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Strike 3: Con el spike izquierdo en Haarlem

beisbolCuba entró por la puerta del fondo a su aventura en la Semana Beisbolera de Haarlem, Holanda, al caer derrotada tres carreras por dos ante una selección de Puerto Rico muy limitada de renombre.

La tropa boricua comenzó impetuosa ante los envíos del estelar Yadier Pedroso, quien soportó prematuro jonrón por el jardín derecho del hombre proa Aldo Méndez.
Poco después, los de Víctor Mesa embasaron a par de corredores, pero el camarero Rudy Reyes conectó para doble matanza y se esfumó la posibilidad.

Los compatriotas del gran Carlos Beltrán ampliaron su ventaja en el cuarto gracias a un imparable impulsor de Jorge Kikito Jiménez, uno de los pocos jugadores de la plantilla que posee experiencia profesional en ligas Doble A.

Sin embargo, Cuba replicó de inmediato con doblete de Frederich Cepeda que encontró en las almohadas a Bell, por dead ball, y a Yuliesky Gourriel (base por bolas). Podía haber sido ese un inning grande, mas fallaron sucesivamente Despaigne, Abreu y Rudy.

Ismel Jiménez, que había sido el segundo abridor nacional en el reciente tope versus Estados Unidos, suplió a Pedroso en el montículo una vez que el artemiseño soportó hit de Yariel Soto abriendo el quinto episodio. Y, a decir verdad, el Gallo lo hizo de maravillas, pues colgó tres ceros con la mayor tranquilidad del mundo.

Pero quién sabe por qué, la dirección optó por mantenerlo en la lomita para la octava entrada -sobraban las opciones de recambio-, y Jiménez fue víctima de un indiscutible de Radamés Nazario que trajo la tercera y definitiva anotación del desafío. Entonces entró a trabajar Norberto González, más tarde (y también con acierto) lo hizo Pablo Millán Fernández, pero ya el daño estaba hecho.

Antes de eso, Cuba gozó de una oportunidad en el sexto, cuando Gourriel pegó hit y a seguidas Cepeda roleteó para double play. Y en el octavo tuvo otra aún mejor: tras los outs de los emergentes Guerrero y William Luis, Rusney se apuntó sencillo, robó la intermedia, y Bell alcanzó luego la inicial por transferencia. Sin embargo, el relevista Rabell Rivera dominó a Yuliesky en línea al torpedero, según consta en el sitio oficial del torneo.

Era el fin. La última ocasión de los cubanos se fue de one-two-three con rodados de Cepeda y Abreu, más ponche intercalado de Despaigne.

A la postre, las estadísticas dicen que la novena de la Mayor de las Antillas apenas rubricó cinco batazos a terreno de nadie (dos a la cuenta del ambidextro espirituano, y uno per cápita para Castillo, Yuliesky y Abreu). Además, dejó a cuatro corredores en el circuito, no pifió al campo y recibió tres ponchetes.

Nuevamente, las carencias ofensivas devinieron el peor enemigo del team Cuba, que lanzó para una calificación muy alta: tres limpias, doce dejados con la carabina al hombro y solo dos pasaportes gratis a primera.

Se impone, sin perder un minuto, introducir los cambios que reclama ese line up. Abreu tiene que recibir más responsabilidad en el ataque -ahora mismo es el tercer madero del país-, y Despaigne podría ceder espacio de manera momentánea a la entrada de Guillermo Heredia o el propio Guerrero, que entraría como designado.

Eso, obviamente, es un criterio personal y, por ende, discutible. Lo que no admite discrepancia alguna es que el equipo ha vuelto a lucir mal ante un rival menor, y pasado mañana deberá enfrentar el reto de Estados Unidos, una escuadra que ya le hizo tremenda resistencia en La Habana. (Dicho sea de paso, en el otro partido de la fecha inaugural, Japón batió 4-1 a Taipei de China).

De todos modos, nada está perdido, como sucede siempre en los eventos que disponen de cruces semifinalistas para determinar a los dos candidatos al trofeo. Aquí el asunto es quedar entre los cuatro mejores de la fase de todos contra todos para llegar después a dicha instancia, y eso Cuba lo va a conseguir seguramente. Mejor dicho, CASI seguramente.