Las máximas autoridades del gobierno y la Salud Pública en Cuba han recomendado quedarse en casa si no resulta imprescindible salir a la calle, una estrategia que está encaminada a frenar la propagación de la COVID-19 en el país.
Si solo salen de casa los que realmente aportan al funcionamiento de la economía, quienes resultan imprescindibles para el desarrollo de una actividad, o necesitan suministros de alimentos o medicinas, disminuiría la cifra de personas circulando por las calles, tomando el transporte público y, en definitiva, siendo posibles focos de la COVID-19.