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Prisa y su diario insignia El País no ponen una

el-pais-diario-portadaEvidentemente al grupo editorial español Prisa y a su diario insignia El País no les va nada bien desde hace algún tiempo. Digamos que no ponen una, y cada día son menos creíbles, además de que financieramente están endeudados hasta el cuello.

La "mala suerte" de Prisa no es cosa nueva, y a juicio de muchos obedece a su creciente falta de prestigio, motivada esencialmente por la política editorial mantenida por su principal empresa, el periódico El País, de jugar al mejor postor, manipular a sus lectores cotidianamente, y faltar a la objetividad en el periodismo.

Mientras el movimiento 15M de los Indignados en España ha sido censurado o tergiversado en las páginas de ese cotidiano, sus directivos insisten en una postura editorial agresiva hacia los países de Latinoamérica, especialmente aquellos denominados adversarios de Estados Unidos, y han apoyado cuanta guerra de rapiña ha protagonizado Washington y sus aliados en el mundo.

El más reciente capítulo de la "desgracia" de Prisa, ya más norteamericano que español luego que el consorcio Liberty se convirtió en el mayor accionista del emporio nacido en la nación ibérica, está en curso por estos días en Miami.

Informaciones procedentes de esa ciudad estadounidense de Florida, refirieron que el intento de aumentar la circulación del diario El Nuevo Herald, con la entrega gratuita de una copia de El País, ha resultado ser un fiasco.

Lejos de aumentar el número de suscriptores en Miami, el Nuevo Herald ha visto una disminución notable, o sea todo lo contrario, después de ponerse en práctica el maquiavélico proyecto conjunto con Prisa.

Según refieren las mismas informaciones, la empresa McClatchy, dueña de El Nuevo Herald, no sabe qué hacer con El País, y no descarta suspender la juntera de ambos diarios.

Mientras tanto, Prisa, con una deuda multimillonaria, continúa obligada a hacer recortes, y rumores en Madrid hablan de la posibilidad de que tenga que vender la emisora Cadena Ser, también propiedad de ese grupo editorial, y una de las más escuchadas en la nación ibérica.

Por cierto, recientemente Cadena Ser despidió, de ahora para luego y definitivamente, al periodista Carlos Carnicero, quien formó parte de su plantilla durante más de 25 años, y era reconocido uno de sus principales comunicadores, además de ser considerado un líder de opinión en España.

Los buenos tiempos parecen haber desaparecido para Prisa, un gigante editorial devenido hoy en un enano en el mundo de la prensa, aunque aun con tentáculos venenosos.