Desde que hace unos tres años la recesión económica arreció en Europa y Estados Unidos, Argentina se ha convertido en un destino apetecido por quienes hacen las maletas para dejar un lugar donde "no hay trabajo" por uno con "más oportunidades". (Fuente: BBC Mundo)
Guillermo Tell
La corrientes migratorias comienzan a cambiar de rumbo, a juzgar por las señales que emite la recepción de viajeros procedentes de Europa y de Estados Unidos que buscan en Argentina, lo que han dejado de proporcionarles sus países de orígenes, envueltos en una feroz recesión económica, sin que se vislumbre alguna luz al final del túnel.
España en particular parece protagonizar una historia repetitiva y circular cuando retorna a la ilusión por América de siglos atrás, puesto que desde 2004 unos tres mil españoles se han instalado de manera permanente en la nación sudamericana, y en 2011 registraron con 700, la cifra anual más alta de quienes lo han hecho. También por primera vez en la antigua metrópoli europea se marchan más personas (507,740) que las que llegan (417,523). Y no es para menos si allí, mientras los desempleados sobrepasan ya los cinco millones, Argentina viene creciendo a un ritmo de 9% en los últimos años.
A las cifras de nuevos residentes reveladas por las autoridades migratorias argentinas, se añaden las de visitantes con visas turísticas que van y vienen, los pensionados estatales que se instalan para dejar atrás las penurias de sociedades donde el costo de la vida asciende de forma insoportable. Dos estadounidenses emigrantes, citados por la fuente informativa, emitieron sendos criterios elocuentes: 1.- "Acá el estándar de vida puede ser más bajo, pero la calidad de vida es mucho mejor" 2.- "Estaba cansado de la cultura estadounidense. La economía se adhirió al consumismo y eso alimentó el ego de la gente".