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COVID-19 en el mundo: Agencia reguladora de la UE podría dar luz verde a primera vacuna la próxima semana

Varios países han autorizado ya esta vacuna contra la COVID-19, como Reino Unido, Catar, Estados Unidos y Canadá, pero bajo la modalidad de autorización de urgencia, que implica posterior revisión y confirmación. Foto: Reuters.

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) podría emitir su visto bueno para la vacuna de BioNTech y Pfizer el próximo 23 de diciembre, con lo que los países de la UE seguirían a naciones como Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, donde ya se autorizó de urgencia el uso de esa vacuna contra la COVID-19.

Según publican medios de prensa alemanes y declaraciones de una fuente del Gobierno de ese país a Reuters, la EMA daría el visto bueno a la vacuna de BioNTech y Pfizer, y en enero a otra desarrollada por la farmacéutica Moderna.

En una rueda de prensa, el ministro alemán de Sanidad, Jens Spahn, aseguró que se trataría de una “buena noticia” antes de Navidad y destacó la importancia de que haya un proceso europeo y no nacional en la autorización de la vacuna, pues así se puede aprovechar el conocimiento y la experiencia de las diversas agencias responsables en los países miembros.

Además, permite que se empiece a vacunar simultáneamente en las 27 naciones, lo que aumenta la cohesión dentro de la UE, argumentó Spahn.

“Seguramente los países más ricos hubieran podido empezar a vacunar antes, pero no hubiera sido positivo, hubiera generado una sensación de injusticia”, dijo.

La EMA solo da el visto bueno, y es la Comisión Europea (CE) el ente que otorga la autorización, para lo que se ha dado un plazo de 24 horas tras emitirse el visto bueno de la agencia reguladora.

El diario Bild, citando fuentes en la Comisión Europea (CE) y el Gobierno alemán, informó que el inicio de la campaña de vacunación en Alemania sería el 26 de diciembre, aunque otros medios lo adelantan al 25.

Varios países han autorizado ya esta vacuna contra la COVID-19, como Reino Unido, Catar, Estados Unidos y Canadá, pero bajo la modalidad de “autorización de urgencia” que es temporal y debe ser revisada y confirmada.

El procedimiento de la EMA, sin embargo, es el ordinario, lo que retrasa los plazos pero aporta más seguridad al proceso, señaló Spahn.

“Es importante que hayamos optado por un proceso ordinario de autorización de la vacuna. Eso ayuda a que haya confianza y es clave en un proceso de vacunación. Será la primera autorización en el mundo tras un proceso ordinario”, apuntó.

Según el funcionario, “si hubiéramos hecho una autorización de urgencia, estaría recibiendo correos de gente protestando porque no quiere ser utilizada como conejillo de indias”.

Una portavoz de BioNTech aseguró a Bild que la empresa ya ha producido y almacenado parte del contingente de vacunas que compró la Unión Europea. “En cuanto tengamos luz verde de la EMA y de la CE, podemos empezar con la descarga y la distribución de las vacunas a los centros”, indicó.

La vacuna llegaría a los europeos en un momento crítico, con un aumento de casos y muertes en varios países. Este martes, la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que las segundas olas por regla general siempre han sido más duras que las primeras y reconoció una cierta inercia por parte de Europa ante la posible llegada de una pandemia al continente.

“Históricamente las segundas olas de una pandemia son frecuentemente las más peligrosas y mucho más duras que las primeras olas. En la primera ola todos caen primero en un estado de conmoción, y en la segunda ola nos creemos que ya sabemos más o menos lo que se puede hacer”, dijo.

Casos confirmados superan los 71 millones en todo el mundo

Más de 71.72 millones de personas han sido infectadas por el nuevo coronavirus a nivel mundial, según las cifras oficiales de casos confirmados, y 1 617 584 enfermos han muerto, según un recuento de Reuters.

