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Strike 3: Detrás del zarpazo

El avileño Isaac Martínez, en el primer encuentro de la gran final de la 50 Serie Nacional de Béisbol, en el estadio José Ramón Cepero, en Ciego de Ávila, el 23 de abril de 2011. AIN FOTO-Marcelino VAZQUEZ HERNANDEZ.

Isaac dio la razón a Machado. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/AIN

Los Tigres dieron el primer golpe del play off por la corona. Lo hicieron con su mejor pitcher en el box, y ante su público, para felicidad de tantos avileños que hace años se ilusionan con su equipo.

Fue un partido emotivo, tal como se esperaba. Ciego arrancó delante con holgura, pero Pinar -que nunca ceja- dio batalla de grande y apretó el score. Valió la pena verlos a ambos.

Mientras llega el segundo capítulo de esta novela -una novela que blasona de tener buenos actores-, quiero señalar varios detalles que, al menos a mí, me parecen llamativos.

Ante todo, el horrible momento de forma que vive Yosvani Peraza. Cualquiera, inclusive un portento, puede poncharse cuatro veces en un juego. Lo que alarma en su caso es la manera en que lo hizo.

Como quiera que se sabe en horas bajas, el Gordo está desconcentrado por completo. Así, le "fajó" a lanzamientos imbateables, y lo peor es que en su cuarto turno dio la impresión de estar de más en el home plate. Su autoestima distaba años luz de la de Vladimir García, y el resultado respondió certeramente a la pulseada sicológica.

Ya lo decía en el comentario previo: el despertar de Peraza es necesario -imprescindible, casi- para que Pinar equipare la balanza ofensiva con los Tigres. Y a todas luces, será difícil que el slugger recupere su nivel habitual en unos días.

De manera que se impone excluirlo de un line up donde ocupa una posición privilegiada e incumple a diario: en casi medio centenar de veces al bate, Peraza solo ha podido empujar dos carreras y compilar .191. Y Urquiola cuenta con alternativas aceptables. Se llaman Reidel Álvarez, Pedro Luis Rodríguez y, la que preferiría yo, Osmel Solano.

Segundo, apuntaré una extraña coincidencia: Yosvani Torres ha explotado en su primera apertura de cada dual meet, y siempre con cinco anotaciones limpias en su contra.

(Sancti Spíritus lo sacó del montículo cuando apenas sumaba par de outs. Cienfuegos, una vez que había cumplido 1.1 entradas. Y anoche, Ciego lo derrumbó en dos innings y dos tercios).

El mismo desafío. La misma cantidad de carreras permitidas. ¿Se repetirá también la historia de los topes anteriores, en los que Torres se repuso del revés inicial y alcanzó cuatro triunfos decisivos para la causa del Tsunami, con tan solo una limpia en 33.2 episodios?

Por último, he de darle un aplauso a Machado. En busca de poderío atacante, hizo los cambios pertinentes -Abdel Civil por Ricardo Bordón, Osvaldo Vázquez en lugar de Lisdey Díaz- y le salieron bien. Y apostó por Isaac Martínez para el quinto turno, a despecho del pobre rendimiento del zurdo en fases de postemporada.

Mejor, imposible: Isaac pegó un jonrón crucial, y el manager pudo vanagloriarse de su instinto.