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Demócratas y republicanos en el Congreso llegan a acuerdo para investigar asalto al Capitolio

Seguidores de Trump vagan bajo la Rotonda del Capitolio después de invadir el edificio, el 6 de enero de 2021. Foto: AFP

Congresistas demócratas y republicanos llegaron este viernes a un acuerdo para crear una comisión independiente destinada a investigar el asalto al Capitolio de Washington, el pasado 6 de enero, por una turba de seguidores de Donald Trump, que interrumpió la sesión en la que se confirmaba el triunfo electoral de Joe Biden y dejó cinco muertos.

“Es imperativo que busquemos la verdad de lo ocurrido el 6 de enero con una comisión independiente, bipartidista, al estilo de la del 11-S, para examinar e informar sobre los hechos, causas y seguridad en torno al ataque terrorista de una multitud”, afirmó la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi.

El acuerdo fue alcanzado por legisladores de ambos partidos en el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.

El congresista demócrata Bennie G. Thompson y el republicano John Katko se encargarán de presentar una iniciativa legislativa para crear la comisión, que tendrá diez miembros, cinco elegidos por cada bando.

Los integrantes de la comisión no podrán ser empleados gubernamentales y deberán tener “una amplia experiencia en ámbitos como la aplicación de la ley, los derechos civiles, las libertades civiles, la privacidad, la inteligencia y la ciberseguridad”, precisó una la nota que anunció la decisión.

La comisión tendrá poder para obligar a posibles testigos a declarar, aunque para hacerlo tendrá que haber un acuerdo previo entre su presidente y su vicepresidente o la mayoría de votos de sus integrantes. Su misión será redactar un informe con sus hallazgos y recomendaciones para finales de este año.

La creación de la comisión debe ser aprobada por el Congreso, lo cual tendría un trámite más favorable en la Cámara Baja pero más complicado en el Senado por la ajustada mayoría que tienen los demócratas y porque el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, se ha opuesto a su creación.

Los conservadores han defendido que ese órgano no solo debería centrarse en los sucesos del pasado 6 de enero, sino también en las actividades del movimiento Antifa y de Black Lives Matter durante el verano de 2020, cuando se desarrollaron protestas frente a la brutalidad policial contra los afroamericanos.

Los demócratas lo rechazan porque esos grupos no irrumpieron de manera violenta en el Capitolio y consideran que el asalto merece una investigación específica.

Cinco personas murieron, entre ellas un policía, durante la violenta irrupción de cientos de partidarios de Trump en la sede del Congreso de Estados Unidos cuando se celebraba una sesión conjunta de ambas cámaras para ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios presidenciales de noviembre pasado.

Inadaptados, turistas y una investigación que es “hostigamiento”, según republicanos

Ignorando la evidencia y la propia experiencia personal, legisladores republicanos están promoviendo una versión falsa del ataque del 6 de enero al Capitolio, diciendo que los sublevados −que usaron palos de banderas como armas, golpearon salvajemente a la policía y gritaban que querían colgar al vicepresidente Mike Pence− actuaban pacíficamente en un esfuerzo por alterar el resultado de la elección que elevó a Joe Biden a la presidencia, señala un análisis de la agencia estadounidense AP.

Un republicano que participó en una audiencia legislativa esta semana dijo que los sublevados eran una “banda de inadaptados”. Otro los comparó con turistas. Un tercero sostuvo que la investigación de lo ocurrido, que generó más de 400 arrestos y continúa, constituye una campaña nacional de hostigamiento.

Es un giro que la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, uno de los blancos de la turba que irrumpió en el Capitolio, describió como “espantoso” y “enfermizo”, y que plantea la posibilidad de que se tergiverse lo ocurrido en el peor ataque sufrido por el Congreso en 200 años usando el mismo tipo de desinformación que emplea Donald Trump al afirmar falsamente que le robaron las elecciones, la mentira que empujó a sus partidarios a atacar el edificio.

“No sé de ningún día normal por aquí en el que la gente amenaza con colgar al vicepresidente de Estados Unidos o pegarle un tiro a la presidenta (de la Cámara Baja), o lastima a tantos policías”, comentó Pelosi.

Se suponía que la audiencia sería parte de una investigación que tiene por fin explicar lo sucedido el 6 de enero: las señales alarmantes que nadie quiso ver, la confusión y las demoras que permitieron a los atacantes aterrorizar al Congreso durante toda una tarde. Pero varios republicanos usaron sus turnos no para interrogar testigos sino para restar importancia al brutal ataque a la sede de la democracia estadounidense.

“Seamos honestos con el pueblo estadounidense. No fue una insurrección, no podemos describirla así y ser verídicos”, declaró el representante Andrew Clyde.

Clyde dijo que un video de lo sucedido pinta la imagen de “una visita turística normal”. Las personas del video, sin embargo, pudieron entrar al edificio después de que los manifestantes rompiesen los vidrios, apaleasen a la policía e irrumpiesen en el Congreso mientras los legisladores eran evacuados frenéticamente. Se dirigieron a la sala de la Cámara de Representantes, donde trataron de derribar la puerta cuando todavía había legisladores adentro.

Clyde no fue el único republicano que defendió a los sublevados. El representante Paul Gosar tildó de “mártir” a una mujer que murió baleada por la policía al tratar de ingresar a una sala contigua al salón la de la Cámara Baja.

