Por: Kenia A. Agramonte y Patricios Montesinos
Cuando la próxima semana se celebre en La Habana una nueva reunión ministerial del Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), el mundo volverá a demandar a Estados Unidos que entierre definitivamente el cerco económico, comercial y financiero que impone a Cuba desde hace 50 años, y que aún mantiene intacto.
Cancilleres, ministros y representantes de alto nivel de 118 países (las dos terceras partes de los estados miembros de la ONU) que estarán presentes en ese importante conclave tienen previsto incluir en la Declaración Final otro llamado a Washington a que ponga fin de una vez por todas al injusto bloqueo contra Cuba, pese a los insistentes reclamos a levantarlo de casi la totalidad de la comunidad internacional.
En la misma cita, que se escenificará en la capital cubana entre los días 27 y 30 de abril venideros, los participantes exigirán además al gobierno norteamericano que devuelva a la mayor de las Antillas el territorio que le tiene usurpado con la ilegal y mal afamada base militar de Guantánamo, ubicada en el oriente de la Isla.
El nuevo llamado mundial a Estados Unidos ocurrirá luego que el presidente Barack Obama escuchó en vivo y en directo similar reivindicación de todas las naciones latinoamericanas y caribeñas en la denominada Cumbre de las Américas, escenificada el pasado fin de semana en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago.
En esa reunión, el actual inquilino de la Casa Blanca pudo constatar bien de cerca que la eliminación del bloqueo a Cuba constituye un requerimiento de América Latina, que considera que acabar con esa conducta hostil es imprescindible, sí Washington desea recomponer sus hasta ahora tortuosos vínculos con esa región.
Con anterioridad, América Latina y el Caribe adoptaron en bloque igual actitud, cuando en una "multicumbre" efectuada en diciembre pasado en Brasil, dieron la bienvenida oficial a Cuba como miembro efectivo del Grupo de Rio, el más importante organismo de integración del continente americano.
En esa ocasión, latinoamericanos y caribeños coincidieron además en que la admisión de Cuba en el Grupo de Rio fue un acto de justicia porque nunca la Isla debió intentarse aislar del continente, como siempre han deseado hacer las sucesivas administraciones estadounidenses.
También, en octubre de 2008, 185 naciones de todo el mundo dieron su voto favorable a una nueva Resolución de la Asamblea General de la ONU, la decimoséptima en igual número de años, que condenó el cerco económico, financiero y comercial aplicado por Washington a la mayor de las Antillas.
Esta más que claro que ha llegado la hora de que Estados Unidos deje de hacer caso omiso al criterio unánime de la comunidad internacional, y no busque escollos para pretender justificar y mantener en lo adelante su vieja y fracasada política hacia Cuba.