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Premio Rodolfo Walsh a Chávez, un gesto de justicia y de dignidad

Foto: Kaloian

Foto: Kaloian

La gira del presidente Hugo Chávez por cuatro países de América Latina, que concluyó el viernes en Colombia, tuvo un momento que ha puesto a temblar a los que se consideran dueños absolutos de la comunicación y la libertad de expresión, es decir a los propietarios de las grandes empresas mediáticas. Desde el grupo Clarín, pasando por El Universal y El Nacional, de Caracas, y llegando a CNN, por citar solo cuatro emporios actuales, sin olvidar a la Sociedad Interamericana de Prensa, la manejada por la CIA, recibieron un duro golpe cuando la Facultad de Periodismo de la Universidad de la Plata, por iniciativa de sus estudiantes y profesores, le entregó al Presidente venezolano el Premio Rodolfo Walsh por la comunicación popular.

Se trató no solo un reconocimiento a Hugo Chávez, incansable luchador para hacer realidad las ideas de Bolívar, ese que como dijo José Martí aun tiene mucho que hacer en América Latina, sino a todos los que  abrazan la causa de la emancipación y la justicia social, a los que promueven dar voz  a las mayorías y hacer avanzar un periodismo nuevo, basado en la verdad y en un conjunto de principios éticos que hagan posible una verdadera libertad de prensa y una  auténtica libertad de expresión para fortalecer las mentes humanas, no para degradarlas, en contraposición a la que han impuesto los grupos hegemónicos y de dominación capitalista.

Recuerdo que en el 2005, la Universidad de la Plata fue uno de los escenarios donde se celebró la cumbre de los pueblos de América Latina, un evento paralelo a la Cumbre de las Américas, a la que asistió el ex presidente George W. Bush, ya genocida del pueblo iraquí y que empezaba entonces a manchar  sus ropas y manos con los crímenes en Afganistán. Y aquella movilización popular influyó mucho, junto a la dignidad mostrada en todo momento por el presidente argentino Néstor Kirchner, en sepultar el programa imperialista  Área de Libre Comercio de las Américas (el ALCA), que era todo un símbolo de la globalización neoliberal con que se pretendía  recolonizar a América Latina y hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

Tuvimos el privilegio de integrar la nutrida delegación cubana a esa cumbre de los pueblos, y allí sentimos, en particular, la combatividad y entusiasmo de la fuerza estudiantil y profesores de la Universidad de la Plata. Quizás, por ello, no nos ha sorprendido que un lustro y unos meses después, allí se haya tomado la decisión de dar al Presidente Chávez, quien ha puesto a discusión la idea de que la comunicación popular es un asunto de todos los que durante mucho tiempo han estado acallados por el gran poder hegemónico mediático, el Premio Rodolfo Walsh, un periodista y escritor revolucionario de Argentina y de América Latina, fundador de la agencia Prensa Latina, y quien fue desaparecido en 1977 de la dictadura  militar dentro de la terrorista Operación Cóndor.

En el acto en que se entregó el Premio a Chávez, la decana de la Facultad de Periodismo recordó a Walsh, “aquel periodista que dio su vida al servicio de la verdad” y también a los 40 desaparecidos de esa facultad y a los más de 700 desaparecidos de la Universidad en los años de dictadura militar. Tal historia de luchas y martirologio han estado presentes en dicho premio.

Desde 1999, cuando asumió la presidencia de Venezuela al ganar por vez primera las elecciones, Chávez ha sido uno de los dirigentes antiimperialistas más atacados por la gran prensa internacional. Y estos días, tras el premio de la Universidad de la Plata, vemos un incremento en el número y el tono de esos ataques. La manada de lobos está más enfurecida que nunca antes. Ladran y ladran. Manipulan fotos, videos o audio. El odio caracteriza sus mensajes por televisión y radio, o sus escritos en periódicos y revistas. Lo califican de “dictador”, “tirano”, “intransigente”, “antidemocrático” y “soberbio”, por citar solo algunos estereotipos que suelen usar para fijarlos en las mentes de la opinión pública. Contra él se dan golpes bajos para intentar ridiculizarlo: caricaturas, chistes de pésima factura, chismes, engaños y mentiras. Todo vale, menos los argumentos racionales. Decía Atilio Borón recientemente que se utilizaban todo tipo de recetas para asesinarlo mediáticamente.

Chávez, ciertamente, tiene un concepto muy diferente sobre cuestiones como la libertad de prensa y la libertad de expresión al que tienen los centros hegemónicos del poder económico, político y mediático. Y, por eso, ha impulsado proyectos como la cadena multinacional TeleSur y Radio Sur. Y por eso ha emprendido campañas para alfabetizar y elevar el nivel educacional del pueblo para que pueda dejar atrás la exclusión a que lo sometieron los gobiernos neoliberales. Y por eso tiene su programa radial “Aló Presidente” para informar regularmente y con veracidad a su pueblo de las medidas de su gobierno. Y por eso incursiona en las redes sociales para exponer sus ideas y criterios ante su pueblo y ante el mundo. Bien merecido, pues, es el Premio Walsh, un premio concebido para aquellos que apoyan la comunicación popular, como alternativa a la comunicación de los grandes empresarios.

Muy digno y bien justo ha sido, pues, el gesto de los estudiantes y profesores de la Universidad de la Plata de defender a quien ha llevado adelante, pese a enemigos poderosos y a obstáculos e incomprensiones, el sueño de una patria grande, Nuestra América, la que querían Bolívar y Martí, integrada económicamente y unida frente al Imperio que no ha dejado atrás sus políticas de amenazas, agresiones, saqueos, explotación e injerencias contra nuestros pueblos.