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Vivir de ilusiones y morir de desengaños

Créanme que lo siento profundamente. La desaparición física de un ser humano cualquiera quien éste sea, un delincuente común o un honorable ciudadano, merece respeto y conmiseración ante un acto tan definitivo como es el de la muerte. Rompemos un minuto de silencio para decir lo que pensamos.
Dicho esto a manera de preámbulo necesario, pasamos a analizar con absoluta objetividad los últimos acontecimientos sucedidos en Cuba. Un preso de apellido Zapata, según el gobierno de la isla, un simple delincuente sancionado por delitos comunes, quien para la oposición anti-castrista era un genuino "Disidente" político, murió en un hospital de La Habana a consecuencia de una huelga de hambre adoptada por su propia voluntad en reclamo -según el mismo decía- de mejores condiciones en su existencia carcelaria. Jugó con su vida y la perdió. Los que le alentaron en ese inútil empeño suicida gozan hoy de perfecta salud. Porque los que empujan no se dan golpes.
Posteriormente otro ciudadano de apellido Fariñas, residente en la ciudad de Santa Clara en la región central de la isla, que había sido condenado a cumplir una sanción carcelaria por actos de agresión física a dos personas, entre estas a la directora del hospital en la que este laboraba como sicólogo militar, también tomó la absurda decisión de declarase en "Huelga de Hambre hasta la muerte", a menos que el gobierno cubano, ante tal conminatoria exigencia, decretara la libertad incondicional e inmediata de otros presos sancionados por delitos políticos, estos acusados de estar actuando en contubernio con un gobierno extranjero.
Por su parte la respuesta del gobierno cubano no se hizo esperar."No aceptamos chantajes de nadie", fue esto, resumiendo el tema en cuatro palabras, lo que expresó el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, General Raúl Castro al referirse al caso, en su discurso pronunciado en el acto de clausura del Congreso Nacional de la "Unión de Jóvenes Comunistas".
Hasta aquí los hechos que resumimos de la manera más objetiva posible sin cuestionamientos ni adjetivaciones para ninguna de las partes. En realidad se trata de un "pulso político" contra el gobierno cubano decretado por una débil y poca numerosa oposición interna, que es alentada desde el exterior por cubanos exilados de ultraderecha , principalmente desde Miami, que con el apoyo de gobiernos e intereses foráneos, han orquestado una poderosa acción mediática internacional de prensa, encaminada a desacreditar la imagen de la Revolución cubana y sus dirigentes, en nombre de unos "Derechos Humanos "que en la mayoría de los casos no son respetados por los mismos gobiernos que están detrás de esa feroz campaña contra Cuba.
¿Decretaría el Presidente Barack Obama la libertad de los Cinco cubanos anti-terroristas presos en cárceles de Estados Unidos, cediendo a las exigencias de un solidario ciudadano norteamericano o de mil de ellos, que se declarasen en "Huelga de hambre hasta la muerte", de no accederse a una exigencia de excarcelación inmediata e incondicional de los Cinco cubanos presos?
La respuesta es más que obvia. Todos saben cuál sería la conducta del presidente de los Estados Unidos o del Jefe de Estado de cualquier país del mundo a quien se le coloque en tan absurda y a la vez que simple disyuntiva. Ningún gobierno, cualquiera que sea su sistema económico o signo político, comunista, capitalista, socialista liberal o Conservador, se va a rendir frente a un adversario, cometiendo "un suicidio de Estado" , ante el chantaje de una amenaza de muerte voluntaria, hágala un hombre libre o preso , ya sea un delincuente común o un honorable ciudadano.
Muy lamentables estos acontecimientos cubanos. Hay dos visiones de la Cuba actual. La de adentro y la de afuera. En la de allá, en la isla, la vida no es nada fácil, sigue su agitado curso, pero todo bien distinto a lo que se dice en la prensa internacional o lo que se ve en la televisión y la Internet del mundo exterior.
Y por lo que vimos en La Habana en nuestra mas reciente visita, el pueblo celebrando en las calles en fiesta multitudinaria , el triunfo beisbolero del equipo de los "Industriales". Lamentablemente los que viven de ilusiones mueren de desengaños. Y por supuesto, los "ojalateros", "empujadores" y "cranqueros" de toda laya, seguirán aquí y allá, llorando sus lágrimas de cocodrilos.