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VALIENTES: Los hermanos de la CUJAE que son voluntarios en la lucha contra la COVID-19

María Carla Castillo y Carlos Darío Castillo, hermanos y estudiantes de la CUJAE. Foto: Naturaleza Secreta.

 María Carla Castillo y Carlos Darío Castillo son otros de los miles de rostros de valientes que por estos días hemos conocido desde las páginas de Cubadebate. Ambos son hermanos y a la vez estudiantes de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (CUJAE) y graduados antes del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Vladimir Ilich Lenin, ella de la graduación 41 y él de la 44.

Por estos días, trabajan como voluntarios en el Hospital Clínico Quirúrgico Docente Salvador Allende en La Habana, conocido también como “La Covadonga”. Y es que María Carla y Carlos Darío no solo se parecen en sus nombres y en su composición genética, también en su actitud ante la vida.

Escucharlos es un enorme privilegio:

“Nos ofrecimos como voluntarios para venir y ayudar aquí en los hospitales en el combate a la #COVID-19, la verdad es que nosotros queremos que toda esta situación se acabe y sí nosotros podemos ayudar, mejor todavía”, asegura Carlos Darío.

Su hermana María Carla dice: “Yo creo que si ante esta pandemia fueran nuestros padres o abuelos los menos vulnerables, ellos se hubieran ofrecido de primero, entonces, yo tengo que también pensar en ellos, no solo en mi familia, sino en la familia de las amistades, de todo el mundo, de todas las personas mayores. Si somos nosotros los que podemos aportar, antes estando en la casa y ahora viniendo a los hospitales, pues venimos, por eso nosotros nos brindamos, porque pensamos que sí podemos ayudar mucho”.

María Carla Castillo y Carlos Darío Castillo, hermanos y estudiantes de la CUJAE. Foto: Naturaleza Secreta.

Durante su estancia en este hospital, ambos realizan diversas actividades. Carlos Darío es responsable de la limpieza del pasillo y las habitaciones de los pacientes, mientras que su hermana es la pantrista.

“Nosotros tenemos varios horarios, el desayuno que es a las ocho de la mañana, la merienda a las diez, después tenemos el almuerzo, después otra merienda y después la comida. Hay una pantrista que prepara la comida y la pone en los carritos y entonces yo me encargo de ir cuarto por cuarto a llevarla a los pacientes. Me tengo que vestir, ponerme todas las protecciones, después llevo la de los trabajadores, y luego paso y recojo las bandejas… no puedo descansar. Parece una tarea ligera; pero lleva mucha tensión y estas en espera de que te llamen, no puedo descansar hasta que termine", cuenta la joven.

En quinto año de la carrera, la joven asegura haber avanzado gran parte de su tesis. "Me queda terminar el capítulo dos, hacer el tres y realmente tengo pensado hacerlo en los quince días de aislamiento", explica María Carla.

En casa dejaron a sus abuelos y a su madre, quien también es profesora de la CUJAE y está muy contenta de que sus hijos den este paso por la solidaridad.

(Tomado del Sitio en Facebook de Mundo Latino)