Cubadebate

En honor a la verdad, luego de que los arqueros coreanos Kim Bubmin, Im Dong-Hyun y Oh Jin-Hyek establecieran plusmarca universal con 2087 unidades, superando en 18 rayas la anterior cota por colectivos, muy pocos pensaron que hoy se les escaparía la corona olímpica de Londres 2012 en la discusión de las medallas por equipo, título que habían ganado consecutivamente desde Sydney´00 hasta Beijing´08.Pero el panorama mundial del tiro con arco es mucho más que Corea del Sur. Naciones como Estados Unidos, Italia, China, México y algunas individualidades de Francia, Ucrania, Taipei de China y Japón, también resaltan por su madurez competitiva y excelencia en los resultados.

Los italianos, por ejemplo, aunque tal vez muchos no lo recuerden, ganaron la medalla de plata en la lid por equipos en Beijing hace cuatro años, resultado que llegaron dispuestos a mejorar en Londres... y lo hicieron.

Michele Frangilli, Marco Galiazzo y Mauro Nespoli, trío con sobrada experiencia de cara a las dianas, flecharon el oro en la capital británica, no sin antes sudar frío en una final definida por 219-218.

Muy poco margen de error existía frente a Estados Unidos, ranqueados primeros en el escalafón mundial de la mano del prestigioso coach coreano Kisik Lee, considerado por buena parte de los expertos como el mejor preparador del planeta, precursor de un método científico de entrenamiento.

Pero los transalpinos andaban embalados en busca de la corona bajo los cinco aros y en el epílogo, cuando solo les valía un disparo perfecto, el multilaureado de 36 años Frangili (plata en Sydney, bronce en Atlanta´96 y doble campeón mundial) arañó un diez en el límite. Una flecha de oro.

Por el bronce, los coreanos marcaron diferencias (224-219) ante México, consuelo que no se antoja suficiente para los asiáticos tras la derrota a manos de los norteños en semifinales (219-224).

Estupenda la actuación de los aztecas Luis Álvarez, Juan René Serrano y Luis Eduardo Vélez, quienes tumbaron en la lona a exigentes contrincantes como Malasia y Francia, siempre con altas puntuaciones.

Fue una competencia de altos quilates en sentido general, sin espacio para la mediocridad, con arqueros centrados en trabajar con rigor y exactitud en cada disparo, tendencia que debe mantenerse, tanto en la final por colectivos para damas, mañana, como en las eliminatorias individuales a partir del lunes.