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GUANTANAMO: MAS MILLONES PARA EL AUSCHWITZ TROPICAL

• MIENTRAS la Comisión de Derechos Humanos de la ONU se reúne en Ginebra y  el mundo se horroriza al descubrir las torturas infligidas por "interrogadores" norteamericanos a cientos de presos anónimos en el campo de concentración de Guantánamo, la Administración norteamericana no sólo se niega a reconocer los abusos y a liberar a las víctimas encarceladas sin pruebas, sino que aumenta de manera espectacular el presupuesto previsto para su detención perpetua.

Para colmo del cinismo, Bush incluyó en el mismo presupuesto suplementario los millones dedicados a las nuevas instalaciones carcelarias… ¡y un fondo para las víctimas del maremoto en el Océano Indico!

Hace unas semanas, el Pentágono hizo público que proyectaba construir en el enclave ilegalmente ocupado a Cuba en Guantánamo, una nueva cárcel de 25 millones de dólares que incluye un ala para tratamiento psiquiátrico de 1,7 millones de dólares, lo cual confirma su intención de mantener cautivos permanentemente a cientos de presos, sin esperanza de liberación.

Tranquilamente, el Gobierno de Bush acaba de esconder en un presupuesto suplementario de 82 000 millones de dólares para sufragar las operaciones militares en Iraq y Afganistán, el aumento de previsión presupuestaria de más de 15 millones de dólares. El costo previsto para la construcción de la nueva instalación pasa súbitamente de 25 millones a 41,8 millones de dólares.

El mismo fondo extraordinario solicitado por Bush para gastos "militares", incluye 950 millones para las decenas de miles de víctimas del tsunami en Asia… una modesta fracción del total de 82 000 millones de dólares destinados a infligir más sufrimiento a naciones ocupadas por las tropas imperiales.

FRENTE AL MAR, UNA CERCA DE 5 MILLONES

Los fondos destinados a Guantánamo aparecen en la sección de "Construcción Militar" del documento y serán consagrados, según éste, a la "construcción de una instalación permanente y a una cerca de seguridad".

El dinero será consagrado a un edificio en el "Camp Six", una de las varias instalaciones de detención de la Base. Algunas fuentes han descrito la nueva cárcel como una construcción de 200 celdas individuales con cuartos de interrogación "provistos de cámaras de vigilancia".

La sola "cerca de seguridad", de alta tecnología, que permitirá vigilar la instalación, y particularmente el acceso a ésta, "situada frente al mar", cuyo costo había sido valorado en cuatro millones, pasó a cinco.

La nueva construcción decidida por la Administración de Bush se hará sin tener en cuenta el hecho de que tribunales norteamericanos estudian la legalidad de la detención permanente de "sospechosos" sin nombre ni cara, contra los cuales, en la mayoría de los casos, ni existen pruebas de delito alguno.

El jefe del Estado Mayor conjunto estadounidense, el general Richard Myers, ya anunció que "algunos de los presos" son "lo suficientemente malos para no desear liberarlos" y que serán detenidos en Guantánamo, "poco importa lo que las cortes decidirán".

"La solicitud de fondos ocurre mientras la cárcel del Sureste de Cuba está vinculada al peor escándalo de tortura", ha comentado The Miami Herald, que no se distingue por sus reclamos humanitarios. Paradójicamente, el periódico parece ser el único en haberse dado cuenta de alguna anomalía en los cálculos exponenciales de la Casa Blanca.

"crear condiciones… para interrogatorios exitosos"

El desarrollo de las nuevas instalaciones carcelarias de Guantánamo tiene que ser orientado según el concepto de su primer comandante, el mayor-general Geoffrey Miller, cuyos "éxitos" en cuanto al uso de la tortura lo llevaron luego a Abu Ghraib.

Según un libro explosivo titulado Torture and Truth (Tortura y Verdad), del periodista británico Mark Danner, que acaba de ser publicado, Miller fue quien sugirió entonces la reorganización de los lugares de detención para ayudar a los guardias "a crear condiciones… para interrogatorios exitosos".

Es con la intervención de Miller que la tortura y las humillaciones infligidas por guardias en la extensa red norteamericana de campos de concentración y de interrogación para "enemigos combatientes" alcanzaron su colmo, señala el diario británico The Guardian al comentar el libro.

"Los presos fueron encapuchados, amenazados con torturas, tuvieron pistolas apuntadas a su cabeza, fueron obligados a desnudarse, a comer puerco y tomar alcohol, golpeados hasta sangrar a veces con instrumentos como escobas o sillas, colgados del marco de puertas con esposas, llevados a creer que iban a ser electrocutados, tuvieron la cabeza sumergida en cubos de baños, obligados a simular masturbación, forzados a acostarse los unos por encima de los otros y dejarse fotografiar, los orinaban encima, amenazados y, en un caso, gravemente mordido por perros, sodomizados con una luz química, montados como caballos, obligados a usar ropa femenina, violados, privados de sueño, expuestos al sol del mediodía, puestos en posiciones de estrés, y llevados a acostarse desnudos en celdas de cemento vacías, en la oscuridad completa, durante días."

El mismo rotativo cuenta cómo, en octubre del 2002, el teniente-coronel Jerald Phifer, entonces jefe de las operaciones de interrogación en Guantánamo, solicitó a las más altas autoridades el permiso de infligir más sufrimiento a los presos.

En su carta, el oficial enumeraba toda una serie de malos tratos cuya aplicación protagonizaba, incluyendo el "warterboarding", una técnica donde se da la sensación al preso de que se va a ahogar.

El documento llegó hasta la mesa de trabajo de Donald Rumsfeld. El Secretario de Defensa de un gobierno que próximamente pretenderá aparecer en Ginebra como defensor de los derechos humanos.

(Granma Internacional)