Sostuvo que Ashli Babbitt fue “ejecutada” y destacó que era una veterana de la fuerza aérea que portaba una bandera estadounidense. El Departamento de Justicia investigó el episodio y decidió no encausar al agente que le disparó.

El Departamento de Justicia, afirmó Gosar, “hostiga a patriotas pacíficos en todo el país”, presentando cargos en contra de cientos de personas que participaron en la toma del Capitolio.

El representante Jody Hice también pintó a los sublevados como víctimas, señalando que cuatro habían muerto, incluida Babbitt. Los otros tres sufrieron emergencias médicas. “Ese día murieron partidarios de Trump que no trataban de matar a otros”, manifestó.

El episodio tuvo una quinta fatalidad, la del agente Brian Sicknick, muerto al día siguiente. Hay videos que muestran a dos hombres que lo rociaban con un spray, pero el médico forense dictaminó que había sufrido un derrame y fallecido por causas naturales. Los dos individuos fueron acusados de atacar a policías.

Otros dos agentes se suicidaron en los días subsiguientes y decenas resultaron heridos, incluido uno que sufrió un paro cardíaco y otros que sufrieron lesiones cerebrales o quedaron incapacitados de por vida. El sindicato que los representa dice que varios agentes nunca volvieron a trabajar.

Los esfuerzos por defender a los sublevados se produjeron el mismo día en que los republicanos destituyeron a Liz Cheney, la presidenta de la conferencia republicana de la Cámara Baja, un cargo de mucho peso, por insistir en que la tesis de que a Trump le robaron la elección es mentira.

El representante demócrata Jamie Raskin dijo que la sanción a Cheney hace que los republicanos se sientan “envalentonados y emancipados”.

“Decidieron apoyar a Donald Trump y la ‘gran mentira’, y la ‘gran mentira’ incluye ahora una negación de lo que sucedió el 6 de enero”, afirmó Raskin.

Timothy Naftali, profesor de historia y servicios públicos de la Universidad de Nueva York, dijo que es “extremadamente cínico” pretender que no hubo insurrección. “La amnesia política nunca ayuda, es una fuente de veneno”, advirtió.

Dada la cantidad de evidencia del ataque al Capitolio, con fotos y videos, defender a los alzados exige omisiones creativas. Clyde, por ejemplo, subrayó que los sublevados no llegaron a la sala de la Cámara de Representantes, ignorando el hecho de que lo intentaron y fueron rechazados por policías, arma en mano.

Algunos legisladores se refugiaron en la galería del salón mientras los atacantes golpeaban las puertas.

“Nadie entró al salón de la Cámara Baja y no hubo insurrección. Esa es la verdad”, insistió Clyde.

Los alzados sí llegaron al salón del Senado minutos después de que los senadores fuesen evacuados. Algunos llevaban equipo táctico. “¿Dónde están?” los senadores, gritaban, mientras revisaban sus escritorios. Acto seguido se dirigieron a la oficina de Pelosi y se robaron una computadora.

Algunos republicanos −unos en privado, otros públicamente− dejaron en claro que no están de acuerdo con la defensa de los sublevados.

“Estuve allí”, declaró el senador Mitt Romney. “Lo que sucedió fue un intento violento de interferir y de prevenir la instalación de un nuevo presidente. En ese sentido, fue una insurrección contra la Constitución. Hubo daños a la propiedad, heridas graves y muertes”.

Representante pro-Trump sustituye a Liz Cheney como número tres de republicanos en Cámara Baja

Los republicanos seleccionaron este viernes a la legisladora Elise Stefanik como la nueva “número tres” del partido en la Cámara de Representantes tras la expulsión el miércoles de la congresista Liz Cheney por sus críticas al expresidente Donald Trump (2017-2021).

Stefanik, congresista por Nueva York, de 36 años, se impuso con holgura al legislador por Texas Chip Roy en una votación que quedó 134-46.

En momentos en que Cheney y otros republicanos antitrumpistas tratan de alejar al partido del expresidente, Stefanik ratificó la importancia de este y el control que ejerce sobre ellos.

Republicanos en la Cámara castigan a Liz Cheney por su oposición a Trump | Cubadebate

“Los votantes determinan quién es el líder del Partido Republicano y el presidente Trump es el líder al que aspiran”, dijo, antes de añadir que Trump “es una voz importante en el Partido Republicano y esperamos con ansia trabajar con él”.

“Estoy orgullosa del respaldo del presidente Trump. Es el líder más importante en nuestro partido para los votantes, y es importante que trabajemos como un equipo para ganar la mayoría en 2022”, afirmó poco antes de la votación.

Los republicanos tienen como objetivo recuperar el control de la Cámara de Representantes, actualmente con mayoría demócrata, en las elecciones legislativas del próximo año.

De este modo el expresidente logra colocar a una estrecha aliada en el liderazgo del Partido Republicano en el Congreso, tras la guerra interna abierta por Cheney al refutar las denuncias infundadas de Trump de que hubo un fraude en los comicios presidenciales de noviembre pasado, que dieron como ganador al actual mandatario estadounidense, el demócrata Joe Biden.

“Enhorabuena a Elise Stefanik por su gran y abrumadora victoria. Los republicanos en la Cámara están unidos y el movimiento por volver a hacer a EE.UU. Grande de Nuevo es fuerte”, declaró Trump en un comunicado.

Con esta votación se consuma una purga que se esperaba por parte del Partido Republicano, que sigue al lado del expresidente y apartando a las voces críticas que rechazan las acusaciones de fraude electoral.

(Con información de AP, AFP y EFE)