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"ARMAGEDDON" BOLTON EN LA ONU

  John Bolton, el macabro zar de la inteligencia norteamericana  

• MIENTRAS está impulsando un nuevo proyecto de resolución contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, el Gobierno norteamericano nombra de Embajador ante el organismo internacional a un individuo que participó en la guerra sucia contra Nicaragua, defendió al régimen fascista de Augusto Pinochet y se opuso a que Estados Unidos se sometiera a una Corte Criminal Internacional…

A nadie se le ocurrió pensar en la Casa Blanca de George W. Bush que John Bolton, crítico de las propias Naciones Unidas y "heredero" del senador Jesse Helms, no era la persona idónea para ocupar tal puesto sin faltarle el respeto a esa asamblea de las naciones. Sin embargo, eso es lo que vino a la mente de decenas de diplomáticos en la sede neoyorquina de la institución cuando se supo la noticia.

Uno de los más descarnados críticos de las Naciones Unidas y autor de la frase "Por mí si la ONU pierde 10 pisos no hay gran diferencia", Bolton atacó abiertamente desde su puesto de subsecretario del Departamento de Estado al secretario General de la ONU, Kofi Annan, al anunciar su voluntad de limitar los conflictos armados y de establecer la supremacía de las fuerzas de la ONU. Acerca de los atrasos de pagos de Estados Unidos hacia la organización internacional, propuso el abandono de las contribuciones norteamericanas.

Una reflexión de Helms, pronunciada en enero del 2001, acerca de Bolton da escalofríos cuando uno piensa que el personaje ocupará el asiento de Washington en la sede de la ONU: "John Bolton es el tipo de hombre con quien yo quisiera estar en el Armageddon (el fin del mundo), si fuera mi suerte estar presente en lo que se prevé será la batalla final entre lo bueno y lo malo en este mundo".

Abogado formado en la Universidad de Yale -como unos cuantos ilustres representantes de la extrema derecha estadounidense-, Bolton ocupó puestos importantes en las administraciones de Reagan y Bush padre.

Con Daniel Fisk, Bolton (entonces asistente del Secretario de Justicia) fue parte de un equipo utilizado para atacar a la Revolución Sandinista en Nicaragua cuando Otto Reich trabajaba para encubrir las actividades de narcotráfico del operativo de la CIA Félix Rodríguez, y de su brazo derecho, el terrorista internacional Luis Posada Carriles.

Gracias a tales protecciones en el aparato judicial, Reich y sus hombres nunca fueron acusados ante los tribunales por las ilegalidades que cometieron.

Con Otto Reich, Bolton no ha perdido una oportunidad de trabajar a favor de la mafia cubanoamericana en las operaciones de desinformación contra Cuba, al alegar que la Isla poseía ADM, que había desarrollado un programa de armas biológicas y entregado a otros estados, lo que fue desmentido hasta por el propio Donald Rumsfeld.

Eminencia de la Heritage Foundation, ayudó activamente a esa organización de carácter neofascista a penetrar al Gobierno norteamericano, donde aplica sus teorías hegemonistas.

Crítico de los tratados internacionales, abogó en contra de las misiones de paz de la ONU, pero aplaudió los bombardeos de Serbia.

SE "ENCARGARA" DE IRAN, SIRIA Y COREA DEL NORTE

En cuanto a la ocupación de Iraq y las perspectivas de nuevas intervenciones militares: en febrero del 2003, según el diario israelí Haaretz, el entonces subsecretario de Estado norteamericano dijo que, después de derrotar a Iraq, EE.UU. "se encargaría" de Irán, Siria y Corea del Norte. Bolton siempre fue un ruidoso partidario de la línea dura contra esos países y se ha quejado de que la ONU no adoptó las "acciones enérgicas" necesarias contra ellos.

Pero lo más escandaloso del nombramiento de Bolton, mientras en Ginebra está reunida la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y que en los pasillos ya se está impulsando un nuevo proyecto de resolución contra Cuba, es que se trata del hombre que provocó el retiro de su país del Tratado de Roma sobre la creación de una Corte Criminal Internacional (ICC, siglas en inglés), firmado por Bill Clinton, el 31 de diciembre del 2000.

El distinguido representante de Estados Unidos en la ONU no escondió en aquel momento que se deseaba proteger a las tropas del Pentágono contra demandas, sino también confesó que su principal preocupación era "de que el Presidente, los miembros de su gabinete que integran el National Security Council y otros de los líderes civiles sean blancos potenciales de algún juez no subordinado" (a los intereses de los Estados Unidos).

Para Bolton, no es importante luchar contra el crimen de genocidio o los crímenes contra la humanidad. Lo fundamental es que el Presidente norteamericano y los funcionarios que lo rodean no tengan que responder por sus acciones.

Al anunciar la decisión a Kofi Annan, en una carta fechada el 6 de mayo del 2002, Bolton comentó al Wall Street Journal: "Este es el momento más feliz de mi servicio con el Gobierno".

Al señalar que el crítico más consecuente de Bolton en Washington era el senador por Minnesota, Paul Wellstone, muerto recientemente en un accidente aéreo, el columnista Ward Harkavy, del periódico neoyorquino Village Voice, comentó: "Con el nombramiento de Bolton como embajador en la ONU, todos nosotros tenemos ahora más posibilidades de acompañar a Wellstone más pronto que lo que deseamos".