Caleb McCarry
¿Recuerdan nuestros lectores al Procónsul nombrado por Bush para dirigir una supuesta transición política en Cuba? A lo mejor ni lo recuerdan, por lo infausto de su paso por tan lunático cargo.
Caleb McCarry, el hijo de un agente de la CIA devenido en mago, por aquello de tratar de sacar de una chistera una Cuba vuelta al pasado, poco pudo hacer en pro de instalarse en La Habana para dictar órdenes en la isla, pero supo aprovechar bien su tiempo en el cargo para asegurarse una tajada en el lucrativo negocio de la industria anticubana.
Por estos días se ha conocido que el señor McCarry es ahora un importante ejecutivo de una compañía radicada en Washington, nombrada Creative Associates International; algo nada noticioso si no fuera porque McCarry fue a parar a esta sospechosa firma en noviembre de 2008, apenas dos meses después de que Creative recibiera el mayor contrato otorgado por la Administración Bush para la injerencia y los planes subversivos en Cuba, ascendente a unos 6.5 millones de dólares.
Creative Associates se presenta en la web como empresa contratista con experiencias en varios países, entre ellos Irak y Afganistán, donde ha actuado en la ejecución de los planes de subversión y contrainsurgencia de Washington. Sin embargo, de sus operaciones en Cuba la página de la compañía no dice ni pío. Tampoco McCarry ha querido hablar con la prensa sobre el asunto. Sí se conoce que ya Creative se ha apuntado para la próxima repartición de dinero de la USAID para los planes contra Cuba y que ha solicitado 2.5 millones de dólares.
Prepotencia, injerencia, abundante dinero, negocios, corrupción, prebendas; de todo hay en la política anticubana de Washington. Caleb McCarry puede contarles.