Honduras bailó en la Habana (+ Fotos)

Durante toda la semana se había generado gran expectación y llegado el día miles de aficionados asistieron al Estadio Nacional Pedro Marrero para disfrutar de la tercera fecha de las eliminatorias mundialistas Brasil 2014. La fiesta en el graderío comenzó temprano y justificándose del agobiante calor muchos aprovecharon para degustar algunas bebidas refrescantes.

Entre cantos y vítores salieron los protagonistas del espectáculo por el túnel de vestuarios. Gritos de Honduras, Honduras y olé, olé, olé animaron el comienzo del partido. Cuba comenzó impetuosa y la presión en todos los sectores obligaba a los hondureños a jugar en su mitad defensiva. Pero nuevamente las imprecisiones de los nacionales en los pases cuando intentaban comenzar a organizar el ataque propiciaron que el equipo rival se adueñara de la pelota y manejara los tiempos de juego.

Honduras mostró sus intenciones desde bien temprano cuando el volante de contención Wilson Palacios sacó un disparo de larga distancia que se fue por encima de la meta de Odisnel Cooper. Cuba intentó responder con sus armas cuando Joel Colomé realizó un cambio de banda que encontró solo a Ruslán Batista por la izquierda. El granmense intentó buscar la meta de Noel Valladares pero la defensa adivinó sus intenciones y desvió la esférica a córner. Los primeros instantes develaron las estrategias de ambos conjuntos. Mientras la visita apostaba por la tenencia del balón y el desborde por las bandas, Cuba se mostraba abiertamente al contragolpe.

Así pasada la fracción 20 los cubanos mostraron su mejor cara en estas eliminatorias. El lateral izquierdo Jorge Luis Corrales se asoció con Marcel Hernández para llegar a la línea de fondo. En centro del 3 estuvo cerca de entrar pero la presión de la Maynor Figueroa evitó una buena definición de Yaudel Lahera. La acción despertó a los seguidores de la roja que por instantes le ganaron el pulso a la hinchada catracha.

Sin embargo el juego hondureño por los laterales empezaba a poner en aprietos a la defensa cubana. El mal marcaje en mitad de cancha y el pobre estado físico de los cubanos comenzaba a dejar espacios para los experimentados jugadores de la bicolor. Un disparo lejano de Joel Colomé fue el último intento de Cuba en una primera parte donde se vio poco de Marcel Hernández. Sobre el 7 recae todo el peso ofensivo del plantel pero nuevamente su inestabilidad se hizo presente en la grama.

Con una Cuba desorganizada y sin ideas, Honduras se fue a buscar el encuentro y encontró su premio en el minuto 36. Un centro desde la izquierda fue bajado de cabeza por Georgie Welcome para que Jerry Bengtson batiera a Cooper con un fuerte disparo. El tanto desató la algarabía y el olé, olé, olé retumbó en el Marrero. Cuba no despertó con el gol y los blancos siguieron a los suyo, mover la pelota por todo el campo y buscar los huecos en una defensa totalmente estática. Los minutos finales de la primera parte mostraron un equipo cubano desordenado y sin deseos de llevar peligro a la meta de Valladares. La falta de proyección ofensiva y el hambre de triunfo imperaban en el once nacional. La imagen de jugadores rojos caminando por el terreno alarmó a algunos de los presentes en el estadio.

El seleccionador nacional tenía mucho que cambiar para la segunda mitad si pretendía no salir goleado del partido. Sin embargo, los futbolistas cubanos regresaron a la cancha sin mucha motivación y el complementario comenzó según había terminado el primer período. Honduras maneja el esférico y Cuba deambulaba por el campo. La entrada de Jaine Colomé inyectó algo de energía al conjunto que poco a poco empezó a tocar la pelota. Una apertura hacia la derecha de Jaine terminó en un centro de su hermano Joel al centro del área donde Lahera no pudo conectar hacia la meta.

Cuba disfrutaba de sus mejores compases en el desafío. Con Jaine en la medular los locales lograron recuperar balones en mitad de cancha y preocupar a la defensa hondureña. Una pérdida de balón en una transición de juego derivó en una falta de Jaine al lanzarse al suelo en busca de la pelota. La distancia no hacia esperar un disparo directo pero Cooper tapó su primer palo con 5 hombres.

Inexplicablemente, segundo después el meta estaba recogiendo el balón de las redes. Nadie sabe por donde pasó la pelota pero el segundo gol blanco subió al marcador obra del defensor Víctor Bernarde.

Con lo visto hace ese momento el encuentro estaba definido pero con el poco orgullo que les quedaba los locales intentaron salvar la honra y se fueron arriba. Algunos pases entre líneas, aperturas por banda y un tímido remate de cabeza fue todo lo que pudo hacer el equipo de Chande. Honduras metió el partido en el congelador y dejó pasar los minutos como si pensaran ya en el partido del próximo martes en San Pedro Sula.

El desorden de las huestes cubanas y los espacios existentes por el desespero de conseguir un gol permitieron a los catrachos redondear la goleada. En el último minuto de juego Marvin Chávez encontró a toda la defensa adelantada y tras una carrera de 50 metros venció a Cooper con un disparo raso. El baile de Chávez en la banda y la cara larga de los cubanos fue la muestra fehaciente de un gran fracaso.

El descalabro nacional se hizo oficial minutos después cuando durante la conferencia de prensa el DT cubano Alexander González declaró que cumplirían con los partidos restantes por una cuestión de rigor pero que no albergaban mayor esperanza que la de prepararse para la Copa Digicel. La aspiración ahora es foguear a los jugadores para conseguir la clasificación a la Copa de Oro, una meta más asequible para el fútbol cubano, señaló Chande.

Las palabras del estratega cerraron el ciclo de la selección en estas eliminatorias y suman una página más al expediente de las desilusiones de la afición cubana. El camino al éxito es largo y las angustias se acrecientan con cada derrota. Para tener derecho a exigir algo es necesario ofrecer garantías y los futbolistas cubanos tienen esa deuda eterna con sus parciales. No se puede pedir más apoyo de los aficionados y mayor seguimiento mediático cuando se sale a la cancha a caminar y a mirar cómo el contrario hace fútbol. Las cosas hay que ganárselas y seguro que cuando lleguen las victorias la afición sabrá reconocer el hecho.

Por lo pronto los cubanos se encuentran en su hotel de concentración desde donde partirán este domingo a San Pedro Sula para medirse a los catrachos. No se esperan cambios en el conjunto por lo que en la expedición a Honduras deben estar los mismos jugadores. Habrá que ver cómo salen los discípulos de Chande a disputar el encuentro pero lo más lógico sería que tomen el orgullo como bandera y se despidan con honor de la competencia.