El Gallego ha sido lapidario. Su "se nos va el béisbol" ha dejado aturdido al buenazo de Liborio, que no se concibe sin las vibraciones del estadio y el griterío de los jonrones. Pero al fin deja el mutismo con esa tos nerviosa a la que siempre acude para esquivar los malos ratos.
-La concreta, mi ecobio, es que hay que buscar salidas que no 'maten' al jugador ni al público, y que sirvan pa' levantar el techo ese de que tanto se habla. Y por eso hace falta estimular más al pelotero, que es algo de lo que diiiiicen que se habló en la reunión del otro día con la prensa. Eso lo aplaudo yo con las manos y los pies. Y también eso otro de premiar al campeón con un torneo 'afuera'. Ya tú ves, esas ideas me parecen... ¿cómo decirlo?... estelarísimas. Porque a veces hay que ser juez y parte en los asuntos...
-Hombre, si ya lo decía mi padre: eso está claro como el agua del Guadalquivir. Lo que pasa es que cualquier decisión que se tome siempre va a tener críticos y defensores. Y eso, a decir verdad, es lo mejor del béisbol, que da para que los fanáticos siempre tengan algo para discutir.
-¿Cómo tú y yo?
-Como tú y yo, sí, así mismo.
-Pero compadre, no es que uno quiera estar siempre en contra de todo... Si mira tú, hace un momento te dije que me parecen estelares algunas ideas que se manejan por ahí. Yo estoy de acuerdo incluso con que suban un poco el precio de la entrada a los estadios. Pero por ejemplo, a ver, dime si tú no crees que ahora, con eso de eliminar a ocho equipos al cabo de 45 juegos, no se nos van a estancar esos peloteros que se quedan fuera... Esos no van a hacerse nunca, seguro, seguro... Y dime si podemos seguir jugando siempre de día, y exigiéndole mucha disciplina al pelotero y muy poca exactitud a los ampayas... No sé, dime algo de esas cosas...
-En parte tienes razón. O en toda, qué carajo, lo que pasa es que a uno le gusta tenerte con la rienda corta para que no te desboques. Pero sí, hay detalles que van a trabajar en contra nuestra con esta estructura. Digamos, ya no habrá campeón en occidente ni en oriente, ni será justo el pareo de home club y visitador, y el mantener los dieciséis equipos nos obligará a seguir viendo abridores de baja calidad...
-Muy baja...
-Sí, bajísima. Pero es lo que hay. Lo que yo tengo muy pero muy claro, es que queríamos un cambio, lo pedimos a gritos en las cuatro esquinas, y ya nos lo dieron. Que nos guste o no, es otra cosa. Pero convencido estoy de que aunque se hiciera de otro modo, tampoco iba a ser apoyado por unanimidad. Porque así es el béisbol, mi amigo Liborio.
-Eso lo dice un conformista, le espeta Liborio mientras bota el cabo de tabaco. A mí nadie me va a convencer de algunas cosas que no tenían que ser...
-Pero, hombre, que no es conformismo. Se trata de verlo sin apasionamiento...
-La 'bola' es un problema de pasión...
-Pero no su diseño, mi amigo. El que viene no es óptimo, pero tampoco lo era el anterior. Ya te diré yo cuando hagamos un campeonato de pocos equipos...
-Eso no va a ser nunca, porque somos caprichosos y nos aferramos mucho...
-Tal vez sí, tal vez no. Lo seguro es que ahora me voy a la bodega, que la vieja me mata si no llevo los jabones...
-Ta' bien, Gallego. Dame la mano y vete pal carajo, que total, contigo no se puede hablar de pelota. Lo tuyo es el fútbol...
Patricio sonríe y le extiende una mano que Liborio aprieta con todas las fuerzas que quedan en sus 87 años. "Nos vemos, mi hermano". "Acuérdate que hoy ponen El Conde de Montecristo por el 6". ¿No me digas? ¿Hoy mismo?". "Sí, a las 11". "Menos mal, ya sé que tengo algo para ver en la noche. Y dicho sea de paso, Patricio, ¿por qué ya nunca ponen aquellos oestes que hacía Gary Cooper?".