Se han notificado infecciones en más de 210 países y territorios desde que se identificaron los primeros casos en China, en diciembre de 2019.

Gobierno sueco reconoce mala percepción de segunda ola

Las autoridades sanitarias en Suecia, que optaron por no imponer un confinamiento nacional en respuesta a la primera oleada de la pandemia del coronavirus, no calibraron bien el alcance del repunte del virus, admitió el martes el primer ministro del país.

“Creo que la mayoría de la gente en la profesión no vio una oleada ante ellos, hablaban de diferentes focos”, dijo al periódico Aftenposten el primer ministro, Stefan Lofven.

Lofven, que lidera una coalición de Gobierno formada por socialdemócratas y verdes, hizo esas declaraciones unas horas antes de que se publicaran las conclusiones preliminares de una comisión que investiga la gestión sueca de la pandemia.

La coalición de gobierno sueca dijo en el verano que se nombraría una comisión cuando hubiera pasado la crisis, pero después se vio presionada para acelerar el proceso.

La agencia estadística sueca informó el lunes de 8 088 muertes en noviembre, sumando todas las causas. Es la mortalidad más alta registrada en ese mes en el país escandinavo desde el primer año de la epidemia de gripe que golpeó al mundo entre 1918 y 1920.

En noviembre de 1918 murieron 16 600 personas en el país, indicó Tomas Johansson, de Estadísticas de Suecia.

Suecia ha reportado este año 320 098 casos de coronavirus y 7 514 muertes asociadas a la COVID-19, una cifra de muertos mucho mayor a la de sus vecinos nórdicos Noruega, Finlandia y Dinamarca.

Un brusco aumento de los casos en otoño castigó a su sistema de salud. Los contagios se expandieron con rapidez entre el personal sanitario, lo que llevó al Gobierno a apoyar restricciones adicionales como un veto a la venta de alcohol en los restaurantes y bares de todo el país a partir de las 22:00 horas.

Suecia también ha impuesto sus restricciones más duras hasta la fecha y ha prohibido las reuniones en público de más de ocho personas.

Países pobres afrontan larga espera para vacunas, dudas sobre equidad en la distribución

Estadounidenses, británicos y canadienses se arremangan para recibir la vacuna del coronavirus y el camino para salir de la pandemia parece claro para muchos en Occidente, aunque el despliegue requiera muchos meses. Pero para los países más pobres, la senda será mucho más larga y difícil, refleja este martes la agencia Associated Press.

La ambiciosa iniciativa conocida como COVAX, creada para asegurar que todo el mundo tiene acceso a las vacunas contra el coronavirus, sólo ha conseguido una parte de los 2 000 millones de dosis que espera comprar en el próximo año, aún no ha confirmado contratos concretos para distribuir vacunas y está corta de efectivo.

El virus que ha matado a más de 1.6 millones de personas ha puesto sobre la mesa las enormes desigualdades entre países. A menudo, los sistemas sanitarios frágiles y las economías más pequeñas sufrieron golpes más acusados.

COVAX es un proyecto de la Organización Mundial de la Salud, la alianza de vacunas GAVI y CEPI, una coalición global para combatir epidemias. Su objetivo es evitar la estampida internacional por las vacunas registrada en crisis anteriores, un fenómeno que reforzaría esos desequilibrios.

Pero ahora, algunos expertos dicen que las posibilidades de que las vacunas contra el coronavirus se repartan de forma justa entre los países ricos y los demás se están desvaneciendo con rapidez.

El suministro de vacunas es limitado en este momento, de modo que los países desarrollados, algunos de los cuales ayudaron a financiar la investigación con dinero de los contribuyentes, están bajo una enorme presión para proteger a su población y compran muchas dosis. Mientras tanto, algunos países más pobres que hicieron causa común están buscando alternativas porque temen que el proyecto COVAX no cumpla sus objetivos.

