El presidente Barack Obama acaba de hacer declaraciones ratificando que apoyaba el retorno al poder del Presidente hondureño Manuel Zelaya pero a la vez calificaba de hipocresía a quienes han dicho que Estados Unidos no ha hecho lo suficiente para que el presidente constitucional de ese pequeño país centroamericano sea reinstalado en su cargo.
La acusación de “hipocresía” va dirigida a la izquierda latinoamericana, que sin embargo hasta ahora no acusa directamente al Presidente Obama de tener algo que ver con el Golpe de Estado en Honduras.
Como dice la frase popular: Obama apunta para el faro de El Morro y le da a la fortaleza de La Cabaña. Que afine la puntería el Presidente, que quien le está poniendo un rabo es su Secretaria de Estado Hillary Clinton.
Ya lo dijimos. Que si Zelaya no regresaba a la presidencia de Honduras el fracaso era para Obama que perdía a la OEA y al Presidente de Costa Rica Oscar Arias como los mejores instrumentos de Estados Unidos para su política exterior en América Latina. Donde está la hipocresía es en el Departamento de Estado. Allí el “Bushismo” sigue en pie.