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Comité de ayuda a la “insurrección” en Cuba: Alardes y bravatas destinadas al fracaso

Un grupo de organizaciones terroristas de origen cubano radicadas en  Miami, envalentonadas por la creciente agresividad de los Estados Unidos contra la Isla, anunciaron ayer, 17 de febrero,  la creación de un comité para ayudar  a la "insurrección" en Cuba. Sin el menor escrúpulo, haciendo ostentación de su esencia criminal y terrorista, declararon sin ambages: ''Estamos convencidos de que la única manera de acabar con la tiranía es enfrentándola y así lo entienden muchos cubanos en la isla con los cuales trabajaremos de manera secreta y discreta; de ellos sólo conocerán acciones.''

La declaración abierta a la violencia terrorista fue realizada por un grupo de ocho organizaciones de las más famosas por su historial de crímenes y violencia contra el pueblo cubano: Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), Congreso Nacional Cubano, Comandos F-4, Comando Nazario Sargén, Fundación Caribe, Junta Militar, Municipio Bayamo y Cubanos Combatientes No Afiliados.

Agrupados en la sede de los autotitulados Municipios de Cuba en el Exilio,  una veintena de los más destacados terroristas hicieron gala de la impunidad de que gozan en Miami para llamar a la violencia y al terror. Los presentes en el acto, vinculados en sus oscuros trajines de terror a Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y Santiago Álvarez, muchos de ellos vestidos con uniformes de campaña, pisotearon como lo han hecho siempre a la cacareada Ley de Neutralidad de Estados Unidos.

El ladrón, estafador y terrorista Antonio Calatayud, líder del Congreso Nacional Cubano, declaró: "Es la hora de dar el paso al frente con acción directa y ayuda directa para alzar el país y liquidar la tiranía". 

Este viejo extremista, derrotado ya en Playa Girón como miembro de la brigada mercenaria 2506, involucrado en  acciones terroristas como la infiltración de Amancio Mosqueda (Yarey), el sabotaje contra la representación comercial  cubana en Montreal (4 de abril de 1972) y en varios planes de asesinato contra Fidel, así como otros actos violentos,  parece no cansarse de hacer papelazos. Ni las fórmulas que fabrica en sus farmacias en Miami, ni las marañas que realiza para defraudar el medicaid, lo salvarán nuevamente del fracaso.

Otro payaso redomado, alardoso y bravucón de baja estofa, Rodolfo Frómeta, jefe de los Comandos F-4, declaró en el encuentro ante la histérica algarabía de sus congéneres de macabras correrías y chascos continuados: ''Fidel Castro es el terrorista más grande este continente y hay que tumbarlo a bombazos... ¿Qué otro medio se puede usar contra Fidel Castro que no sean los armamentos?''

Rodolfo Frómeta no se esconde para declarar su abierta hostilidad contra la Revolución Cubana y se sabe protegido y amparado por las autoridades norteamericanas. Afectado por un enfermizo odio al pueblo cubano y buscador de oscuro protagonismo, participó en una infiltración con fines terroristas y  promovida  por Alpha 66 en 1981. Capturado y encarcelado durante diez años, se incorporó nuevamente a los planes agresivos contra Cuba luego de su liberación.

En 1994 fue detenido por la Guardia Costera norteamericana cuando se disponía realizar acciones terroristas contra la Isla. Ni las 50 armas en su posesión, ni los 26 000 cartuchos de guerra que se le capturaron, ni su propia confesión sobre los criminales propósitos que realizaría, le procuraron una sanción por las autoridades estadounidenses.

Unos meses después, en junio de 1994, fue nuevamente arrestado cuando se disponía comprar a un agente doble del FBI un cohete antiaéreo Stinger, tres cohetes antitanques M-72, explosivos C-4 y un lanzagranadas.  En esta ocasión, sólo pasó cerca de tres años de prisión, pues se benefició de una liberación temporal lograda por sus compinches de la mafia de Miami y de su "socio" Lincoln Díaz-Balart.

 Con el mismo desparpajo que  emplea a diario en los medios de prensa de la Florida, para "confesar" ficticias  acciones militares contra objetivos en Cuba, Frómeta se empeña hoy ante ese grupo de terroristas por llamar a la subversión y al terrorismo contra el pueblo cubano. Poco ha aprendido este señor del fracaso y parece no aprender nunca de él.  Creo que un nuevo tablazo lo espera.

Agorero barato, Antonio Esquivel, de la dirección del  Movimiento de Recuperación Revolucionaria, dijo que "no pasa de este año el fin de la tiranía''. Tampoco Esquivel ha aprendido la lección. Parece haberse olvidado que desde el surgimiento del MRR, financiado por la CIA y bendecido por el clero reaccionario en 1959, poco han podido lograr ni en Playa Girón, ni con los criminales actos terroristas realizados en la década del 60, ni con su promoción de atentados contra Fidel.

Otras organizaciones contrarrevolucionarias prefirieron apartarse del nuevo show montado por Frómeta y sus socios de correrías. Ni Alpha 66, ni la Brigada 2506 aceptaron participar en el evento. Por su parte, la FNCA declaró en voz de Alfredo Mesa, su director ejecutivo, que: ''Nuestra organización aboga por una transición no violenta en Cuba. (…) Este es un mensaje equivocado en el momento equivocado''. ¿Precavido, no?

Para colmo, y para refrendar sus vínculos con los más recalcitrantes criminales residentes en Estados Unidos, los participantes dieron vivas a Santiago Alvarez y Osvaldo Mitad, actualmente detenidos en la Florida por posesión de armas; así como a Luis Posada Carriles y a Eduardo Arozena, ambos detenidos en Estados Unidos: el primero por supuestamente violar leyes migratorias y el segundo por realizar actos terroristas en esa nación. 

Para esta nueva  payasada de las organizaciones contrarrevolucionarias, quienes muestran un franco irrespeto hacia la Ley de neutralidad norteamericana,  hay una sola respuesta: la misma que les dieron  nuestros heroicos milicianos en las arenas de Girón a los Estados Unidos y a su expedición de gusanos. Recuérdelo, señores: ¡Si se tiran, quedan!