para juzgar, ni un solar, ni un puesto para ineptos o vacilantes, sino un instrumento de información, una herramienta para pensar, para crear, para ayudar al ser humano en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”. Esta conversación ocurrió una tarde de septiembre de 1988, cuando mi compañera de estudios Grissel Pérez y yo tocamos la puerta del despacho del entonces Presidente de la UPEC, para pedirle que fuera el tutor del Trabajo de Diploma con el que nos licenciamos un año más tarde en la entonces Facultad de Periodismo. El tema era el ejercicio de la polémica en la Isla, una tradición hacía rato extinguida, pero vivíamos tiempos de Rectificación de Errores y de distancia crítica de la Glásnost, de no pocas confusiones y esperanzadoras reformulaciones de la prensa cubana. Con el atrevimiento de los 20 años –y gracias a que Grissel ha sido siempre mucho menos tímida que yo–, lo emboscamos en la casona de 23 e I. Fue el comienzo de una amistad y los primeros pasos hacia el descubrimiento de su grandeza.

Julio fue nuestro tutor en el sentido íntegro de la palabra. Compartió sus notas personales, sus libros y hasta la única computadora de la sede de la UPEC. Cuando todos se marchaban a las cinco de la tarde, la IBM a la que había que incrustarle un floppy antediluviano de 8 pulgadas y que en ese momento nos parecía la octava maravilla del planeta, estuvo a nuestra disposición para ir digitalizando las cuartillas que escribíamos a mano. Muchas veces, al terminar el trabajo del día después de dos o tres horas batallando con la computadora, Julio ocupaba el puesto: revisaba nuestros añadidos en pantalla o armaba sus fichas de Martí, pues en ese momento leía de modo ordenado las Obras Completas para hacer un registro exhaustivo de las ideas martianas sobre prensa y periodismo.  A él no fue la primera persona que le escuchamos decir que el periodismo era un sacerdocio, una aventura de la palabra y un deber moral, pero él lo cumplía entonces y lo cumplió de manera inobjetable hasta el último minuto de su vida.

El doctor periodista, el “Dequi” de los estudiantes que fuimos o que somos, el esposo de Nadia y el padre de Laura y Beatriz, el ser humano que hizo de la ética del deber una ética de lo cotidiano, dejó como testamento en este libro la certidumbre del periodismo como servicio colectivo, espacio de dignidad y lugar para comprender al otro. Se trata de una obra mayúscula escrita para ser entendida por todos y para, entre todos, encontrar remedios a los graves problemas de la prensa en Cuba, que tienen explicaciones históricas y soluciones que no pueden seguir siendo postergadas.

Sin embargo, cuando lean estas páginas no olviden el hecho quizás más importante: se reconoce aquí un modelo de comunicación pública para Cuba, una teoría original de lo que podría ser la prensa en el socialismo, y un paradigma de periodista. Julio García Luis, por tanto, no es cualquier patrimonio en el horizonte del IX Congreso de la UPEC, que publica la primera edición de Revolución, socialismo y periodismo. Julio es un patrimonio precioso: el nuestro.

*Notas a la Primera Edición, La Habana, 2 de julio de 2013

(Tomado de La pupila insomne)

Se han publicado 7 comentarios



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  • Tábano dijo:

    NO TENGO LA MENOR DUDA DEL VALOR DIDACTICO PEDAGOGICO, POLITICO E IDEOLOGICO DEL LIBRO, ESPERO PODER OBTENERLO EN CUANTO LO EDITEN, SIN EMBARGO A LA LUZ DE LOS ACONTECIMIENTOS Y DE LOS TEMAS TRATADOS EN EL CONGRESO, QUE HAN TRASCENDIDO, PORQUE CASI FUE A "PUERTA CERRADA" CREO QUE ESE TEXTO DEBIAN REGALARLO Y HACERLE UN EXAMEN A UNOS CUANTOS FUNCIONARIOS QUE QUIZAS LO NECESITEN MUCHO MAS QUE LOS PERIODISTAS JOVENES.

  • RoloVC dijo:

    Ese texto nos vendria muy bien a todos no solo a los periodistas sino a los que influyen con su actuar en la opinion publica en el servicio colectivo como el le llama, yo soy abogado y le confieso que me gustaria obtenerlo aunque sea digital, mi correo es rolando@vc.hidro.cu, al que me lo envie le prometo leermelo y enviarle mi opinion con mi agradecimiento por supuesto

  • RoloVC dijo:

    Que lastima Rosa Maria no tengo su correo pero me gustaria para hacerle llegar mi opinion, Ud escribe y a mi megusta escribir, la admiro

  • RoloVC dijo:

    Rectifico me gusta leer

  • ErnestoWY dijo:

    Rosa Miriam Elizalde tuve la oportunidad de ver ahora por la TV su ponencia en el Congreso de la UPEC y quiero decirle que su tesis me parecio fantastica, me senti identificado un 100% con las ideas ahi expresadas...yo soy un firme defensor de la elaboracion de la Ley de Prensa y de la eliminacion del tutelaje directo del Buro Politico del PCC a la prensa, pues creo que ustedes nuestros periodistas tienen la madurez y profesionalidad suficiente para trabajar por si mismos sin imposiciones externas, siempre con el respeto de la Ley, que debe contener los principios rectores que esten acorde con la realidad y dinamica de la sociedad cubana toda

  • Gisela dijo:

    Yo soy abogado y en la década del 80 tambien acudí a Julio que en aquel entonces trabajaba en el Comité Ejecutivo. Mi madre le comentó el trabajo que etsaba pensando y le pidió que fuera a verlo. Acudí de no muy buena gana porque hasta el momento ninguna puerta se habia abierto para dejarnos acceder al tema del Codigo de Conducta de las transnacionales y pensé que poco iba a ayudarme un periodista. Qué equivocada estaba! No solo me dio clases magistrales en su oficina, todo un lujo, sino que me facilitó materiales y apuntes sobre los orígenes y lo debates en torno al código que hicieron posible un capítulo completo de mi tesis además de revisarme el borrador completo para corregir la redacción. Imagine cual no seria mi sorpresa al tener aquella cantidad de información al alcance de la mano de la persona que menos imaginaba. Despues, desde su cargo de Presidente de la UPEC o Decano de la Fac de Periodismo, siempre fue la misma persona sencilla y asequible para entregar desde el primer minuto todo su saber. Me alegro mucho de esta publicación de Rosa Miriam, que supongo sea muy oportuna, escrita por una de las mejores profesionales de estos tiempos.

  • IHO dijo:

    Saludos: me gustó mucho la ponencia presentada por Rosa Míriam. Pude verla en la madrugada de hoy cuando la transmitían en la Mesa Redonda y me gustaría leerla detenidamente y consultar los gráficos y datos presentados. ¿Por qué no publicar la ponencia como aparece la de Raúl Garcés, extraordinariamente interesante?

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Rosa Miriam Elizalde

Rosa Miriam Elizalde

Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y Vicepresidenta de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros "Antes de que se me olvide", "Jineteros en La Habana" y "Chávez Nuestro", entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo "Juan Gualberto Gómez" y el Premio Nacional "José Martí", por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.

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