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Luis Posada Carriles, el terrorista mimado de la CIA

Luis Posada CarrilesHoy 6 de octubre recordamos el 35 aniversario del brutal acto terrorista que saboteó a un avión civil cubano en pleno vuelo en Barbados y que ocasionó la muerte a 73 personas, 57 de estas cubanas. Sus ejecutores materiales fueron dos mercenarios de origen venezolano contratados para el crimen y los gestores Orlando Bosch Ávila, que murió impune en Miami, el 27 de abril de 2011 y Luis Posada Carriles, mimado de la CIA, que vive protegido en Estados Unidos.

Posada fue agente pagado de la CIA desde el 15 de marzo de 1965, cuando se oficializó la colaboración que mantenía con esa agencia desde años antes. Fue bautizado como AMCLEVE/15, después sería llamado CIFENCE-4 y finalmente WKSCARLET-3, según el uso que le dieron.

Cumplió una breve misión en diciembre de 1964 en República Dominicana a bordo del barco Venus y en enero del año siguiente sus superiores en la agencia lo llamaron para realizar otras tareas. En junio de ese año, se le asignó colocar cargas explosivas contra barcos cubanos y soviéticos en el puerto mexicano de Veracruz. Los fondos para estos actos terroristas se canalizaron a través de Jorge Mas Canosa, amigo íntimo de Posada y condiscípulo de este en los entrenamientos recibidos por ambos en Fort Benning, Georgia hasta marzo de 1964, de donde los dos egresaron con el grado de segundos tenientes del Ejército norteamericano. Mas Canosa entonces era uno de los principales cabecillas de la organización subversiva Representación Cubana en el Exilio, RECE. Posada informó en detalles estos preparativos a sus jefes en la CIA, así se registra en varios documentos secretos desclasificados por esa agencia.

En 1967, la agencia lo destinó para reorganizar los cuerpos represivos en Venezuela, ante el auge de las acciones de grupos armados opuestos al gobierno de turno. Primero está en la Dirección General de la Policía, DIGEPOL y después en la Dirección de los Servicios Inteligencia y Prevención, donde llegó a ocupar elevados cargos y dirigir decenas de operativos que secuestraron, desaparecieron y asesinaron a mujeres y hombres venezolanos. Entonces era conocido como el temible Comisario Basilio.   Los registros históricos de desapariciones en Venezuela durante finales de la década de los sesenta elevan a más de mil los casos. Los restos mortales de muchas de estas víctimas no han podido ser encontrados.

El 18 de agosto de 1985  resultó exitoso su tercer intento de evadirse de la cárcel en Venezuela donde esperaba ser juzgado y condenado, de ahí sus protectores lo sumaron al proyecto agresivo que dirigía el teniente coronel Oliver North en la guerra sucia en Centroamérica y lo destinaron a la base aérea de Ilopango, en El Salvador, junto a otros terroristas de origen cubano, que actuaban allí al servicio de la CIA.

El 5 de octubre de 1986, hace casi veinticinco años, el mercenario norteamericano Euguene Hasenfus fue capturado después de ser derribado en Nicaragua el avión que pilotaba para abastecer de  pertrechos militares a la Contra en ese país, organizada, armada, entrenada y dirigida por asesores norteamericanos.

El abultado expediente de Posada en la CIA, refiere sus negocios con drogas, también en Centroamérica se dedicó a traficar. Hasenfus reveló que en su campamento había cubanos de Miami, mencionó entre otros a Ramón Medina, que no era otro que el criminal prófugo. El escándalo tomó proporciones que alcanzaron a varias autoridades norteamericanas y se descubrió el negocio ilícito de ventas de armas norteamericanas a Irán, cuyas utilidades se destinaban a financiar los intentos para derrocar a la Revolución sandinista en Nicaragua. Este hecho ha pasado a la historia como el escándalo Irán-Contras.

Por casi dos décadas Posada continuó sus fechorías en Centroamérica, vinculado a grupos paramilitares y escuadrones de la muerte en la región, fue fundador del grupo ultraderechista Movimiento de Solidaridad con Centroamérica, MOSCA. El gobierno de Honduras investigó a este terrorista por la colocación de bombas en las ciudades de Tegucigalpa, San Pedro Sula, y directamente contra el presidente Carlos Roberto Reina. Fraguó también un plan de atentado contra el presidente Fidel Castro Ruz en ocasión de asistir a la toma de posesión de Reina.

En Guatemala ejecutó varias acciones y se vinculó en actividades  de seguridad de la presidencia de Vinicio Cerezo Arévalo y en Costa Rica operó con el apoyo de los emigrados Miguel Merino Márquez y los hermanos Gustavo y Armando Lora Hernández.

En sus andanzas se vinculó al crimen organizado en los países de la región, participó en secuestros extorsivos, robos de autos y asesinatos por contrato, entre otros delitos y conoció a delincuentes disponibles al mejor postor. Así contactó a los mercenarios centroamericanos que contrató para que colocaran bombas en Cuba en 1997 en medio de la escalada terrorista orientada y financiada por Fundación Nacional Cubano Americana.

En ese mismo año se conjuró para asesinar al líder histórico de la Revolución cubana, durante la VII Cumbre de Presidentes de Iberoamérica en la isla Margarita, Venezuela. Después en noviembre de 2000 fue detenido en Panamá, cuando al frente de un comando terrorista planeó hacer estallar una poderosa carga explosiva en un acto de solidaridad en la Universidad panameña, que suponía asesinara al Mandatario cubano presente en el acto.

Tras un dilatado proceso fue juzgado y sentenciado en agosto de 2004 a benignas penas, que fueron impugnadas por la Fiscalía panameña. A los pocos días la entonces presidente de Panamá, Mireya Moscoso lo indultó junto a sus secuaces. Se refugió en Honduras con el apoyo de otros terroristas anticubanos allí residentes, quienes junto a otros radicados en Miami, prepararon su ingreso ilegal en Estados Unidos que se produjo en marzo de 2005.

Protegido por las autoridades norteamericanas durante dieciocho meses fue denunciado por Cuba, hasta que se reconoció que el terrorista estaba en su territorio. Para sorpresa de muchos Posada fue procesado no por su hoja criminal de toda su vida, sino  por mentir sobre la forma y la vía de ingresar a Estados Unidos. Tras un largo proceso judicial en abril de 2011, más de seis años después fue declarado inocente en una farsa en la cual la presión de la CIA tuvo un papel decisivo.

Este mimado de esa agencia vive hoy en Estados Unidos con total impunidad, sigue incitando a la violencia e involucrado en conjuras para cometer nuevos actos de terror.

Un día como hoy vale recordar una frase de Fidel expresada hace 35 años: "Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla".