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Héctor Quintero: ¡Quedan los artistas!

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Ha pasado algún tiempo desde que en una de mis andanzas en búsqueda de vegetales me encontré con Héctor Quintero y extrañé su pelo bien cuidado. Le comenté que si aquel afeitado total era algo de moda, y por su rostro vi que no; pero un gesto suyo me indicó que de ese tema no se hablaría. Y entonces me preguntó si había visto un programa televisivo transmitido la noche anterior. Como mi respuesta fue afirmativa, se entabló una charla que duró mientras escogíamos alguna zanahoria, remolacha, pepinos y malangas. Antes de despedirse, se brindó para traerme en su carro a la casa, pero yo debía esperar por otros productos que llegarían y además vivo muy cerca de ese centro de ventas.

Cuando el carro arrancó, un joven vendedor me preguntó acerca de quién era porque solo lo había visto en televisión, diciendo poemas. Le comenté que era un importante escritor y director de teatro. El muchacho me dijo que dónde se podía ver algo suyo y le contesté que estuviera pendiente de las carteleras. Un tiempo después vio la película El premio flaco y para mi asombro me dijo que él creía que aquello era teatro. Escuché a aquel sencillo vendedor y se afianzó en mí la certeza de que el arte puede y debe llegar a todos los públicos.

También ese día aprehendí la popularidad de Héctor Quintero. No fui su amiga, pero muchas veces cruzamos algún comentario especialmente de la televisión.

Merecedor del Premio Nacional de Teatro 2004, nació bajo el signo de libra el 1ro. de octubre de 1942 y fue un artista polifacético que cultivó todos los géneros incluida la música. Jacarandoso y jovial, no fue ajeno a polémicas acerca de perjuicios que ocasionó a partir de decisiones o aptitudes que adoptó en algún momento. Tuvo, tiene, sus enemigos como casi todas las personas de vida pública.

En esta oportunidad, no quise escribir sobre sus virtudes (y defectos) como artista. Preferí circular entre un grupo de hombres y mujeres del teatro, el cine, la literatura, la televisión, la radio y la crítica dos preguntas:

1. ¿Cuál o cuáles obras suyas resistirán el paso del tiempo?

2. ¿Benefició o perjudicó a su obra teatral ser un hombre tan vinculado a los medios de difusión?

He aquí sus respuestas:

Humberto Arenal
1. Contigo pan y cebolla y El premio flaco.
2. Considero que sí benefició a su obra su vínculo con otros medios.
Luis Toledo Sande
1. De su autoría, Contigo pan y cebolla y El premio flaco (¿en ese orden?). Personalmente reclamo un lugarcito de corazón y memoria para su trabajo como narrador en el cuento orquestal "Pedro y el Lobo", de Sergio Prokófief, en la deliciosa versión de nuestra Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Manuel Duchesne Cuzán.
2. Héctor Quintero es un profesional. La cuestión no está en vincularse con los medios, sino en cómo se asume ese vínculo, en qué se les concede y qué se les exige, en si se sucumbe o no a su poder promocional, o, mejor aún, en cuánto y cómo se contribuye a que sus frutos (los de esos medios) nos resulten complacientes o sean también cada vez mejores. Aunque "complacientes y buenos" ni son ni tienen por qué ser calidades incompatibles que se excluyan entre sí.
Juan Carlos Cremata
1. Creo que Contigo, pan y cebolla y El premio flaco son y serán sus éxitos indiscutibles en materia de dramaturgia pero nadie ha podido superar los éxitos teatrales que tuvo cuando todavía en Teatro estudio llenó la sala como nadie con Algo muy serio, que luego repitió en temporadas larguísimas en el teatro musical. Te sigo esperando y Sábado corto, ambas son también reflejo muy característico de unos años específicos en Cuba y Mambrú se fue a la guerra y Si llueve te mojas como los demás, todavía se representa mucho por los teatristas aficionados. Particularmente estuve muy tocado cuando hizo una obra de la que él mismo perdió el rastro y que se llamó La última carta de la baraja (que luego musicalizó con el título de El caballero de Pogolotti). Persistirá su particular manera de retratarnos como nación, de definirnos como cultura, de dibujarnos cuasi exactamente como somos.
2. En los medios también marcó pauta sobre todo cuando hizo el espacio de telenovela también suyo. Agradezco sobremanera que una persona como él haya existido y continúe entre nosotros para siempre a través de su monumental legado, que es su incomparable obra.
Lourdes de los Santos
1. Contigo pan y cebolla, sin duda, entra en los anales de lo más relevante de nuestra dramaturgia.
2. No creo que los medios hayan lastrado su obra.
Julio Acanda
1. Me parece que todas sus obras aportarán algo al conocimiento del carácter del cubano del siglo XX: como vivió, de qué reía, con qué lloraba, de qué se burlaba, con qué soñaba. Pero habrá algunas obras imprescindibles para quien nos quiera conocer: Contigo pan y cebolla, Te sigo esperando, Sábado corto, Para el año que viene.

