Por Darilys Reyes Sánchez
Lo confieso: nunca había conocido a un Grillo tan polémico como el cienfueguero Erisbel Arruebarruena. Desde su debut con los Elefantes verdinegros, hace ya tres temporadas, marcó la diferencia de juego en el campo corto (o hizo recordar a otros, diferentes por demás) para convertirse así en uno de esos peloteros que nunca pasarán inadvertidos para la afición beisbolera.
Pero fue su reciente inclusión en la novena cubana al Mundial de Panamá y a los Juegos Panamericanos de Guadalajara el catalizador de las porfías. La polémica es el mejor ingrediente del pasatiempo nacional y en su sazón cualquier argumento tiene cabida:
"Un torpedero batea para 280 de average, comete la mayor cantidad de errores (27) entre los de su posición (...) y hace el grado -reseñaron algunos medios. Otro, el más ofensivo de todos (343 de average) y con mejores números a la defensa (nueve errores), es enviado de regreso a casa". O de forma más directa: "Yorbis Borroto, el mejor torpedero de Cuba en las últimas series nacionales y torneos internacionales, fue excluido del equipo antillano (...) En su lugar el director Alfonso Urquiola seleccionó a Erisbel Arruebarruena".
"Todo eso me dio fuerzas para continuar -explica, ya en casa, el Grillo. Muchos decían que yo no podía ir solo y demostré lo contrario, porque no hay metas imposibles sino hombres incapaces.
"Pensaba integrar la selección -asegura. Los técnicos tenían mucha confianza depositada en mí y no los iba a defraudar. Me hice una promesa: si me recuperaba de la lesión (ruptura de miofibrillas en un muslo) antes de salir para Holanda, yo hacía el Cuba".
Los desacuerdos persistieron en el terreno de las comparaciones y, si bien alcanzaban las estadísticas antes expuestas, también se pasaron por alto (¿intencionalmente?) otras de importancia en el desempeño de ambos torpederos. E incluso las omisiones cobraron su espacio: ¿acaso no era determinante el rendimiento fuera de fronteras en busca de un lugar en la nómina?
En el Torneo de Ciudades Portuarias de Rótterdam el cienfueguero promedió 308 a la ofensiva, con un accionar al campo libre de pifias. No abrió como regular, mas conquistó la condición, situación inversa a la del avileño en el Challenge canadiense (ave 067, dos errores) quien terminó cediendo el puesto al camagüeyano Alexander Ayala (ave 583 e igual cantidad de fallas). Dichos numeritos no aparecieron en ningún artículo.
Sin embargo, en mi criterio, el short stop de los Tigres merecía un lugar en el conjunto criollo; pero una vez más sus parciales hicieron el tiro a la base equivocada: Yorbis Borroto quedó fuera por decisiones de directivos o funcionarios; la nominación de un tercer catcher; de un décimo pitcher o por la designación de un utility netamente ofensivo: nunca por la presencia de Arruebarruena en el team.
Ninguna de estas razones acalló apasionamientos y, como ya resulta habitual, demandaron para el Grillo exclusiones y penitencia por el gran pecado de la espectacularidad: "No es un riesgo: salgo a jugar como siempre lo hago", añadía Erisbel. Pero fue su relación con la prensa quien reavivó el avispero durante la cita mundialista. (Por suerte la modestia no hace equipo Cuba, pues ya tendríamos otro motivo para discusiones en el tema).
"Qué pasa: en La Habana, antes de dar a conocer a los integrantes de la selección, me hicieron unas preguntas que no me gustaron. No dije nada porque no estaba seguro todavía -explica el sureño. Pero cuando me confirmaron como el short titular, respondí como debía.
"Sabía que al llegar sería así -señala. Yo seguiré como hasta ahora: quien me pida una entrevista se la doy, sin problemas, nunca creyéndome cosas: el Cuba es un rato, tal vez un mes y luego todo sigue como siempre".
A estas alturas esgrimir fanatismos y llamarse a engaños tampoco funciona: quedan deficiencias por superar en la carrera de este muchacho, de apenas 21 años de edad, tanto en el aparte ofensivo como a la defensa. En el primero de ellos con más urgencia: un juego se gana con carreras y, sin importar cuán efectivo sea guante en mano, en el elenco grande solo permanecerá bateando.
"Después del Mundial de Panamá hice algunos ajustes; empecé bien, pero no terminé así (ave 282, dos errores). Eso me dio la posibilidad de estar después entre los primeros en los Juegos Panamericanos de Guadalajara (ave 445, líder por veces al bate junto a Rudy Reyes; un error según el sitio oficial del evento, tres por otras cuentas).
"Nunca lo preví: me salió -señala al respecto. Tampoco lo del jonrón con bases llenas en el estreno, era mi primera experiencia así en un torneo internacional".
Sorprendió también verlo abandonar a su ídolo de Series Nacionales en favor de otro, desconocido tal vez para muchos: "Con el número 71 tengo una gran trayectoria: lo tomé en mi primer Mundial Juvenil. Me recuerda cuando mi papá (Bárbaro Arruebarruena Sánchez, el Grillo) jugaba pelota. Todo lo que hago en el terreno es gracias a él.
"No lo pienso mantener en la Serie -comenta. Lo tiene mi primo (el lanzador Yasmany Fernández Arruebarruena), pero siempre que vaya a topes con el Cuba lo voy a tomar. Aun pudiendo escoger el 11, no lo haré.
"Por ahora me tomaré un descanso y esperaré al llamado para el equipo provincial, para hacer todo lo posible por mejorar el tercer lugar del campeonato anterior -concluye. Tenemos que ser los campeones este año, no hay de otra: es en esta Serie".