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Strike 3: El este es un oeste

beisbol

Casi todos los tiros que le restan a la Serie Nacional, van a sonar en el oriente. Mientras a estas alturas reina la calma en el oeste -con un Pinar del Río jadeante que ha perdido la fe a favor de Sancti Spíritus-, por allá impera el vértigo y hay guerra.

No voy a insistir con respecto a la triste despedida del monarca en vigor. Por pura autoestima, lo que le queda a los vegueros es cumplir con decoro esta recta final, y nada más. Inspirada desde aquella barrida a costa de Industriales, la tropa espirituana ha puesto espuela y media en la postemporada, y podría garantizar el pasaporte en una confortable seguidilla que le pondrá delante a Camagüey, la Isla y Mayabeque.

A lo que iba. Cinco escuadras se juegan la vida por el este, y ninguna de ellas –ninguna- puede dar por segura su clasificación, pues el quinto lugar ancla apenas a tres pasos y medio del primero. Esto es, no hay sosiego.

La cima es de los subcampeones avileños, que de todas maneras no podrán recostarse al horcón de su exigua ventaja. Como para erizarse: el calendario les reserva, además de una subserie ante la decepcionante Artemisa, cuatro arduas pulseadas contra Las Tunas, Villa Clara, Pinar y Cienfuegos, estas tres últimas en calidad de visitantes.

Más tranquilas parecen las aguas que navegarán los naranjas. Metidos en una racha adversa, gozarán cuatro veces de los beneficios que concede lidiar en sus predios (versus Ciego, Artemisa, Holguín y Sancti Spíritus), y tan solo tendrán que dejar el Sandino para contender con el débil Mayabeque.

Y entonces llegamos a Las Tunas. Ah, Las Tunas, que hasta hace muy poco daba la impresión de que se comería el mundo, pero ha perdido siete de nueve salidas, con cinco resbalones ante la Isla y Metros. Anda mal el equipo, y le aguarda un camino tenebroso: recibirá a Santiago, y viajará hasta los cuarteles generales de Cienfuegos, Guantánamo, Ciego e Industriales. De Escila a Caribdis, más o menos.

El porvenir de Granma, así lo creo, se va a decidir entre martes y jueves. En dependencia de lo que hagan frente a Industriales, los Alazanes seguirán soñando o no con los play offs. Y digo esto porque luego de ese compromiso deberán acogerse al descanso forzoso que establece este schedule inefable. ¿Más tarde? Más tarde serán anfitriones de los Gallos y huéspedes de Holguín y de la Isla.

La historia termina en Santiago. Que ha levantado boga. Que no puede permitirse la deshonra de volver a morir tempranamente. Y que está ahí, rompiendo monte, como le corresponde hacerlo a un grande. En su casa caliente, el Guillermón, irá a por todas contra Holguín, Metros y Mayabeque. Y tomará la carretera para oponer sus armas a Las Tunas y Cienfuegos. Nada del otro jueves, digo yo.

¿Quién se va? ¿Quién se queda? Habría querido serlo, pero no soy adivino. Ahora bien, si prestamos oídos a la lógica, o patina Las Tunas, o Granma dice adiós.