Los vigentes campeones nacionales de Granma derrotaron por tercera jornada consecutiva a los Tigres de Ciego de Ávila, esta vez con holgada pizarra de 8-2, para colocarse a solo un paso de acceder a la gran final de esta Serie Nacional 61.
A varios kilómetros de allí, los Cocodrilos de Matanzas remontaron una desventaja de cuatro carreras y vencieron por tercera ocasión a los Gallos de Sancti Spíritus, esta vez 5-4, para colocarse también a solo un triunfo de pasar por tercera temporada consecutiva a la final de nuestro campeonato doméstico.
A golpe de muñecas la banda de Carlos Martí impuso respeto sobre la grama, al remolcar todas las carreras por cuadrangulares, en un pleito donde a pesar de celebrarse en terreno contrario, encontraron muy poca resistencia.
Desde el mismo primer episodio los Alazanes le “incendiaron la selva” a los felinos, cuando el enmascarado Iván Prieto le sacudió un bambinazo con el establo lleno al diestro Luis Alberto Marrero, para que su tropa tomara una ventaja tempranera que no perderían jamás durante el resto del desafío.
Una entrada más tarde, Guillermo Avilés haló para su mano un envío del serpentinero abridor y le desapareció la pelota por encima de los colchones con uno a bordo, para sacarlo del box en medio del silencio de sus parciales en las tribunas del José Ramón Cepero.
En el sexto capítulo el zurdo Bayamés continuó en estado de gracia y volvió a llevarse las cercas con un compañero en un saco, ahora ante el relevista Osvaldo Contreras, por acabar de hacer humo las esperanzas de remontadas de su rivales, si es que a esas alturas del partido aún existían.
La victoria fue para el también zurdo Yunier Castillo al transitar una ruta de siete episodios con apenas tres indiscutibles aceptados, para celebrar por todo lo alto el día de su cumpleaños.
La única anotación que permitió fue en el segundo apartado después de un tubey de Osvaldo Vázquez y par de rolatas al cuadro que lo empujaron para el plato.
La otra de los muchachos de Yorelvis Charles se produjo a la hora de recoger los bates, por jonronazo de Abdel Civil con el rescatista Kelbis Rodriguez en la trinchera opuesta.
Con esta victoria Granma iguala el balance histórico con Ciego de Ávila en postemporadas, al archivar cada escuadra 12 triunfos desde que se han visto las caras en estas instancias.
Por otra parte, los del Yayabo fueron incapaces de defender una ventaja en la pizarra a pesar de utilizar al rescate a su mejor serpentinero disponible, y no pudieron romper un maleficio en el Victoria de Girón, al salir derrotados en 18 de los últimos 19 desafíos que allí han disputado.
Los Gallos plantaron su valla en medio del pantano y en el segundo inning marcaron dos rayitas para tomar el mando, al ligarle cuatro imparables al zurdo Yamichel Pérez, dos de ellos impulsadores de Moisés Esquerre y Daniel González.
En el quinto pisaron otra vez dos veces la goma del plato en una escaramuza que incluyó un ponche con wild, un error de la defensa, y dos cohetes remolcadores del gran Frederich Cepeda y Dismany Ortiz, conexiones que hicieron tambalearse en la lomita al pitcher rival.
La rebelión yumurina llegó en la parte baja de esa misma entrada con un manojo de tres anotaciones que hicieron saltar del box al abridor José Luis Braña, designado por el mentor Eriel Sánchez ante la enfermedad de su as Yuen Socarrás, aquejado por un estado gripal.
Un hit impulsador de Yadil Mujica y un doblete de Erisbel Arruebarrena (hoy como tercer madero ante la ausencia por expulsión de Ariel Sánchez), fabricaron las carreras.
La dirección espirituana, obligada por las dos derrotas que archivaban ante los anfitriones, encaramó a José Eduardo Santos en la lomita para tratar de calmar sus ímpetus, y la estrategia no fructificó.
Después de colgar un par de argollas en la pizarra, un tubey de Jefferson Delgado y un batazo de vuelta completa de Arruebarrena, sentenciaron las acciones mientras la fanaticada en los graderíos, a ritmo de conga, disfrutaba como nunca.
Yamichel sacó fuerzas de lugares que pocos mortales conocen, y logró caminar todo el trayecto para llevarse la victoria, en un esfuerzo tremendo para proteger su bull-pen para próximas batallas.
