Inaugura Cuba Hospital Comunitario de Referencia en Arcahaie, Haití
Intervención en el Acto de puesta en marcha del Hospital Comunitario de Referencia de Arcahaie
El carácter socialista de la Revolución cubana determinó como prioridad el cumplimiento de programas sociales encaminados a resolver los problemas fundamentales del hombre: educación, trabajo, salud, lo cual le permitió construir una sociedad digna, un pueblo solidario e internacionalista.
Es en la salud donde repercute y se reflejan las realidades sociales que vive un país, Cuba ha alcanzado para su población niveles de salud comparables con países desarrollados. Ese nivel de salud y de vida, basado en la premisa de que socialismo es humanismo y que todo logro debe compartirse, se ha caracterizado por numerosos ejemplos de ayuda internacionalista. En el año 1998 y fruto de esa concepción surge la idea de crear la Escuela Latinoamericana de Medicina, mediante la cual jóvenes de Latinoamérica y el mundo pueden hacer realidad el sueño de convertirse en profesionales de la salud dispuestos a brindar la mano amiga y el saber científico a quien lo necesite.
Desde la primera graduación en el 2005 han egresado de la ELAM 8594 médicos, de los cuales 620 son haitianos, en la actualidad estudian en Cuba 22 700 jóvenes procedentes de 99 países
Luego del terremoto ocurrido en enero de 2010, aquella idea que dio vida y razón de ser a la Escuela Latinoamericana de Medicina comienza a materializarse, 362 jóvenes de Latinoamérica y el mundo brindan sus servicios como miembros de la Brigada Médica Cubana en Haití, además de la ayuda brindada continúan la formación post graduados.
De lo antes dicho surge la motivación de intervenir en este acto, para ratificar como jóvenes latinoamericanos y del mundo graduados en Cuba, nuestro compromiso con la vida humana, nuestros deseos fervorosos de continuar ayudando al pueblo hermano de Haití, así como en cualquier lugar del mundo en que se nos necesite, pues nos consideramos soldados sanitarios de un gran ejército de batas blancas, verdaderos guardianes de la salud y de la vida, fieles a la formación profundamente humanista e internacionalista aprendida y aprehendida durante nuestra formación.
En trincheras de ideas se gestan obras de humanismo y solidaridad como esta. Sentimos el orgullo de ser parte de ello, así como la responsabilidad de dar lo mejor de nosotros para que cada día sean más los que encuentren en el rostro amigo, en la atención y preocupación sincera, en la palabra hermana de consuelo o consejo, ese otro preocupado por su bienestar y por la dignidad.
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Es un acto de humanismo hermoso; y un golpe al Imperio, que desearía ver a más gente desesperada, enferma y pobre, por la sencilla razón de que la gente en ese estado no puede pensar ni votar bien ni identificar al enemigo (tampoco se puede si se está cegado por enfermedades sociales como el consumismo).
Por lo tanto (y esto los imperialistas lo saben bien), lo que realizan estos médicos en Haití y otros lugares, son tareas revolucionarias, sin armamento sino curando.
¡Otra muestra del genio visionario de Fidel!