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El Caso Posada Carriles: AMNESIA Y TERRORISMO EN MÉXICO

Escribo este artículo con el atentado en Londres repicando en mis oídos. Esa letanía dolorosa traspasa los muros y las puertas, y está detrás de cada palabra en esta cuartilla, que no logra sustraerse de las opiniones de los expertos británicos, de las declaraciones de Bush y Blair que agitan con furia la sospechosa bandera de la guerra contra el terrorismo, y del dolor de las víctimas, vagamente contenido por la proverbial flema británica.

Pero el sentimiento de estupor y de impotencia, en realidad, no se instaló frente a mi máquina después de que sonara el primer bombazo en el Metro de Liverpool Street. Me doy cuenta de que estaba allí desde unas hora antes, desde que terminé de leer el libro del investigador cubano José Luis Méndez, Salvar al mundo del Terrorismo (Editora Política, 2003), buscando algunos datos para armar la historia de la presencia de los terroristas de origen cubano en México, y en particular, de Luis Posada Carriles, responsable de la voladura de un avión frente a las costas de Barbados que llevó a una muerte horrorosa a 73 personas en 1976.

Méndez registra 1 590 acciones terroristas contra Cuba desde 1959 hasta el 2002. No está todo el prontuario criminal, por la sencilla razón de que no siempre estas fueron reflejadas por la prensa. Los organismos de Inteligencia se cuidaron muy bien de borrar toda huella o tranquilamente se diluyeron en la frontera escurridiza entre el delito común y el político. Solo en territorio mexicano o contra edificios y funcionarios mexicanos en otros países, Méndez registra con profusión de datos 43 sabotajes ejecutados por terroristas de origen cubano, que eran o habían sido entrenados por la CIA (ver cronología al final).

"México es el tercer país, después de Cuba y Estados Unidos, que ha sido más afectado por el terrorismo anticubano durante más de 40 años", dice Méndez, quien, por supuesto, no habría podido dejar fuera de su investigación a Luis Posada Carriles, con cuentas de larga data con la justicia mexicana. Su paso por Quintana Roo en marzo pasado y el affaire Santrina, descubierto por el diario Por Esto!, es solo una y tal vez no la más peligrosa evidencia de las violaciones de la soberanía y las leyes del país.

Como han revelado recientemente algunos diarios locales y documentos desclasificados de la CIA y el FBI que pueden ser consultados en el sitio en Internet de los Archivos de Seguridad Nacional, de la Universidad George Washignton, Posada Carriles estaba en Ciudad México en 1963, con identidad falsa y como empleado de la CIA para la Operación 40, una junta de sicarios destinados expresamente a "matar comunistas". En ese mismo año, dirigió los atentados dinamiteros contra barcos cubanos en el puerto de Veracruz, y a pesar de que todos los integrantes de su comando fueron apresados por ese hecho, logró evadir la cárcel y entrar y salir del país con total impunidad, en un contexto donde la bombas y los tiroteos contra sedes y diplomáticos cubanos eran noticia habitual en las crónicas policíacas.

En un documento del FBI, fechado el 18 de junio de 1965 y en poder de los Archivos de Seguridad Nacional, se asegura que Posada informó a los agentes federales que recibió de Jorge Mas Canosa -ex Director de la Fundación Nacional Cubano Americana y entonces una de las figuras principales de la organización Representación de Cuba en el Exilio (RECE)- la cantidad de 5000 dólares para cubrir los gastos de colocación de nuevas minas en barcos soviéticos o cubanos en el Puerto de Veracruz. En ese momento -cita el informe-, Posada tenía "100 libras de explosivos C-4 y algunos detonadores, y estaba intentando obtener documentación falsa para aparentar ser puertorriqueño y entrar a México". Según el Buró Federal de Investigaciones norteamericano, este documento fue enviado a varios destinatarios, incluidos los servicios de Inmigración y Naturalización, a la Aduana, a las autoridades de fronteras y a las oficinas del FBI en Panamá y México, que mantenían una estrecha colaboración con funcionarios nacionales.

Si es muy probable que el FBI envió este y otros documentos a las autoridades mexicanas; si se registraron en México más de 40 atentados con bombas organizados por terroristas de origen cubano; si en algunos de ellos se comprobó la participación de Posada Carriles; si este señor es blanco de un sonado litigio internacional que dura décadas por la voladura de un avión; si se sabe que en 44 años de carrera criminal, organizó acciones terroristas en al menos 24 países; si en agosto de 2004 recorrió al mundo la noticia del escandaloso indulto que recibiera de la Presidenta de Panamá; si él tomó entonces rumbo desconocido porque sigue siendo un fugitivo de la justicia venezolana, ¿cómo es posible que los funcionarios de inmigración mexicanos afirmen que no tenían ningún registro de alerta sobre Luis Posada Carriles?

