Cubadebate

Pero Cuba se independizó y los poderoso grupos de poder económico y político de EE.UU. no podían permitir en su traspatio una nación independiente que
desafiara su poderío y pudiera servir de ejemplo para otras del área. Cuba era una
“amenaza” a los patrones impuestos por el imperio en América Latina y El Caribe. Desde entonces: agresiones militares, económicas, mediáticas, psicológicas, diplomáticas y biológicas; acciones terroristas, planes de eliminación física de los principales dirigentes, promoción de la subversión interna, campañas de descrédito,
estimulación a la emigración ilegal, pretensiones de vincular a Cuba con el terrorismo, el narcotráfico internacional, el tráfico humano y la tergiversación de la
solidaria ayuda que ésta brinda a procesos democráticos en la región, forman parte
del alto precio que ha tenido que pagar Cuba por alcanzar y mantener su
independencia y soberanía en que un grupo de cubanos han sido instrumentos empleados por los gobierno de los EE.UU.
Ciertamente no conozco cuáles son “los cubanos que forman parte
del gobierno de los Estados Unidos”, pues ninguno de esos llamados cubano-americanos cumplen los requisitos establecidos por nuestra Constitución para llevar la ciudadanía cubana y quien crea que de verdad los emigrados contrarrevolucionarios cubanos imponen al gobierno de turno su agenda política, olvidan que aun persiguiendo los mismos propósitos que todos los gobiernos estadounidenses: derrocar a la Revolución cubana, Obama cambió la táctica, pese a las protestas de los llamados cubano-americanos en el Congreso de ese país, de sus sostenedores y del lobby anticubano.
Por otra parte, el Gobierno cubano no ignora a su emigración y cada vez realiza mayores acciones para fortalecer un diálogo fructífero con ella, pero que nadie se confunda, que gente de la estirpe del difunto Posada Carriles jamás podrán tener asiento en ese diálogo.
Tampoco el gobierno revolucionario de Cuba en momento alguno se ha negado a un diálogo respetuoso con las autoridades estadounidenses; la pelota está del otro lado y son ellos quienes tienen que ponerla en juego.
“Nuestra aspiración es a vivir en paz y relacionarnos con nuestro vecino del Norte como lo hacemos con el resto de la comunidad internacional, sobre bases de igualdad y respeto mutuos, sin injerencias de ninguna índole. Es la posición del Partido y del Estado. Es la voluntad de nuestro pueblo.” Decía Díaz-Canel al clausurar el VIII Congreso del Partido.
Más de una vez se ha puesto de manifiesto que el Gobierno de Cuba no confunde al pueblo estadounidense, ni a la emigración cubana en ese país con los grupos de poder que sostienen una política hostil contra Cuba y su pueblo.