En definitiva, el 56 kg Yasmani Romero terminó cuarto en la pool B de las pesas olímpicas. Hizo justo lo que se esperaba. Inscrito con un total de 257 kg, en la jornada matutina de hoy, levantó un kilo más.
El cómputo de Romero fue de 112 kg en el arranque y 146 en el envión. Y no decepcionó, porque era, dentro del equipo cubano, el de menos posibilidades. Con 23 años -lo habíamos predicho-, Londres le sirvió más que todo de fogueo, de escuela, de aprendizaje, o como queramos llamarle.
De cualquier manera, la noticia la ha dado Chol Om Yun, un coreano democrático que, o fue muy subestimado por los organizadores, o de la noche a la mañana se ha superado -valga el adverbio- olímpicamente.
El hombre, con 168 kg, registró record olímpico en el envión para totalizar junto con los 125 del arranque, unos impresionantes 293, cifra que se antoja casi inalcanzable para buena parte de los inscritos en el grupo principal, que entrará en actividad en horas de la tarde.
Muy probablemente, el norcoreano se agenciará una presea. Por lo pronto, le ha insuflado una agradable presión a la competencia. Su acumulado, cual fantasma, estará rondando la plataforma.