Luis Posada Carriles y Orlando Bosch son dos nombres que probablemente no signifiquen mucho para la mayoría de los lectores del Huffington Post, salvo que vivan en Miami o en Cuba. Alfa 66, Omega 7 y Hermanos al Rescate tampoco puede que les diga nada salvo que les parezcan nombres poco dignos para fraternidades universitarias.
El tema es que para aquellos que viven en Miami y otros que aun viven en Cuba todos estos nombres son famosos o infames la mayor parte de las veces. Son los nombres de algunos de los individuos y de las organizaciones o de los grupos de personas que han hecho una carrera de proclamar su deseo por "liberar" o "independiza" a Cuba a como dé lugar. Esto no es algo que se mencione a menudo en los medios en los Estados Unidos y no sería de esperar, si no fuera por el hecho de que todas estas personas y grupos de personas residen precisamente en el territorio de los Estados Unidos, y bueno, de hecho llevan a cabo su "labor" desde el territorio norteamericano.
Estos grupos e individuos no solo han intentado ejercer su "derecho" a liberar una nación extranjera, sino que lo han hecho desde otra y con ello le hicieron la vida imposible, insoportable y por momentos han acabado con las vidas de aquellas personas que dentro de los Estados Unidos simplemente no comparten sus ideas y actitudes.
A mediados de los años 70 cualquier grupo de personas dentro de los Estados Unidos que profesara cualquier deseo de establecer el menor dialogo con la nación cubana o con cualquiera de sus ciudadanos a cualquier nivel era perseguido, hostigado por estas personas o grupos de personas que operaban desde Miami o Nueva Jersey. Hubo amenazas de bombas, hubo tiroteos, hubo amenazas de muerte, hubo muertes, hubo caos. Esto duró hasta bien adentrada la década de los 80. Hubo personas que perdieron la vida en los Estados Unidos debido a esto. En Cuba más de 3000 personas murieron.
Hace unos días, el 6 de octubre el hemisferio occidental conmemoraba el 33 aniversario del primer ataque terrorista contra una nave de aviación civil en la región. Se le conoce en Cuba como "Barbados", porque la nave de Cubana de Aviación explotó sobre las aguas barbadenses poco después de despegar. Setenta y tres personas, entre pasajeros y la tripulación, estaban a bordo. Todos perecieron en fracciones de segundos luego de dos explosiones a bordo que derribaron la nave sobre el mar Caribe. Entre los setenta y tres muertos se encontraba el equipo cubano de esgrima que venía de participar en una competencia internacional en Caracas, Venezuela. Chávez no era Presidente entonces. Los atletas tenían entre 17 y 27 años.
Los culpables fueron hallados y juzgados. Luego se fugaron de prisión. Ahora deambulan libremente por las calles del Sur de la Florida.
A comienzos de la década de los 90 la economía cubana sufrió una caída cruel y necesitaba desesperadamente de un empujón y por ello el país se volcó al turismo. Una vez más, aquellos que no soportan la idea del acercamiento se hicieron notar. Las bombas comenzaron a detonar en los vestíbulos de los hoteles, un turista italiano perdió la vida, el padre de Fabio di Celmo perdió a su hijo.
En esta ocasión Cuba tenía que actuar, no le quedaba otra opción.
Y para finales de los años 90, el gobierno cubano le dejó saber al gobierno de los Estados Unidos - a través de un emisario respetable - que iba a tener que tomar cartas en el asunto, si no se hacia nada para proteger a sus ciudadanos. Y así fue.
Cuba infiltró a hombres dentro de las organizaciones en el Sur de la Florida que operaban contra los sitios turísticos cubanos y contra Cuba en general. El único objetivo de estos hombres era el de informarle a las autoridades cubanas que a su vez le informarían a las de los EEUU respecto a los ataques antes de que estos ocurrieran.
Estos hombres fueron arrestados por agentes del FBI en 1998 en una redada, unos pocos años después de comenzar hacer su trabajo, trabajo que, por cierto, nunca puso en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos, más bien todo lo contrario, al final y como demuestran los hechos, estos hombres son los primeros verdaderos luchadores contra el terrorismo, los primeros guerreros contra el terror en la región, mucho antes de que el presidente Bush acuñara la frase. La única diferencia es que ellos combatían el terrorismo contra Cuba y contra aquellos que abogan por la normalidad con Cuba.
El periódico The New York Times dijo algo al respecto. Espero que lo lean. Al menos le recomiendo el articulo a aquellos que han leído hasta aquí.