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Dos batallas, un mismo aniversario

En el año 1961 se ganaron dos grandes batallas en Cuba: luego de menos de un año en las áreas rurales y montañosas se concluyó la campaña de alfabetización. Jóvenes de entre 11 y 18 años junto a adultos regresaron a la capital para informarle al gobierno que la campaña había sido un éxito y que Cuba era territorio libre del analfabetismo. La campaña por  supuesto  que no estuvo libre de drama.

Desde el comienzo grupos contrarrevolucionarios inundaron la zona del Escambray en el centro de la isla y comenzaron su propia campaña: si aceptas a un maestro en tu bohío (o casucha) mueres. Algunos rechazaron a los maestros por temor a las represalias pero lentamente los maestros fueron ganándose su espacio y el aprendizaje de la lectura y la escritura y conocimientos elementales de matemáticas comenzaron a florecer entre aquellos que hasta entonces solo habían podido identificarse haciendo una "X" sobre el papel. Dos maestros jóvenes murieron a causa de brutales actos de terrorismo. Conrado Benítez poco antes de cumplir los 19 años ya había dejado la seguridad de su hogar con el fin de irse a las montañas a ayudar a aquellos menos afortunados que el.

Maleantes mercenarios enviados desde Miami, cubanos que antes habían huido de la isla luego de que cayera el régimen sanguinario de Batista;  y otros colaborando con ellos dentro del país comenzaron la persecución de estos jóvenes. A Benítez lo asesinaron para atemorizar a otros en el mismo empeño. Solo sirvió para que miles más se unieran a las filas de los alfabetizadores y ahora en las brigadas que honraban con su nombre a este joven educador.

Manuel Ascunse Domenech contaba con solo 16 años cuando se sumó a las filas de los alfabetizadores poco después del asesinato de Conrado Benítez; fue el siguiente en caer victima de la enajenación asesina. Ascunce fue apuñaleado 14 veces antes de que lo ahorcaran junto al alumno campesino que se mantuvo a su lado hasta el final. Aun así, más y más jóvenes se iban sumando a las aulas improvisadas y los lazos entre alumnos y profesores se iban haciendo cada vez mayores.

La campaña ya era un triunfo para diciembre de 1961. Cuba quedaba libre de analfabetismo y hoy cuenta con un 98.7%  de alfabetización; además de estar al frente de un programa autóctono de enseñanza que está llevando por todos los confines del mundo donde pueden ser alfabetizados personas desde las zonas donde se habla Guaraní hasta las poblaciones Maorí del Pacifico Sur. .

Mientras que la campaña de alfabetización iba en ascenso y los maestros nacientes inundaban las zonas rurales y más pobres de la isla; se estaba cocinando otra batalla que traería consigo una Victoria totalmente inesperada y diferente. Fuerzas cubanas y estadounidenses organizadas y entrenadas en campos militares de la CIA en territorio de los EEUU, Guatemala,  Honduras y Puerto Rico se preparaban para invadir la isla y derrocar al naciente régimen revolucionario, pero el objetivo principal no era secreto para nadie: asesinar a Fidel Castro, algo que tanto la CIA como una horda de Cubano Americanos convertirían tanto en su razón de ser como en el ridículo más prolongado en la historia de los asaltos subversivos contra una misma persona.

El 15 de abril de ese 1961 tres bases áreas civiles fueron bombardeadas en Cuba. Antes de eso habían quemado el centro comercial EL Encanto en la Habana como parte del preámbulo a la invasión paramilitar. El ataque del 15 de abril sirvió para inspirar uno de los discursos más trascendentales y concluyentes ante una concentración popular que sobrepasó la aunada un año antes cuando el sabotaje a La Coubre donde se tomara la famosa fotografía del Che Guevara por Alberto Korda.

Ese día del entierro a los mártires de los ataques a las bases aéreas a Fidel Castro le dieron no solo la oportunidad sino que yo diría que la excusa para calificar al proceso y llamar las cosas por su nombre. El 16 de abril de 1961, en su discurso, Fidel Castro lo dijo todo: "Esta es una  Revolución Socialista democrática de los humildes, por los humildes y para los humildes."

A setenta y dos horas de ese día, el 19 de abril luego de días y noches de combate intenso, poco menos de 1200 mercenarios se rindieron ante el Régimen Socialista Revolucionario de la isla estableciendo así lo que desde entonces se ha considerado la primera verdadera victoria sobre el imperialismo en este hemisferio y lo hoy día se cualifica como el más grande fiasco militar de los EEUU en la región.

Dos eventos bien distintos en el mismo año que sirvieron de catalizador para fortalecer aun mas a la revolución cubana: un proceso popular dirigido a educar al pueblo de todos los estratos sociales y la defensa a nivel nacional de la nación por un pueblo que ya llevaba cerca de siete años combatiendo y no tenía nada que perder y mucho que ganar.

La campaña de alfabetización básicamente fue la prueba de que la plataforma social sobre la cual descansaba la Revolución Cubana era sincera; la victoria de Girón demostró que el pueblo armado no iba a abandonar ni al proceso ni al hombre que no solo estuvo al frente de la batalla militar en defensa de la nación sino que respaldaba cada palabra que había escrito y pronunciado hasta la fecha. Fidel Castro no iba abandonar a su gente ni a sus ideales. Hasta el día de hoy, esto no ha dejado de ser así.