El terrorista Luis Posada Carriles llegando ayer al Tribunal Marítimo de Panamá donde se le juzga
ESPECIAL PARA CUBADEBATE DESDE CIUDAD DE PANAMÁ
La explosión que pretendían provocar Luis Posada Carriles y sus cómplices en el paraninfo de la Universidad de Panamá, de no haber sido impedida por la policía panameña, hubiera provocado una tragedia comparable a la de Madrid, confirmó ayer a la prensa el Fiscal Arquímedes Sáez, poco después de haber presentado un magistral alegato ante el juez Hoo Justiniani.
"Según los especialistas (de la policía nacional panameña), la capacidad de los explosivos en poder de los acusados era 'total'. ¡Valoran que hubiera podido matar a una persona sentada en un carro blindado a 200 metros!", indicó al contestar las preguntas de periodistas de la televisión.
"Vinieron a Panamá dispuestos a todo", subrayó al reclamar "penas maximales para esos terroristas".
Muy preparado y asistido con una eficiencia infalible por tres ayudantes que le presentaban, en segundos, cada uno de los documentos a los cuales se refería, Sáez, un joven procurador ya de reputación envidiable, demostró de manera implacable la culpabilidad de Posada, Pedro Remón, Guillermo Novo y Gaspar Jiménez, así como de sus cómplices radicados en Panamá, Cesar Matamoros y su chofer José Hurtado.
Sáez apoyo el conjunto de su alegato sobre las innumerables contradicciones, falsedades y mentiras que constituyen las declaraciones hechas por los acusados a la Fiscalía en el curso de los tres últimos años, un sistema destinado "a tapar el sol con un dedo".
Demostró como Pedro Remón, en particular, trató de engañar a la Fiscalía, después de cinco meses durante los cuales se negaba a hablar mientras "estudiaba detenidamente los tomos del expediente".
Ante el juez Hoo, un experto en causas de homicidio conocido en los medios judiciales por su probidad y su rectitud en la aplicación de la ley, Saez explicó con varias referencias a testimonios escritos de José Hurtado y de la trabajadora social Jenny Sensi, como el chofer de Cesar Matamoros había presentado cuatro versiones distintas de su supuesto 'descubrimiento' de los explosivos en el carro que manejaba.
Según la Fiscalía. Posada y sus sicarios habían decidido deshacerse de este peligrosísimo material al sospechar que una intervención policíaca estaba al producirse. Así mandan a Hurtado a lavar uno solo de los tres carros de que disponen, el que contiene los 44 kilos de explosivos. "¡Minutos después, llegó la policía!", recordó el jurista.
La presentación de testigos en el juicio a Posada Carriles se terminó en horas de la tarde de este martes. Las reglas de procedimiento panameñas conceden un interés prioritario al enorme informe constituido por el Ministerio Público durante varios meses de investigación. La presencia física de los varios testigos quienes ya han ofrecido sus declaraciones por escrito, se usa fundamentalmente con el solo objetivo de precisar, ampliar, completar o discutir las informaciones ya entregadas.
El desarrollo de la audiencia se aceleró repentinamente cuando el Ministerio Público, los abogados querellantes y la defensa así como el juez del Juzgado Quinto Penal Justiniani, convinieron en obviar una serie de pruebas.
UN INTENTO GROTESCO DE ENGAÑAR A LA PRENSA
El receso en hora de almuerzo se produjo al exterior del Tribunal Marítimo, donde tiene lugar el juicio, un incidente bastante grotesco que ilustra el nivel de ética característico del equipo de abogados defensores encabezados por Rogelio Cruz.
Visiblemente espantado por la presencia del Embajador de Venezuela en la audiencia del día anterior, Cruz, un abogado identificado con el mundo del narcotráfico, hizo presentar a un grupo de periodistas que se alejaban del edificio de la corte, de manos de su colaboradora y pariente Rosa Mancilla, el texto de una "absolución" con la que Posada se había supuestamente beneficiado en Venezuela. La maniobra de desinformación, una vez averiguada, se revela particularmente viciosa.
