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Strike 3: Marabú

El relevo de Ismel fue lo mejor por el bando cubano.

El relevo de Ismel fue lo mejor por el bando cubano.

Allá lejos, muy lejos, en Taichung, acabamos de perder 2x1 ante Taipei. Que no es motivo para la vergüenza, pero tampoco admite justificaciones del tipo "cambio horario", "clima" o "arbitraje". Simplemente, una vez más, perdimos. Y eso es todo.

Sin embargo, se trata de un tope, de manera que no se ha perdido la batalla. La batalla real -el Austerlitz o el Waterloo de Víctor Mesa- será dentro de varios meses, a comienzos de marzo, en el fragor del Clásico Mundial.

Ello, empero, no resta interés a la derrota versus la selección nacional taipeyana, ante la que el team Cuba fue 'más de lo mismo'. Esto es, eficiencia monticular, sobriedad defensiva y lamentable incapacidad con el madero.

Insisto: ceder ante Taipei no es humillante. Sus peloteros son inferiores a los de Japón y Sudcorea, pero dominan a la perfección el ABC (y el DEF) del deporte.Varios tienen talento -como ese robusto lanzador cuya recta rebasó las 94 millas-, y varios tienen, también, mañas, representadas en la soberana habilidad del catcher para "halar" los envíos dudosos.

Pero, a decir verdad, fastidia esta derrota. El manager rival ensayó con cuanto pitcher tenía en el bullpen, y nos recetó una seguidilla heterogénea en la que hubo diestros y siniestros, lentos y veloces, con rompientes de más y menos arco. Y todos dominaron, hasta el punto de anotarse nueve ponches. A uno por entrada. Como en la serie de fogueo contra México.

En vano persiguieron los bates cubanos las curvas y sliders. Y muy poco acertaron también sobre las bolas rápidas, que inclusive Cepeda atacaba de modo tardío y fallido. ¿Hay cansancio en las filas? El sentido común dice que sí, que no tiene sentido prepararse con tanta intensidad faltando tanto para el Clásico. Pero los técnicos alegan que no hay agotamiento, y reclaman un voto de confianza.

(Personalmente, llevo años pensando que al equipo se le sobreentrena en lo físico, pero apenas se le trabaja en el orden sicológico).

Lo cierto es que da la impresión de que no hay fuerza. El jonrón (casi) ha hecho mutis por el foro -el grupo apenas lleva tres en once juegos-, y pareciera que la filosofía del asiatic way ha operado una revolución aciaga en la mentalidad de algunos jugadores. Dicho rápido y claro: está bien que apelemos al toque, al hit and run y al robo, pero nunca debemos olvidar que el jonrón es el ángel salvador de la pelota.

Otro detalle que preocupa: el nuevo fallo de Yadier Pedroso en su rol de abridor. Ahora mismo, el (único) cinchete de la escuadra vive horas muy bajas, lo suficiente para que bateadores que apenas podrían sacar los brazos con su recta, se gasten el alarde de conectar hacia su mano y con dureza.

No obstante, mis peores inquietudes apuntan hacia la alineación. Lo primero: en una novena que produce poco, no pueden regalarse tantos outs. Así, o entre los titulares sobran Pestano y Arruebarruena, o sobra cuando menos uno de los dos. La diferencia es que al Grillo puede suplirlo Manduley, pero en ausencia de Alarcón, Pestano queda sin reemplazo.

Lo otro: Yuliesky y Cepeda son fijos indiscutibles, pero discriminan demasiado en turnos ofensivos que requieren de swines constantes. Y José Dariel Abreu, el toletero más temible del país, no puede seguir fuera de la medular del line up. Y Rusney Castillo, por lo que batea y por lo que corre, se me antoja mejor primer bate que Heredia. Y Alexei Bell no debiera continuar en el dugout.

El ensayo primario ante Taipei dejó estas y otras apreciaciones. Como la impericia para la ejecución del corrido y bateo contra serpentineros de calibre. O como el hábito de 'esperar' más de la cuenta en el home plate. Viejas y malas hierbas que ningún cuerpo técnico, por muy ducho que sea, puede cortar de un solo golpe de tijeras.