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Gran bretaña: buscando ¿el centro?

Suelen ser los veranos el tiempo de las protestas y el desborde de pasiones. En el 2010 ocurrieron, pero el mundo pareciera simplificado a pocos temas o a la reiteración, por no resueltos, de apenas unos cuántos. En medio de ese impasse informativo, Londres acapara la atención en un otoño que comienza algo mustio, a la vez que amenazante. De paradojas está hecho el origen de la humanidad y, por supuesto, su futuro.

Y resulta que cuando el gobierno de David Cameron y Nicolas Clegg establecen una gran reducción del gasto público en todos los ministerios del Reino Unido, hay movimientos en falso en la casa real británica que si bien consume entre 45 y 49 millones de euros anuales, pide más.

Ese dinero procede de fondos públicos, o sea, son los contribuyentes de fila quienes pagan los coches, yates,  residencias y viajes de la familia real, cada uno de cuyos miembros recibe un altísimo salario. Aparte de esas abundantes asignaciones, cuentan con una fortuna propia nada despreciable. Se estima que la reina Isabel II posee 500 millones de euros como peculio personal, según expertos en el caso, pero está pidiendo unos cuántos millones para pagar la luz de sus palacios y, en general, se queja de que no es suficiente cuanto recibe del erario nacional.

Hace unos años el fisco decidió enviar a un equipo de auditores a  revisar las cuentas reales y encontraron gastos injustificados que hacían crecer exponencialmente el monto de lo que el estado les entrega.

Valga añadir que aparte de los cuantiosos recursos oficiales, reciben fuertes contribuciones por concepto de sus tierras gracias a las distorsiones de la  política agraria practicada por la Unión Europea que bajo el acápite de subvenciones, supuestamente destinadas a estimular la producción, le dan a los terratenientes (en su mayoría miembros de la nobleza)elevadas sumas. El rey Carlos Gustavo de Suecia ha recibido por este concepto hasta 190 mil euros al año y en menor o similar cuantía ocurre con otros monarcas del viejo continente.

El Tribunal de Cuentas de la Unión Europea ha criticado el sistema, exiguo para los agricultores de granjas pequeñas, pero muy favorable para los grandes consorcios y personas que ni siquiera cultivan sus fincas. En una pesquisa tiempo atrás, encontraron que  entre los señalados beneficiarios de los subsidios había compañías de ferrocarril, clubes de equitación y cría de caballos, terrenos de golf y similares, en varios de estos países con casas reinantes.

Obvio que es una contradicción enorme de la actualidad y  otra demostración de la forma en que se organizan y constituyen organismos partiendo de conceptos arcaicos que solo favorecen a las clases altas de cada sociedad, incluso sus sectores parasitarios.

Se evidencia la inclinación también en las recientes ayudas para paliar la crisis económica global, al darle abultados socorros a los banqueros y  grandes empresarios pero no a la gente común que suele llevar la carga de crisis periódicas, ya casi rutinarias.

Volviendo a Londres, digamos que de lo general a lo particular no siempre se aprecian muchas diferencias. Entre las luxaciones a la lógica están los exponentes citados que no van a cambiar a corto plazo, por muy irrazonables y añejas que sean esas prácticas.

Y entre lo por llegar andan al trote muchas interrogantes desde que hace apenas días, fuera elegido como jefe del Partido Laborista, Ed Miliband, quien apenas horas después hizo pertinentes aclaraciones: nada de un giro a la izquierda de la formación; sus decisiones no dependerán del influjo de los sindicatos (que dieron origen a este partido político y fueron decisivos ahora en este nombramiento). Miliband  pidió "responsabilidad" a los gremios en sus movilizaciones contra la política de ajustes del gobierno conservador-liberal, advirtiendo que ante la importante reducción del déficit presupuestario "La huelga es el último recurso".

"Procedo del centro de la política" -dijo para allanar errores de concepto y suposiciones. "Todo esto tiene que ver con definir dónde está ese centro".

Pese a las aseveraciones sobre la "muerte del laborismo a lo Blair", o lo que es igual, la derechización escurridiza y rotunda de cuanto fuera una socialdemocracia decorosa, es de esperarse que Miliband y acompañantes encuentren a tiempo dónde esta ese centro, que hasta ahora, no es posible localizar en ningún mapa.