“Son matemáticas sencillas”, dijo Arnaud Bernaert, responsable de salud global en el Foro Económico Mundial. De las aproximadamente 12 000 millones de dosis que se espera produzca la industria farmacéutica el año que viene, unos 9 000 millones de inyecciones han sido reservadas ya por países ricos.

“COVAX no se ha asegurado dosis suficientes, y por la forma en la que podrían desarrollarse los acontecimientos, probablemente solo consiga esas dosis bastante tarde”, añadió.

Por ahora, el único acuerdo confirmado y legalmente vinculante de COVAX es por hasta 200 millones de dosis, aunque incluye una opción de encargar varias veces esa cantidad en dosis adicionales, indicó el portavoz de GAVI James Fulker. La institución tiene acuerdos para otros 500 millones de dosis, pero no son legalmente vinculantes.

Los 200 millones de dosis se han encargado al Serum Institute of India, la empresa que probablemente fabricará gran parte de las inyecciones contra el coronavirus para el mundo en desarrollo. Su director general, Adar Poonawalla, dijo haber confirmado dos pedidos de 100 millones de dosis, uno de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, y otra de la de Novovax.

“No tenemos nada más por escrito”, dijo a The Associated Press. “Si quieren más, tendrán que hacer más pedidos”.

La falta de compromiso de COVAX, señaló, supondrá una espera mucho más larga para la gente en países en desarrollo. Poonawalla también indicó que la máxima prioridad de su empresa será producir pedidos para India, que ha sugerido que quiere al menos 300 millones de vacunas. Es probable que India no pueda procesar todas a la vez, pero un gran pedido podría demorar la distribución de vacunas para otros países en desarrollo, indicó el directivo.

Cuando se le preguntó el martes por qué solo se habían encargado 200 millones de vacunas al Serum Institute para COVAX, el doctor Bruce Aylward, de la OMS, dijo que se pondrían en contacto con la compañía “para asegurarnos de que tienen las garantías que necesitan”. El Serum Institute, señaló, es “absolutamente crucial para el suministro de muchas vacunas”.

Otro factor que podría alargar más el proceso es que ni la vacuna de AstraZeneca ni la de Novovax han recibido aún la autorización de ninguna agencia reguladora, y cualquier medicamento distribuido por COVAX probablemente requeriría la autorización de la OMS. COVAX no tiene suministros de las dos vacunas que parecen más efectivas por ahora, la de Pfizer-BioNTech y la de Moderna.

Gran Bretaña ya ha empezado a administrar la vacuna de Pfizer, y Estados Unidos y Canadá lo harán esta semana. Algunos países del Golfo Pérsico la han autorizado también.

Aun así, GAVI dijo que su objetivo es “empezar a distribuir vacunas seguras y eficaces a (los países miembros de) COVAX entre el primer y segundo trimestres del año”.

Incluso teniendo las vacunas, organizar la distribución llevará meses, incluso en países ricos, y muchas naciones en desarrollo afrontan desafíos logísticos considerables que aumentarán la demora, señaló el doctor Gagandeep Kang, experto en enfermedades infecciosas de la Facultad Cristiana de Medicina en Vellore, en el sur de India.

Miembros destacados de la OMS han reconocido en privado que los intentos de conseguir distribución justa de la vacuna a través de COVAX tienen problemas, pese a los elogios públicos a su éxito.

“En su mayoría, toda la llamada a la solidaridad global se ha perdido”, dijo la doctora Katherine O’Brien, responsable de vacunas de la OMS, durante una conversación interna reciente de la que AP obtuvo una grabación.

Cuando se le pidió que aclarase sus comentarios, O’Brien indicó en un email que “todos los países deben tener acceso a vacunas contra el COVID-19, tan pronto como sea posible”.

Para aumentar las complicaciones, O’Brien indicó en una conferencia de prensa este mes que a COVAX aún le faltan 5 000 millones de dólares para comprar las dosis que espera conseguir el año que viene.