2. Creo decir algo conocido, y es que, por supuesto, su vínculo con los
medios de comunicación hicieron aún más populares sus personajes, y conociéndolo como le conocí, sé que se retroalimentaba con la reacción del gran público que le proporcionaban los medios, más allá de la mágica pero reducida audiencia de una sala teatral.
Rafael Grillo
1. Contigo pan y cebolla y El premio flaco que fueron las dos obras suyas, ambas de la década del 60, que lograron definir su estilo y captaron una atención mayoritaria. Ambas han resistido el paso del tiempo, y una prueba de ello es el hecho de que Cremata haya decidido llevarla al cine recientemente y alcanzara una buena recepción con la película.
2. No fue su presencia en los medios lo que debilitó el impacto de Héctor Quintero en las dos últimas décadas, sino que justamente no alcanzara a producir en ese período (salvo Te sigo esperando) obras de fuerza similar a las que concibió en los 60. Aquello que fue su marca de estilo, el costumbrismo, pudo haberlo explotado mucho más y mejor como dramaturgo precisamente en un período donde esta forma de acercamiento artístico era ideal para reflejar las vicisitudes del pueblo cubano en esos momentos.
Maité Vera
1. Héctor era un costumbrista, su teatro siempre nos remitirá a la vida cotidiana de la época. Pienso que Contigo pan y cebolla y El premio flaco nunca serán olvidadas. Ya son piezas clásicas.
2. Él siempre estuvo vinculado a todos los medios, era un artista total. Todos los medios se beneficiaron con él. Creo, sin exagerar, que fue nuestro Molière, que manejó la comedia como nadie y fue escritor, director, actor, animador, declamador, y todo lo hizo bien. Lo conocí con 19 años y ya era el mismo ser simpático, imaginativo y talentoso.
Caridad Martínez
1. Tanto Alberto Luberta (padre) como yo, opinamos que las obras de Héctor Quintero que resistirán el paso del tiempo son: en primer lugar Contigo pan y cebolla y en segundo lugar El premio flaco.
2. El haber estado tan vinculado a los medios de difusión ni le perjudicó ni le benefició, él era el excelente dramaturgo Héctor Quintero en cualquier medio.
Mario Naito
1. Esto es muy difícil de pronosticar. Pero, al menos Contigo pan y cebolla y El premio flaco han sobrevivido varias décadas.
2. Pienso que tal vez la divulgación de su obra por nuestros medios de difusión ha hecho que se le sobrevalore como autor. Hay otros autores cubanos teatrales menos conocidos por el gran público, que no han sido suficientemente divulgados.
Cary Cruz
1. Y ahora quién defiende el Teatro Musical en Cuba... ¿Está condenado a morir a destiempo como Héctor? En mi opinión para nada experta, la obra de Quintero resistirá al paso del tiempo porque a pesar de ser profundamente cubana, más que en personajes y conflictos se asienta en los profundos sentimientos humanos, imperecederos y universales... Mientras exista el amor incondicional, desinteresado valiente y una persona permanezca junto a otro, incluso si no hay pan, ni cebolla, mientras tras algún premio flaco aflore miserias humanas, bajas pasiones y el empecinamiento de algunos en seguir creyendo en la bondad, estará allí la obra de Héctor, necesaria tal vez como nunca en estos tiempos,
2. Héctor no miró por sobre el hombro ningún medio, trató con igual respeto el teatro, el cine, la radio, la televisión, la literatura. Los enaltecía con su presencia y su hacer, pienso que más que beneficiarse él con los medios, los medios se beneficiaron con él, porque era un ARTISTA y como dice ese poema que tanto le gustaba declamar: "...quedan los artistas..."
Seguirás por siempre con nosotros... quedan los artistas.

Se han publicado 2 comentarios



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  • Carlos Rodriguez dijo:

    Deja un vacio imposible de llenar en el teatro cubano, gloria eterna a Hector Quintero.

  • lili dijo:

    Gracias Toledo por recordar este regalo realizado para nuestros niños, una obra bellísima que Héctor narró tan bién.Como otras grandes obras de nuestra cultura contemporánea están guardadas en un cajón y quedan sin alimentar el espíritu.Quiero deirte que es muy difícil encontrarlo, casi de forma mágica llegó a mis manos y los niños con los que trabajo lo escuchan.Debía estar en las instituciones culturales cuyo objetivo sea la infancia. Gracias a Paquita por darnos este encuentro con Héctor Quintero, creo que le deben un espacio sobre su labor ardua por el teatro musical.

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Paquita Armas Fonseca

Paquita Armas Fonseca

Periodista cubana especializada en temas culturales. Colabora sistemáticamente con Cubadebate y otros medios digitales como La Jiribilla, CubaSi y el Portal de la Televisión Cubana. Fue directora de El Caimán Barbudo.

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