Siete veces caerá el justo, y se levantará; pero los impíos se precipitarán en el mal. Salomón, Proverbios Esta reflexión salomónica fue la primera que pasó por mi cabeza, una vez recuperado de la amargura del mal rato, ese mal rato compartido con millones de cubanos y personas honestas del mundo.Cada tristeza revolucionaria, es alegría contrarrevolucionaria. Y así debe ser: En corazón chiquito odio gigante.No quiero dedicar ni una oración a quienes oran odio. Al colosal coloso, que a tantas y tantos ha ayudado a levantar por el mundo, le tocó echar rodilla en tierra."Lo importante no son las caídas, sino las levantadas", solía decir mi abuelo, y tenía toda la razón del mundo.Lo más importante de un hombre es su pensamiento, y ese está intacto. Lo más imperecedero de un hombre es su ejemplo. Y ese está intacto. Y lo más importante de todo: lo sigue un pueblo de pensadores ejemplares. Así que tenemos al caído más levantado del mundo.Pónganse de un lado las escasas declaraciones ofensivas y groseras y pónganse del otro la muchedumbre tierna y preocupada de gente honesta. La balanza inclina mayoritariamente a la sensibilidad humana.Supe de una mujer de pueblo que llamó urgente a un periódico y exigió que le pusieran personalmente al director porque él - y no otro -, debía informarle sobre la salud de su Comandante. No le bastaba la noticia de papel y tinta, necesitaba la calidez de la voz para tranquilizarse.Un hombre de acción aún sentado, está en acción. Y a este Gigante el pensamiento le camina ligero, sin fracturas. Las ideas tienen piernas largas y flexibles, y llegan mucho más lejos que las convencionales. Amárrense los cinturones de seguridad que el Gigante - sentado temporalmente -, ya ha echado a andar.Quiero recordar tan solo estos versos del poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios, Almafuerte, que vienen muy bien para su temperamento:Si te postran diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas:no han de ser tus caídas tan violentasni tampoco, por ley, han de ser tantas.