Según un reporte de GAVI publicado antes de una reunión esta semana, la propia alianza concluyó que el riesgo de que COVAX fracase es “muy alto”, indicando que se “formó en un tiempo récord y tiene que moverse en territorio desconocido”.

Pero John Nkengasong, director de los Centros Africanos de Control y Prevención de Enfermedades, criticó a los países occidentales por acaparar el suministro global de vacunas “por encima de sus necesidades, mientras nosotros en África seguimos teniendo problemas con el (programa) COVAX”.

Sin certezas sobre qué vacunas funcionarían mejor, los Gobiernos se esforzaron por firmar diferentes acuerdos en los últimos meses que garantizaran a sus ciudadanos al menos algunas vacunas contra la COVID-19. Canadá, por ejemplo, compró casi 300 millones de vacunas, suficiente para cubrir unas cinco veces a su población de 38 millones de personas.

Nkengasong describió como “un problema moral” la idea de que los países ricos se vacunaran mientras los africanos se quedaban al margen.

Más allá de la ética, los expertos señalan que si no se protege a la gente en el mundo en desarrollo, el coronavirus mantendrá una reserva que podría provocar nuevos brotes en cualquier momento.

Entre los temores porque COVAX no logre sus objetivos, algunos países en desarrollo han abandonado el proyecto o buscan sus propios acuerdos privados. La pequeña nación insular de Palau, en el Pacífico, anunció este mes que dejaba la iniciativa y recibiría vacunas donadas de Estados Unidos. Otros países de ingresos bajos o medios, como Malasia, Perú y Bangladesh, se han mantenido en la plataforma pero han firmado sus propios acuerdos con farmacéuticas a modo de plan B.

Anban Pillay, del Ministerio Sudafricano de Salud, dijo que unirse a COVAX es solo una medida de contención mientras se firman acuerdos bilaterales con empresas farmacéuticas.

Kate Elder, asesora de política de vacunas en Médicos Sin Fronteras, señaló que “cada vez parece más claro que se ha perdido la oportunidad de una distribución equitativa de la vacuna”, y que GAVI, la OMS y otros deben hablar sobre cómo aumentar la fabricación de vacunas.

Para conseguirlo, Sudáfrica e India han pedido a la Organización Mundial de Salud que levante algunas cláusulas sobre derechos de propiedad intelectual para facilitar que los fabricantes en países pobres hagan medicamentos y vacunas contra la COVID-19. Pero muchos países ricos son reacios a hacerlo.

Conforme más países occidentales autorizan las vacunas, “la diferencia entre la gente que se vacuna en países ricos y la falta de cualquier vacuna para el mundo en desarrollo se volverá bastante dramática”, dijo Anna Marriott, directora de política de salud en Oxfam. “Y eso solo alargará la pandemia”.

Cineasta Oliver Stone se aplicó vacuna rusa Sputnik

El cineasta Oliver Stone firmó la petición en línea para entregar el Nobel de la Paz a la brigada médica cubana Henry Reeve

El cineasta Oliver Stone fue uno de los firmantes de la petición en línea para entregar el Nobel de la Paz a la brigada médica cubana Henry Reeve.

El cineasta estadounidense Oliver Stone se aplicó la vacuna rusa Sputnik V. “Me di la vacuna hace algunos días”, dijo en una entrevista con la emisora rusa Canal 1.

“Escuché hablar bien de la vacuna”, agregó el cineasta, de 74 años, quien realiza una gira por las centrales nucleares rusas para su próximo documental sobre el cambio climático.

Stone reveló que su intención es regresar a Rusia para recibir la segunda dosis. “Estoy pleno de esperanza y creo que vuestra vacuna andará bien”, aseveró.

“No entiendo por qué motivo es ignorada por Occidente. Estados Unidos en su mayoría considera enemigos a Rusia y a China”, concluyó el director de filmes como Platoon, Wall Street y JFK.

(Con información de agencias)