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Strike 3: Para gustos se han hecho los equipos

Norge Luis Vera, el ausente mayor

Norge Luis Vera, el ausente mayor

Hace ya varias horas publiqué la preselección nacional de pelota, y todavía me debato entre sentirme satisfecho o inconforme. Me gusta y no me gusta. Es como esas mujeres que, a primera vista, impactan y enamoran, pero luego les descubrimos una verruga cerca de la oreja, o la falta de un diente.

Me gusta, sobre todas las cosas, porque se ve que en ella está la mano de su manager, y eso no es habitual en este béisbol nuestro. Es visible que Urquiola pesó -para bien o para mal, pero pesó- en la conformación del grupo. Y eso vale una misa. ¡Bravo, Alfonso!

En cambio, no me gusta porque la esperaba menos concurrida, y desdeñó la posibilidad de un zurdo de poder en el dugout -caso Malleta-, y prescindió del talentoso Yenier Bello, y renunció a los relevistas naturales, y eliminó a Norge Luis Vera, a quien este cronista convoca aunque ande con muletas, como confiesa Jorge Fuentes cuando habla de Lázaro Vargas.

Es mi criterio, pero insisto, respeto a pie juntillas el de Urquiola. A fin de cuentas, él tiene las riendas y ha probado que sabe sostenerlas. Así que vale más obviar justificadas (o vacías) discrepancias, y centrarnos en los hombres escogidos para integrar las selecciones a la Copa del Mundo y los Panamericanos.

En la receptoría hay algo claro: Pestano está sembrado, y cuatro figuras batallan por la plaza restante. Habrá que ver, entonces, si los técnicos se inclinan por un sustituto de corte ofensivo -Alarcón o Quintana-, o prefieren quedarse con un catcher de mejores prestaciones tras el home, ya sea Frank Camilo o Yulexis La Rosa.

Mientras, el cuadro será testigo de una feroz pulseada por ocupar el campo corto. A todas luces nadie está allí seguro, ni siquiera Borroto, pues por algo en la preselección aparecen también Arruebarruena, Aledmis Díaz y Rudy Reyes.

(Ojo: Urquiola ha hecho énfasis en la versatilidad del pelotero, y eso podría abrirle puertas y ventanas a Aledmis y/o Rudy, que han jugado con frecuencia en otras posiciones del infield).

En cuanto a los jardines, Despaigne, Cepeda y Duvergel no encontrarán problemas para subir a la aeronave rumbo al istmo. Sin embargo, las otras dos plazas -supongo yo que sean dos- abrirán un abanico de posibilidades a los especialistas, máxime ahora que Céspedes y Puig no militan entre los aspirantes...

Me explico: de un lado están el brío y sangre joven de Rusney Castillo y Dariel Álvarez; del otro, la capacidad de Alexei Bell, jugador all around y probado; más allá, la experiencia de Yohandri Urgellés, el zurdo natural más bateador de esta pelota.

Queda el staff de lanzadores, superpoblado a mi entender. Dieciséis nombres lo integran, y ninguno de ellos es un apagafuegos en funciones. Lo fueron Vladimir, Lahera, Odrisamer, pero ya no. Todos y cada uno de los elegidos, cumplen rol de abridores en la Serie Nacional. Es decir, que la tan cacareada especialización en el sector sigue siendo quimera. Y el desestímulo hace olas entre los Ibarra, Socarrás, Sánchez Cuesta, Portal y compañía.

(Al parecer, el único relevista que gozó de oportunidades fue Alexander Rodríguez, pero el diestro del Guaso aún no está recuperado por completo de una tendinitis calcificada, según se informó).

Ahora queda esperar. El comienzo de la preparación es inminente -buena noticia, Víctor será uno de los asesores-, y luego los técnicos tendrán que hacer el corte definitivo para ajustarse a la exigencia del evento. Entonces volverán a calentarse las calderas del debate beisbolero.