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La carrera por la Casa Blanca: Hillary al frente

En un reciente artículo de la autorizada y conservadora revista británica The Economist se afirma  que Hillary Clinton va a la cabeza de los candidatos en las próximas elecciones presidenciales de 2008 y se pronostica su muy probable triunfo. En las más recientes encuestas de los candidatos demócratas, Hillary tiene 33 puntos por encima de Obama y 40 puntos sobre Edwards. En los últimos tres meses ha recaudado 22 millones de dólares para su campaña en tanto Obama solamente ha ingresado 19 millones y Edwards 7 millones.
El nivel de contribuciones monetarias para la operación electoral es tomado como un indicador del respaldo de los candidatos en las clases altas. Bill Clinton siempre tuvo el apoyo de los negros, las mujeres y los hispanos, pero no el de  la alta burguesía, aunque estas cifras parecen indicar lo contrario. Hillary se ha apartado de las políticas liberales de su esposo y está mostrando un programa más de centro, y aún de centro  derecha, de manera que el abanico de captación de opiniones sea más amplio y diverso. También se ha apartado de los ribetes feministas de sus anteriores discursos. Sin embargo, apunta The Economist, el electorado quizás estaría renuente a tener un Ejecutivo y un Congreso demócratas y votarían por una mayor desemejanza.
El actual parlamento no ha estado a la altura de las expectativas. El voto en las últimas elecciones legislativas indicó un rotundo rechazo popular a la guerra en Irak, pero los legisladores demócratas no han actuado de manera categórica para impedir la continuación de la sangrienta invasión. La imagen de Estados Unidos continúa deteriorándose y es el país más universalmente detestado.
The Economist califica a Bush como el más incapaz de todos los presidentes en la historia de Estados Unidos. En las encuestas, el Congreso ha demostrado un nivel de aprobación de 27%, menor aún que el de Bush, aunque el partido demócrata retiene un nivel de popularidad de 50% y los republicanos cuentan con el 35% de respaldo. Hillary ganó en las elecciones senatoriales porque Giuliani, que sigue siendo su más fuerte competidor, renunció a la aspiración por padecer de cáncer de próstata.
Hillary tiene un bien ganado prestigio por su inteligencia y destreza. Se graduó con honores en  Wellesley College, en Ciencias Políticas, y luego se graduó en Leyes en la Universidad de Yale, en 1972, donde conoció a su esposo Bill. Se casaron en 1975. En la exposición de  programas se muestra clara y concisa, maneja los hechos y las cifras de manera convincente y ha tratado siempre de impulsar programas de asistencia social, como el sistema de salud.  Sin embargo, comenzó siendo de derechas  y ayudó en la campaña para gobernador de Nelson Rockefeller y en la convención republicana en Miami, en 1968. Luego fue propagandista de Goldwater. Pero McGovern la impulsó a ingresar en el Partido Demócrata. Ingresó en el Bufete Rose, donde llego a ganar 200 mil dólares anuales y fue miembro del consejo de dirección de las tiendas Wal Mart, la primera cadena comercial de Estados Unidos.
No son pocos quienes afirman que Hillary es mucho más inteligente que su esposo y saben lo mucho que ella  le ha guiado en su carrera. Durante su campaña por la presidencia Clinton dijo en varias comparecencias, imitando los anuncios comerciales, "compre un presidente y obtenga dos", aludiendo a las bien conocidas capacidades de su esposa.
Al abandonar la  presidencia de los Estados Unidos, Bill Clinton, se fue a envuelto en una aureola de prestigio. Ningún otro presidente norteamericano había dejado su cargo con una aprobación de más del 60% de sus conciudadanos. Clinton logró sumarse a las minorías discriminadas, negra e hispana, y alcanzó un alto nivel de aceptación en el sector femenino. Todos los analistas coinciden en que fue un político competente que supo manipular la opinión pública con tácticas eficaces. Su utilización de la comunicación social excedió la de sus predecesores. Clinton realizó un promedio de 550 discursos anuales, mientras que Reagan hizo 320 y el ya remoto Harry Truman, solamente 88.
La causa de su popularidad hay que ubicarla  en la inusitada prosperidad económica de sus ocho años de gobierno. En ese lapso se crearon 22 millones de nuevos empleos, se eliminó el déficit fiscal, la tasa de desempleo fue la más baja de los últimos treinta años y la tasa de inflación fue la más reducida  en cuarenta años. Bush padre había dejado la economía en un estado ruinoso y fue Clinton el que la encaminó a su recuperación.
Su política exterior hizo intrépidos esfuerzos por resolver la crisis israelo-palestina, pero abandonó su cargo frustrado por  no haberlo logrado. Fue el primer Presidente que disfrutó de unas relaciones internacionales sin la rémora de la Guerra Fría, pero no pudo desembarazarse del papel interventor y agresivo que los intereses estadounidenses le imponían. Ordenó bombardeos punitivos a Irak, Sudán y Afganistán;  impuso intervenciones militares en Haití, Bosnia y Kosovo. Sin embargo, comprendió el papel preponderante que China desempeñará en este siglo. Su popularidad se refleja en su esposa y el prestigio de ambos  irradiará en los resultados de las próximas elecciones.