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Con la derrota vuelve el escepticismo

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Ayer, mientras salía de las instalaciones del Estadio Nacional Pedro Marrero pensaba en lo que escribiría cuando pasara la lluvia de críticas a la selección nacional tras perder por la mínima ante Canadá en la apertura de la tercera fase de las eliminatorias mundialistas Brasil 2014. Cavilaba sobre la pertinencia hacer una crónica sobre lo acontecido esa calurosa tarde pero nuevamente los oportunistas, esos que quizás nunca hayan pisado una cancha de fútbol, aprovecharon el desliz para arremeter contra los futbolistas cubanos, contra los técnicos y por demás contra el deporte. No puedo pasar por alto la ofrenda y ahora optaré por apuntar algunos detalles significativos de la fecha.

Es verdad que se perdió. Sin embargo la frase de "jugamos como nunca y perdimos como siempre" no se ajusta a lo plasmado por los jugadores del patio sobre la grama del Marrero. Si bien no se marcaron goles y la defensa volvió a acusar de noble e infantil en algunas jugadas, el equipo logró controlar el balón y fue mejor que los norteños en la mayor parte del desafío. Nos falta ganar en profesionalidad y oficio pero tenemos la materia prima para formar un plantel competitivo, capaz de hacer frente a selecciones de mayor nivel. Hay que seguir trabajando en la definición de los jugadores de ataque de cara al arco rival y buscar alternativas para vulnerar defensas sobrias y cerradas como la que mostró Canadá. Se hace necesario conformar un buen banco, pues no se puede aspirar a la victoria sin buenas reservas, capaces de cambiarle la cara al partido con su ingreso al terreno de juego. Sin embargo, creo que la actitud fue positiva, solo falta mejorar la forma.

El sistema de juego empleado por el debutante seleccionador nacional Alexander González permitió que Cuba manejara las acciones del partido desde el comienzo con una media cancha comandada por Ariel Martínez, Alaín Cervantes y Marcel Hernández. El capitalino ilusionaba a los miles de aficionados en la grada con cada toque de balón. El choque tomaba matices diferentes cada vez que la esférica pasaba por sus botines pero el 7 se mostró inconsistente en algunos pasajes del encuentro y ayudó a que el combinado nacional cayera en el ritmo de juego de la visita.

La estrategia estaba planteada desde el silbatazo inicial. Cuba apostaría por la tenencia del balón, la amplitud de la cancha y los desbordes por los laterales, mientras los norteños se replegarían a mitad de cancha en espera de un error para buscar la valla defendida por Odisnel "el gato" Cooper.

El joven meta camagüeyano fue puesto a prueba bien temprano cuando Dwayne De Rosario se internó en el área y sacó un disparo raso y cruzado que iba rumbo a las redes pero el gato respondió acertadamente para mandar a corner la pelota. Cooper se mostró activo durante los 90 minutos y gracias a sus intervenciones el encuentro finalizó por la mínima. La meta cubana tiene un seguro en el sustituto de Odelín Molina que solo necesita seguir sumando minutos para adquirir la maestría necesaria en una posición longeva.

Con relación a la línea defensiva existían dudas en la alineación del marcador de punta derecho Aliannis Urgellés, en detrimento del prometedor Jorge Luis Corrales pero el colectivo técnico se decidió por la solidez defensiva y experiencia del guantanamero. Sin embargo, Urgellés estuvo inseguro en las salidas y una indecisión dentro del área a la hora de despejar el balón permitió la opción más clara para Canadá en el primer tiempo.
Solo la suerte, y quizás la vista del gato Cooper, permitió que el puntazo de De Rosario se estrellara en el larguero.

La primera mitad fue tranquila para la zaga cubana que más allá de los sobresaltos por algunos errores en las marcas y las pocas perdidas de balones en el vértice del área aguantaron el embate de la ofensiva canadiense.

El descanso intermedio fue lapidario para los marcadores cubanos que a la primera jugada complicada mostraron sus carencias tácticas. Parecía un ataque aislado pero, tras el centro al área de David Edgar, el ariete Oliver Occean le ganó en el pique a Reysander Fernández y batió por alto a Cooper.

Regresaban los viejos fantasmas al Marrero. Cuando mejor jugaba Cuba un error defensivo abría las puertas de gol al conjunto visitante. Con el desespero por encontrar la igualada la última línea se adelantó y el marcador pudo incrementarse en los contragolpes canadienses. Primero el capitán Yenier Márquez intentaría bajar un largo pelotazo de la defensa visitante pero su intento terminaría en las botas de un atacante norteño que exigió una gran estirada del meta antillano. Luego una desatención dentro del área dejaba a De Rosario solo ante Cooper. El delantero del DC United de la MLS norteamericana intentó nuevamente conseguir su gol pero enfrente estaba "el gato", quien logró desviar el curso de la pelota y mantener la esperanza del empate hasta las instancias conclusivas.

