Rosario, Argentina.- Ni la nube de cenizas que asedia los aeropuertos argentinos desde un volcán chileno, ni el frío lluvioso con que debuta el invierno por acá, impidieron la llegada de compañeros y amigos del Che a los festejos por su cumpleaños 83, el martes 14 de junio, primer día de la primera semana guevariana que, por una ordenanza (ley) municipal aprobada en estas mismas fechas de 2010, se celebrará cada año en la ciudad donde nació "el más universal de todos los rosarinos".
Aunque frio, el día del onomástico fue luminoso y bien intenso. A la mañana hubo el primer acto en el monumento al Che en la Plaza que lleva su nombre y muy cerca de donde un vetusto edificio de estilo clásico se prepara para alojar el Centro de Estudios Latinoamericanos Ernesto Guevara, que ya organiza y dirigirá Ramiro, el hermano más pequeño del guerrillero.
La Intendencia local, la embajada de Cuba y los organizadores del encuentro, colocaron sendas coronas de laurel al pie del hermoso monumento, hecho con llaves de cientos de miles de argentinos e instalado aquí en el 2008 -cuando el 80 cumpleaños- y también se develó una placa (ver foto) "en reconocimiento a su legado militante, su accionar político y su compromiso revolucionario."
El discurso del Intendente Miguel Lisfchitz, aunque breve, era toda una reivindicación para el héroe silenciado durante largos años en su tierra natal (hacer link a video). No solo lo definió como un personaje de la historia sino que dijo que era de esos que ayudan a abrir las puertas del futuro.
Invitado a hablar por esas mismas autoridades, el embajador de Cuba en Argentina, Jorge Lamadrid, destacó la coherencia de estos actos con el momento que vive el país y toda América Latina y llamó la atención sobre el 50 aniversario que también se cumple en 2011 del trascendental discurso que, en representación de Cuba revolucionaria, trajo el Che a la Conferencia de la OEA en Punta del Este, una confrontación directa a la Alianza para el Progreso que cobra nuevas dimensiones ante la reciente propuesta de Barack Obama, el nuevo administrador del imperio con su falsa "alianza de iguales".
El hecho, tan natural, era impensado hace poco más de una década. Guevaritas como Norberto Galeotti, organizador de estas celebraciones y presidente de CILCA, un centro que estudia y difunde acciones por la unidad y la integración de Nuestra América, recuerda que no fue hasta 1984 que se hizo algo por el aniversario del Che en esta ciudad y aunque solo se trataba de marcar la fecha en el pequeño apartamento donde nació, el lugar fue atacado con un petardo por los antiguevaristas que entonces eran más y eran poder.
Carlos (Calica) Ferrer, amigo de la infancia y compañero del segundo viaje del Che por América, lleva en su agenda la constancia del cambio de los tiempos. De cero lugar con el nombre del héroe argentino cubano hasta mediados de los 90 del siglo XX, hoy al menos siete escuelas públicas, cuatro museos e innumerables calles llevan su nombre en toda la geografía argentina.
Más aun. En los momentos en que redacto esta nota, en la sede del gobierno municipal, son declarados visitantes ilustres de Rosario, el General Harry Villegas (Pombo de la guerrilla boliviana) y el comandante Víctor Dreke (jefe de la guerrilla al mando del Che en el Congo), los mismos que anoche disertaron junto a Calica en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario, inundando de anécdotas tremendas el ambiente.
Casi hasta la medianoche llegaron las actividades que tienen como centro el Coloquio Internacional, espacio de reflexión que según los presentadores de la Universidad, busca acercarse al Che desde esa coherencia suya "que nos interpela y la singularidad de su pensamiento" para el presente y el futuro de la región.
Inauguró el evento reflexivo la periodista y escritora argentina Stella Calloni, con un mensaje de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz -ausente a la inauguración por un encuentro con el Secretario General de la ONU, que viaja por estas tierras en plan de reelección según se ha dicho-, mensaje en el que advierte que si bien hay un retorno de la esperanza con los acontecimiento en América Latina, lo hay también del horror, con las guerras ilegales de Estados Unidos y la OTAN.
Stella, por su parte, dictó una apasionada conferencia, inspirada en la conocida frase del Che: "ni un tantito así al imperialismo". De la ilegalidad de la agresión a Libia a los intentos de recomponer, reimponer y legitimar a la desprestigiada OEA, su conferencia fue más que todo una provocación al diálogo, a la interrogante, al estudio del pensamiento de los líderes de la integración latinoamericana y especialmente a Fidel Castro, cuyas reflexiones son un alerta permanente e indispensable en años como éstos en que por fin, un héroe como el Che es visto y seguido por las nuevas generaciones del país donde nació y donde tantos años se persiguió hasta su imagen mientras sus ideas se sumergían en el silencio.
"Ni un tantito así al imperialismo y todos los pasitos que podamos avanzar en la integración", convocó Stella advirtiendo que no han pasado los peligros, más bien nos acechan con una ferocidad que solo puede ser vencida desde el conocimiento de la historia interrelacionada con la evaluación de los acontecimientos actuales en todo el mundo.
Placa develada en la Plaza Che Guevara de Rosario este 14 de junio. Foto: Arleen Rodríguez
De izquierda a derecha, el embajador cubano Jorge Lamadrid, Carlos Calica Ferrer, Pombo, Delia, viuda de Alberto Granado, uno de los organizadores del evento, Dreke y el Champa Galleotti. Foto: Arleen Rodríguez
Al centro Norberto Galeotti abraza a Pombo y a Dreke. A la izquierda de Dreke, Alfredo rada, ex ministro de Gobierno de Evo Morales en Bolivia y Martín Almada, el descubridor de los archivos del terror, pieza clave para develar el Plan Cóndor. Foto: Arleen Rodríguez