En realidad, la actuación de las autoridades migratorias mexicanos ha sido muy extraña. La comisionada del Instituto Nacional de Migración de México, Magdalena Carral, expresó que el país está integrado a un sistema de alertas migratorias multinacional, capaz de detectar movimientos de probables terroristas internacionales. "Esta alerta -dijo a La Jornada el pasado 26 de junio- no existía para el caso del señor Carriles."

Extraña esta pasividad, porque no parece ser esta la norma de las autoridades ante otros casos. En esos mismos días México actuó con suma diligencia apresando y extraditando a extranjeros que constituyen "riesgos" para la seguridad estadounidense -por ejemplo, un paquistaní en Rosarito, y un británico en La Paz, acusado de vínculos con los terroristas del World Trade Center, lo que luego se demostró era falso.

Un indocumentado en México es tan común como el mole en Puebla, pero no tanto como para que este país sea un paraíso de los terroristas. ¿Cómo explicar entonces que un hombre cuya extradición es requerida por varios países, haya pasado sin problemas el puerto fronterizo de Subteniente López y siguiera viaje a Miami a bordo de una embarcación extranjera que no pudo explicar en su momento convincentemente su ingreso a aguas mexicanas?

Como se sabe, Posada recorrió los 382 kilómetros que separan Chetumal de Cancún, donde presumiblemente estuvo dos días, y luego viajó a Islas Mujeres, ubicada a 11 kilómetros al norte de uno de los destinos turísticos más importantes del país y un corredor altamente vigilado por ser ruta vinculada al narcotráfico por el Caribe y una zona de alta peligrosidad para los turistas.

Las únicas autoridades que hicieron acto de presencia en el Santrina cuando este llegó al muelle fiscal de Isla Mujeres fueron la Secretaría de Marina, la Capitanía del Puerto y las autoridades municipales -ha revelado Por Esto!. Los funcionarios de Migración revisaron el barco 14 horas después de su arribo, y aceptaron sin reticencias la extraña explicación de los seis tripulantes: "pertenecían a una fundación ecológica internacional y estaban de prácticas por la zona".

En territorio mexicano, esta vez, Posada Carriles llevó una vida sin sobresaltos y totalmente libre del acoso o la vigilancia. En Islas Mujeres, recuerdan perfectamente a Posada Carriles. Es esta una localidad pequeña, donde todos se conocen, y como confirmó Renán Castro Madera, el coordinador general de Por Esto!, "cuando alguien llega y pasa más de cinco días o seis días, si es un turista, la gente se pregunta qué hace, con quiénes viene. Eso también agilizó nuestra indagación periodística."

A diferencia de los reporteros, las autoridades no han demostrado tener prisa en sus decisiones y averiguaciones. La denuncia del paso del terrorista por territorio mexicano fue informada a los legisladores federales en la sesión del 19 de abril, en el recinto legislativo de San Lázaro, en la Ciudad de México, y ese mismo día, la Cámara de Diputados solicitó un punto de acuerdo a la Secretaría de Gobernación y a la Procuraduría General de la República: que investigaran y respondieran sobre este asunto.

El 5 de julio, la Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas de la Procuraduría General de la República informó que había decidido investigar la presencia de Posada Carriles en México, casi 80 días después de que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión analizó las investigaciones periodísticas de Por Esto!.

¿Por qué? ¿Será, como afirman algunos analistas, que Posada Carriles y sus cómplices recibieron ayuda de funcionarios federales o locales? ¿Existen vínculos del terrorista con antiguos funcionarios que lo protegieron en el pasado y aún lo siguen protegiendo? ¿Cuál es la razón de que apenas se habla de este caso en México? ¿Por qué la mala memoria? ¿Qué diferencia a las nuevas víctimas del terrorismo de las que claman justicia desde el pasado?

Nos horrorizan las bombas en Londres, ¿y las de México? ¿Y las que sembró Luis Posada Carriles cuándo despertarán el horror del mundo?

Cronología de acciones terroristas de cubano-americanos en México

1963

1966

1967

1968

1969

1970

1972

1973

1974

1975

1976

1977

1978

1992

1993

Fuente: Méndez, José Luis: Salvar al mundo del terrorismo. Editorial Política, La Habana, 2003