En sentido general el trabajo defensivo fue aceptable aunque es evidente la falta de concentración en los momentos cruciales. Continúan los problemas en las marcas y las salidas de juego. Como aspecto positivo la buena comunicación y el funcionamiento compacto de todos sus componentes.

La línea media funcionó bien hasta las inmediaciones del área contraria donde casi nunca apareció el pase final para exigir a Lars Hirschfeld. A la altura de la fracción 30 llegaría el primer disparo de rigor para Hirschfeld cuando Ariel Martínez logró pasar a dos defensores e intentó batir por alto al meta canadiense. Por desgracia la pelota fue desviada a corner y todo quedó en un gran suspiro. En lo adelante los mediocampistas cubanos se adaptarían al ritmo impuesto por Canadá y prefirieron la pausa y el toque en mitad de campo antes que el ritmo y la amplitud por las bandas. El oficio y la profesionalidad de los futbolistas canadienses marcaron el encuentro donde poco a poco se fue cayendo en el planteamiento impuesto por la visita.

Quizás la ausencia de Jaine Colomé afectó al once antillano. Colomé es un líder natural dentro del plantel y su aporte en labores defensivas y ofensivas es indudable. La lesión del volante capitalino propició la entrada a la alineación del guantanamero Alberto Gómez. Beto tuvo un partido discreto como acompañante de Marcel Hernández en el doble pivote, mientras Carlos Domingo contribuyó poco en ataque y perdió pelotas que pudieron costar goles. Su desempeño defensivo fue bueno pero debe participar más en las transiciones de juego.

Sin dudas los de mejor labor en el partido en esta franja fueron Alaín Cervantes y Ariel Martínez. El espirituano fue desequilibrante y mostró carácter, aunque debe mejorar en los pases. Cervantes volvió a ser incisivo y ambicioso. Cuando Ariel y Marcel se apagaron él tomó los galones del conjunto y tiro del carro en busca de la paridad. Su presencia siempre garantiza competitividad y ansias de victoria.

La posición más polémica dentro del fútbol cubano es la de delantero centro. Cuba adolece de un goleador desde hace unos años y el debut del artemiseño Dalaín "el gallego" Aira estaba marcado por la gran presión a la que estaría sumido el sucedáneo de Roberto Linares de cara a gol. El gallego pasó desapercibido casi todo el choque y solo tuvo protagonismo en acciones donde partió desde la banda. Se extrañaron en su juego los cambios de ritmo y los desmarques en busca de los espacios dejados por los defensores canadienses. A pesar de esto no se puede calificar como malo su debut. Quedan varios partidos para demostrar su valía y la confianza depositada en su persona por los técnicos.

Una nueva historia se vivirá en los próximos días cuando la selección nacional enfrente a Panamá. El precedente más cercano en el istmo recoge una victoria cubana de 3x0 pero meses después los canaleros visitarían La Habana y conseguirían tomar revancha. Veremos si nuestro equipo logra la hombrada y suma sus primeros 3 puntos de la eliminatoria ante un conjunto inspirado tras la derrota infringida a Honduras de visitante.

El Rommel Fernández será un mar rojo donde los cubanos deben evitar las desconcentración y aprovechar cualquier error panameño. De seguro el jugador número doce será protagonista en un desafío que puede mantener la esperanza de clasificación a la hexagonal o iniciar el camino a un nuevo fracaso de la selección cubana. Que la suerte y la fortuna estén con los nuestros. El reto es grande pero en el fútbol todo es posible.

De momento hay que quedarse con las buenas sensaciones dejadas por la selección en el debut y continuar apoyando a nuestros futbolistas. Es muy fácil criticar y arremeter cuando se pierde pero que hacemos nosotros para que esos jugadores sientan el calor del público o para que los contrarios sientan la presión de jugar en terreno ajeno. Debemos ganar en cultura futbolística y sentimiento nacionalista. Gane o pierda es nuestra selección y con severas críticas no resolveremos nada. El fútbol es el deporte más competitivo del mundo y mientras sigamos viéndolo como un simple juego, donde nuestros futbolistas apenas suman partidos de rigor, los resultados serán los mismos. Es hora de cambiar si queremos recuperar el terreno perdido.