Imprimir
Inicio »Opinión, Salud  »

Operación Milagro en Panamá: Al recuerdo de Helen Keller

| 2

Distinguida Helen:

Nadie mejor que tú hubiera podido interpretar el insólito hecho que ha tenido lugar recientemente en un país centroamericano. Podrías valorar de manera certera el acontecimiento porque, desde que cumpliste año y medio de existencia en 1882, quedaste ciega y sorda a causa de una fiebre, inexplicable para aquellos tiempos. Sin embargo, nunca te diste por vencida y, con la enorme ayuda de Anne Sullivan, pudiste obtener un título universitario de la prestigiosa universidad femenina de Radcliffe en Cambridge, Massachussets.

Ya en el siglo 21, la ciencia moderna y la dedicación profesional de muchos oftalmólogos han hecho posible la restauración de la visión a millones de personas por el mundo, ahorrándoles así los enormes esfuerzos que tuviste que hacer para comunicarte con los demás. Nunca pudiste recuperar la visión y por eso estás en capacidad de apreciar mejor lo importante de estar dotado de este sentido.

Pues bien, un pequeño país de la zona del Caribe llamado Cuba emprendió la colosal tarea de restaurar la visión a los campesinos e indígenas más pobres del mundo. Los cubanos tienen carencia de todo pero, aún así, han creado un movimiento humanitario llamado Operación Milagro mediante el cual han logrado restaurar el sentido de la vista a un millón ochocientas mil personas que habitan en 35 países del mundo. Imagínate Helen lo que hubiera significado para la Fundación Americana de Ciegos que creaste en Forest Hills, New York, en 1918, haber contado con los oftalmólogos cubanos de ahora aprovechando la técnica que ellos han puesto en práctica en los cinco continentes. Sabemos que no sólo recolectabas dinero sino que también realizabas campañas para mejorar la calidad de vida de los ciegos de escasos recursos, erróneamente educados en asilos para indigentes. Contribuiste como nadie para que las condiciones de los no-videntes cambiaran dentro del inhumano capitalismo que los convierte en mendigos. Lo que hacías entonces, y algo más, es lo que ahora hacen los cubanos, isleños y pobres, a favor de los postergados por esta sociedad. En definitiva, fuiste, sin proponértelo, el antecedente de la Operación Milagro. No en balde llegaron a conocerte como The Miracle Worker (La Trabajador Milagrosa), título que estos cubanos también se han ganado.

Sin embargo, aunque parezca increíble e inexplicable, el recientemente electo presidente de Panamá, el empresario Ricardo Martinelli, decidió, unilateralmente, clausurar la Operación Milagro en ese país. Su argumento para detener esta colosal tarea humanitaria es que ya no se necesita la ayuda de Cuba. Plantea su perversidad sin ruborizarse y dice que los sectores públicos y privados se harían cargo de la misión que, a título gratuito, desempeñaban los oftalmólogos cubanos. Parece ignorar que fue precisamente ese sistema capitalista, a través de gobiernos atrasados y conservadores como el que encabeza, el que permitió y provocó que 69 521 personas sufrieran de ceguera y que nunca fueran atendidos hasta que hizo su aparición la Operación Milagro. ¿Quién podría creerle al empresario Martinelli que la privatización de esa actividad humanitaria y su puesta en práctica a través de clínicas privadas llegará gratuitamente hasta los campesinos e indígenas de Panamá?

Todos sabemos que lo que ha motivado esta criminal decisión es producto del auge de la ultraderecha recalcitrante de Panamá para, con Estados Unidos, tender un cerco alrededor de los gobiernos progresistas del continente. Esa decisión es eminentemente política e ideológica, esgrimida contra Cuba sin tomar en cuenta los sufrimientos de los ciegos panameños que ahora no tendrán quien los libere de sus tinieblas. Condenar a los sectores empobrecidos de Panamá a vivir sin el sentido de la vista es un acto criminal que debía ser juzgado en los tribunales internacionales basándose en la inminencia del daño que provocará esta decisión a miles de panameños pobres.

Como podrás notar Helen, el gobierno panameño está cometiendo un delito perverso de lesa humanidad condenando a la ceguera a los sectores más empobrecidos de la sociedad panameña. Y aún, cínicamente, se llaman democráticos. Ojala el espíritu de La Trabajadora Milagrosa pudiera sentirse en la Presidencia panameña y lograr que continúe el milagro que este empresario quiere ahora tronchar privatizando la lucha contra la ceguera.

Se han publicado 2 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Juan Castro dijo:

    MARTINELLI:

    LAS SUCIAS MANOS DE 'LA LOBA FEROZ' EMBARRAN LAS POLÍTICAS HUMANÍSTICAS EN FAVOR DE UN PUEBLO. ÉSTE ES QUIEN SUFRIRÁ LAS CONSECUENCIAS DE UN VORAZ IMPERIO QUE SIEMPRE A GOLPEADO LA MARCHA ASCENDENTE DE LA REVOLUCIONARIA ISLA CUBANA. MARTINELLI SOLO SE PUSO EL SELLO DE LA VERGüENZA E INDIGNIDAD.

    DESDE TIJUANA
    JUAN CASTRO

  • Olimpio Rodriguez Santos dijo:

    SOBRE EL MISMO TEMA EN EL COMENTARIO ANTERIOR DECIA QUE CUBA PUEDE PERFECTAMENTE ASUMIR EL TRATAMIENTO DE CUANTO PACIENTE LO NECESITE DE UNA FORMA ORGANIZADA.

    SI ESTE SEÑOR NO QUIERE QUE LOS MEDICOS CUBANOS ESTEN EN PANAMA LOS PACIENTES PUEDEN VENIR A CUBA Y SEGURO ESTOY QUE CUALQUIER CUBANO LE BRINDARIA ALBERGUE EN SU CASA.

    SOLO PENSAR LA FORMA MAS ADECUADA DE HACERLO SIN QUE LES CUESTE LA ESTADIA, LA ALIMENTACION Y EL TRATAMIENTO.

    BUSCAR UNA ALTERNATIVA QUIZAS NO ENCAREZCA LOS COSTOS Y SE PUEDA ASUMIR CON EL MISMO AMOR QUE HASTA AHORA SE VIENE HACIENDO.

    Dr. Olimpio Rodríguez Santos
    Especialista II Grado en Alergología
    Prof. Facultad de Comunicación Universidad “Ignacio Agramonte”
    Prof. I.S.C.M. “Carlos J. Finlay” Camagüey Cuba

    E-Mail: olimpiors@finlay.cmw.sld.cu

Se han publicado 2 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Hamlet Hermann

Hamlet Hermann

Vea también