Las hojas fotocopiadas así repartidas sin el conocimiento de la Corte, son constituidas exclusivamente de fragmentos de una decisión de un tribunal de primera instancia efectivamente tomada pero poco después anulada por un tribunal superior.
De hecho, el proceso contra Luis Posada Carriles en Venezuela pasó sucesivamente de la jurisdicción civil a la militar y de la militar nuevamente a la civil y luego... nuevamente a la militar, lo que duró hasta 1985 cuando Posada se fugó de la cárcel donde se encontraba detenido; eso gracias al apoyo financiero y logístico de la Fundación Nacional Cubano Americana y al operativo CIA Félix Rodríguez Mendigutía, quien dirigía entonces, bajo orientaciones del Coronel Oliver North, las operaciones de trafico de armas y de narcóticos que dieron luego lugar al mal llamado escándalo Iran-Contra.
Por tanto la presentación a la prensa de este documento supuestamente revelador' no es otra cosa que un truco más en la interminable campaña de engaño que desarrollo Rogelio Cruz desde que se encargó de salvar' al grupo de connotados terroristas, a solicitud de varias organizaciones miamenses vinculadas al terror.
CELEBRIDADES TERRORISTAS DE SOUTH FLORIDA
Ayer también aparecieron en la sala del tribunal otras tres figuras conocidas de South Florida cuya trayectoria criminal se vincula a algunos de los grupos terroristas más ruidosos.
Personajes tales como Osiel González Rodríguez, un auténtico producto de la escuela del crimen de Fort Benning donde estudió' técnicas de sabotaje junto a Posada Carriles, luego detenido en los Estados Unidos en 1971 con un cargamento de armamento y explosivos, bien fichado como dirigente de Alpha 66; Pedro Gómez, algo envejecido, miembro del movimiento dirigido por Ramón Saúl Sánchez, cuyas hazañas en la organización terrorista Omega 7, al lado de Pedro Remón, son bien conocidas.
A esos personajes, connotados terroristas de toda una vida, se sumó Alicia del Busto, alias Alicia Gutiérrez, también asociada a Remón y Sánchez, quien tuvo la imprudencia de tratar de provocar un incidente en la vía publica adyacente al edificio del tribunal.
La composición de la delegación miamense, encabezada por Ernesto Abreu, permite vincular al conjunto de la operación fracasada que intentaron Posada, Remón, Jiménez y Novo a varios cabecillas y grupos terroristas miamenses cuyas actividades criminales siguen siendo toleradas.
Bien al contrario del profesionalismo del Fiscal Sáez, el trabajo del abogado Cruz y sus ayudantes -su sobrino y la esposa de este- se distinguió por su ineficiencia. Vociferando sus preguntas, el mediático abogado fue llamado al orden por el juez quien califico en varias oportunidades sus preguntas de "impertinentes".
"Nos encontramos en un juicio de derecho y no ante jurado", había comentado el juez al abrir la sesión. "No va impresionar el que más grita".
El magistrado tuvo que indicar a Cruz se abstuviera de hacer comentarios, ordenándole sentarse y que debía pedir permiso y levantarse antes de hacer uso de la palabra.
Un abogado querellante señaló en otro momento que Cruz se divertía en interrumpir los demás para luego reírse con sus colaboradores.
Mientras tanto la mayoría de sus clientes terroristas se interesaron vivamente con el testimonio, breve pero educativo, de dos químicos quienes explicaron cómo habían determinado, utilizando sistemas de espectroscopia, que las muestras de productos "cremosos" encontrados por la policía en su investigación del caso eran explosivos "de tipo militar". Químico de formación, Posada no se perdió una palabra de la explicación.
Sin embargo, Hurtado, el chofer, se apoyaba negligentemente la cabeza contra la pared, mascando goma, y enseñando una expresión resignada
Se prevé que los varios abogados querellantes y de la defensa, que disponen cada uno de una hora para sus alegatos, completarán hoy esas intervenciones antes de que el tribunal se retirara para tomar una decisión.
A los terroristas internacionales encabezados por Luis Posada Carriles, se les juzga por posesión de explosivos, asociación ilícita para delinquir contra la seguridad colectiva y co