Una de las claves del futuro de Cuba está en Martí
Tuve el privilegio de estar cerca de la obra de Martí desde niño. Cada cubano tiene un Martí, su propio Martí, o debe tenerlo. Es una figura interminable, múltiple, y como dijo también Lezama, es el misterio que nos acompaña.
Diría que una de las claves del futuro de Cuba está en Martí. No solo desde el punto de vista cultural, del ser espiritual nacional, es una figura de futuro, que no está completada y hay que completarla. El cubano tiene que llegar a Martí, a ese ideario, a esa plenitud que él avizoró. No ha llegado. Es una suerte tenerlo, porque es una brújula para conseguirlo.
Se debe llegar a él por el camino de la justicia, pero también por el camino de la bondad, por el camino de la sensibilidad, por el camino de la comprensión, por el camino de la tolerancia, y por el camino de la intolerancia con todo lo que nos desune.
Él habló muy claro, como decimos, alto y claro, hay que saber escuchar.
(Tomado de La Jiribilla)
José María, que error político los que orquestaron está campaña medíatica, tocaron lo más sensible del cubano, que se apreparen , como decia un amigo mio cuando la crisis de octubre, todo cubano tiene un Martí y tiene una COMPROMISO pendiente con él: IMPEDIR, A TIEMPO, CON LA INDEPENDENCIA DE CUBA...
Saludos con todo respeto a tu mamá, que con su libro El Amor Como Energía Revolucionaria en Martí, logró que tuviera mi segunda biblia, no termino de leerlo para empezarlo de nuevo, es la única vez que me ocurre, sólo me había pasado con los Evangelio.
Estamos de acuerdo con lo expresado por ese gran músico nuestro, José María Vitier. Tenemos los cubanos la fortuna de tener a Martí, cuyo pensamiento siempre ha sido y será nuestra mejor fórmula, por ser auténticamente cubana, no ajena. Su pensamiento podrá ser mejorado, enriquecido, adaptado a los nuevos tiempos, pero jamás debería ser sustituido. Martí creía en una república donde el ser humano se pudiera desarrollar plenamente, para la cual se hace imprescindible la justicia, la solidaridad y sobre todas las cosas, la libertad. Esta la define nuestro Apostol de forma sencilla, pero brillante: es el derecho de cada hombre a ser honrado, que es hablar y pensar sin hipocresía. Un sistema que se rija por este principio automáticamente rechaza la doble moral, que es una forma muy ruin de la hipocresía, y debe ser por naturaleza tolerante, como indica el autor. Claro que, como dijera ese otro grande, el Libertador Simón Bolívar, y parafraseándolo: la libertad es un plato que parece suculento, pero que causa indigestión muy fácilmente. Aprender a digerirla nos ayudará mucho en el futuro, si queremos, como cubanos de buena fe y buen corazón, una Cuba que avance, y para ello la obra de Martí –su lectura, su estudio, su puesta en práctica- es la receta perfecta.