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Wikileaks: El País y lo “visible” detrás de un cuadro

cable_liebermanYa una vez, a propósito de una amable presentación del diario español El País a Javier Solana, escribimos sobre cómo en ocasiones se suele hablar de arte para esconder algunas verdades incómodas. Pues la publicación por el sitio Tercera Información de la traducción de un cable emitido por la embajada norteamericana en Madrid en tiempos de Bush nos ha permitido volver sobre el asunto. Este despacho había sido reproducido sin traducir por El País el 8 de diciembre pasado. El cotidiano del Grupo PRISA lo presentó bajo el título “Cable al senador Lieberman en el que se le sugiere que saque el tema del cuadro”, en relación con una reclamación norteamericana de la pintura de Camille Pissarro La Rue Saint-Honoré por la tarde, del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Ya que en virtud del célebre copyright, que por estos días  se invoca para cerrar canales en YouTube y favorecer terroristas, no podemos mostrar el cuadro de Pissarro en nuestro blog, vamos a hablar un poco de lo que El País quiso ocultar detrás de él. En preparación de la visita a España del senador Joe Liberman,  el embajador norteamericano en ese país, el cubanoamericano Eduardo Aguirre, afirma en su despacho: “Aunque los medios de comunicación locales prefieren centrarse en las diferencias entre Estados Unidos y España derivadas de la retirada de Irak en 2004, la cooperación es excelente en las áreas con intereses comunes como la lucha antiterrorismo y el crimen organizado, el fortalecimiento de la OTAN y la relación de seguridad transatlántica, y en la promoción de la difusión de la democracia en muchas zonas del mundo.”

El cable detalla que “las bases de Rota y Morón son centros estratégicos, a medio camino entre los EE.UU. y Afganistán e Irak. Aviones y buques americanos realizan alrededor de 5.000 vuelos y 250 escalas al año”, y señala que “el ejército español es pro americano y pro OTAN. En otra parte, Aguirre apunta que “Aprovechamos toda oportunidad para recordar a los españoles que el régimen cubano sólo está interesado en la supervivencia y que los disidentes cubanos necesitan y merecen el apoyo activo y visible de todas las democracias.”

Lo más interesante es que, al parecer, Estados Unidos engaña y embarca a sus aliados. Por otros cables revelados por Wikileaks sabemos lo mal que piensa la diplomacia norteamericana de “los disidentes cubanos” mientras presiona por “el apoyo activo y visible de todas las democracias” para sus asalariados en Cuba. Apoyo activo es obvio que dan pero “visible” no siempre. A pesar de que a falta de algo mejor insisten en amamantarlos  -como acaba de hacer la delegación norteamericana que asistió en La Habana a la más reciente ronda de conversaciones sobre temas migratorios- hay casos  en que Estados Unidos se empeña en ocultar su “apoyo activo” en Cuba.

El temor, confesado por el exjefe de la Oficina de Intereses norteamericanos en La Habana, Michael Parmly, a que se conozcan sus conversaciones con la muy promovida bloguera Yoani Sánchez, o el silencio en que se mantuvo la visita de la Subsecretaria de Estado Bisa Williams a la misma persona en su casa, no hablan muy bien de cómo Estados Unidos cumple con la visibilidad que pide a sus aliados. Lo extraño es que a los redactores de El País, que tan puntillosos son con la información sobre Cuba, se les escape un elefante volando como este. A pesar de la esmerada y temprana atención de El País a la bloguera Sánchez, a quien otorgaron el premio Ortega y Gassett, sus lectores no se han enterado de la visita de la señora Williams ni tampoco de las declaraciones de Parmly a través de uno de los cinco medios seleccionados por Wikileaks para sus filtraciones.

Cuba se independizó de España en 1898 y de Estados Unidos en 1959. Hoy la Isla no puede ser calificada como “un seguidor, más que un líder”, y no es nuestra tierra la que es utilizada para la agresión a otros países con “alrededor de 5.000 vuelos y 250 escalas al año”. Nada de eso, que sí sucede con España, además de la injerencia norteamericana en Cuba,  merece la atención  de El País, que pretende que sólo veamos un cuadro del gran Pissarro donde hay graves pruebas contra la soberanía española que vienen a confirmar lo que sabíamos por otros cables relacionados con el caso Couso. Ya dijimos que en virtud del famoso copyright no podemos mostrar la Rue Saint-Honoré por la tarde,  pero a veces es útil mirar un poco más allá de lo  “visible”.

Tomado de La Pupila Insomne