Strike 3: Los Gallos están en pie (+ Fotos)

Se oían solo murmullos. Apenas se hablaba de pelota aquí. Al menos no como lo hace el cubano, presumiendo, presagiando, criticando… y vociferando. Tres derrotas en el Victoria de Girón descorazonaron a los espirituanos. Incluso algunos querían el éxito de Matanzas hoy viernes, no más tarde. Eso sí, a cambio del triunfo de Villa Clara en la final.

Los tintes sombríos y gemebundos de la historia reciente del béisbol en esta tierra causan tamaña desidia.

Mas las noticias amables siempre son bienvenidas y la mitad más uno de los aglomerados en el José Antonio Huelga se emocionó, se esperanzó con el 15x7, imposible en apariencias, categórico en realidad, bueno para forzar el séptimo desafío.

Con desventaja global 2-3, ausente Frederich Cepeda y ahora también sin Jorge Jhonson (por el padecimiento de una hija), conocida la anemia ofensiva en el duelo, esta ciudad encomendó su sueño a una apertura sólida de Ismel Jiménez, el as de la rotación.

Tanto así que el equipo y la afición lo recibieron como al Mesías, le azuzaron como a un héroe de comic cuando terminó de calentar y anduvo el camino del bullpen al banco de tercera. Ismel, empero, no fue el que querían. Cansado, desconcertado por fallos de su defensa, tenso e incómodo sobre el box pareció y el DT —la ofensiva matancera— lo mandó a las duchas. Era el segundo acto y la pizarra alumbraba un 0x3 adverso a la altura del segundo acto.

Ahí mismo creció la desilusión. La poca fe que trajeron los espirituanos al estadio comenzó a extinguirse aunque el primer inning de Yoel Suárez, el abridor visitante, lo mostró vulnerable y dejó entrever que el de hoy no sería un juego de pitcheo y estrategias. La última palabra la tendrían los maderos.

Llegó la segunda oportunidad ofensiva y los Gallos, esta vez sí, salieron esquilados, sin crestas, barbas y orejetas, sin plumas, listos para triunfar o morir en el intento.

Eriel Sánchez pegó hit y entonces sucedió de todo. O casi. Por un error y un pelotazo se llenaron las bases, dos imparables de los Gourriel, Yunieski y Lourdes, más una línea de Ramos empataron el score y sacaron del box a Suárez. Después Yunier Mendoza impulsó la cuarta con otra línea de sacrificio y a seguidas Yunior Paumier, versus el primer lanzamiento de Ciro Silvino Licea, puso la Mizuno 200 detrás de las bardas, cerca de la pizarra que iluminó el 6x3 favorable al home club en dos capítulos.

Fue el punto de inflexión. Los Gallos siguieron a por más y los Cocodrilos se convirtieron en meros espectadores durante muchos pasajes.

Sobrevino el primer cero a la ofensiva yumurina, ya con Noelvis Hernández arriba de la loma de los martirios y, en la parte baja de ese tercer capítulo, un calco del episodio anterior desequilibró las hostilidades. Disparó cuadrangular Eriel en el inicio y desfilaron todos los bateadores hasta que el propio receptor cerró el primer tercio con ventaja local de 11x3.

Es anecdótico el resto, aunque no para echar en el olvido.

Los tres errores de Yurisbel Gracial completaron la friolera de ocho en los últimos dos partidos para la defensa de Matanzas. Víctor Mesa, su DT, se sosegó hasta bajar los brazos con sustituciones antes del medio juego, luego de empujar casi al árbitro principal en protesta por una jugada bien decretada en el home plate. Y las cuatro carreras visitantes en el séptimo inning que maquillaron el score y demoraron, aún más, el partido.

El ¡¡¡sacrificio!!! de Barroso, sin outs y con cuatro carreras de ventaja para Sancti Spíritus. La ofensiva de los peloteros ubicados del quinto al noveno bate que antes, en cinco juegos, solo habían impulsado uno de 30 corredores en posición anotadora (con destaque para Lourdes). Y la combatividad de los Gallos pese a las adversidades.

Aquí nadie creía en una remontada, ni los más furibundos seguidores de Sancti Spíritus —ellos menos que nadie. Ahora, sin embargo, se ha vuelto a hablar de pelota como lo hacen los cubanos, presumiendo,
presagiando, criticando, vociferando…

Esto, vísperas del séptimo partido, de la última pelea, del combate a muerte.

Norge Luis Ruiz, Gallo él, y Jorge Alberto Martínez, Cocodrilo el diestro, se encaramarán en el box y conducirán a sus naves a la final o a la decepción. Esperemos a ver qué sucede.