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Strike 3: ¿Quién le pone el cascabel a los líderes?

 La ofensiva cienfueguera inspira justificado respeto. Foto: Ricardo López Hevia.

La ofensiva cienfueguera inspira justificado respeto. Foto: Ricardo López Hevia.

Sin arribar a la última subserie de la clasificatoria, ya fueron concedidos los ocho boletos a la postemporada. Queda, eso sí, la expectación por las ubicaciones del segundo al cuarto puestos en cada una de las zonas. Ubicaciones que revisten notable importancia, porque determinarán los cruces de los duelos iniciales.

A mi juicio, todos quieren sortear a los líderes de liga. O dicho con más claridad, a Cienfuegos y a Ciego de Ávila nadie quiere encontrárselos en la apertura de la fase, porque han sido los equipos más estables y contundentes de la etapa.

Los Elefantes brillan desde el box, hacen uso efectivo del madero, y aunque sus guantes no son los más seguros, tampoco significan un handicap insuperable para ellos. Mientras, los Tigres han sabido suplir sus carencias monticulares con una ofensiva feroz y una impecable -asombrosa, cabría decir- defensa de campo.

A priori, la tropa occidental más calificada para frenar los bríos cienfuegueros pareciera ser La Habana, dada la hondura incuestionable de su staff de pitchers. Pero -ah, el casi inevitable "pero"- la novena de Esteban Lombillo no es demasiado diestra con el bate, y por ahí podría naufragar frente a Norberto, Entenza, Ibarra...

A Pinar, en verdad, no le veo grandes opciones de pasar sobre los hombres de la Perla. Así pues, queda Sancti Spíritus, que -sea feliz usted, César Cadalso- ha levantado boga en los metros decisivos y se vislumbra como una fastidiosa piedra en el spike para cualquiera que desafíe sus (largamente postergadas) ilusiones de triunfo.

¿Y quién tiene más posibilidades de encarar a Ciego de Ávila en Oriente? La elección se me antoja muy sencilla: Villa Clara.

Cierto es que los Naranjas batean poco, y que ni siquiera le sacan mucho jugo a la velocidad. Sin embargo, se trata de un conjunto que sabe cuidar bien las pequeñas ventajas que consigue, cuajado además de peloteros con sobrada experiencia en juegos de play off.

Ojo: no subestimo con esto a Guantánamo ni a Granma, que han puesto alma y corazón en el empeño de alcanzar merecidísimos boletos. Pero mi trabajo es opinar, y no puedo mentirles: sospecho que los Alazanes ya cumplieron su misión, y que Guantánamo, aun cuando exhibe encomiable equilibrio en todos los indicadores colectivos, no dispone ahora mismo del plus necesario para agenciarse el banderín del este.

Quedemos, pues, a la espera de que se disipen las sombras. Entonces, una vez que conozcamos cada uno de los cruces, volveré sobre el tema con un análisis de fondo.