A pesar de ganar los dos primeros sets de manera convinente, otra vez el equipo cubano se desmoronó. Foto: FIVB.
Luego de dominar con firmeza los dos primeros parciales en su decisivo choque ante Canadá, el equipo masculino cubano de voleibol cayó en las tres mangas siguientes y prácticamente se despidió de sus opciones de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio.
Ahora la única opción de los cubanos para hacerse con el último boleto que reparte la región de Norte, Centroamérica y el Caribe implica el milagro de una derrota de los norteños este domingo ante Puerto Rico. Si eso sucede y Cuba vence a México abriría de nuevo las puertas de un torneo que los dirigidos por Nicolás Vives tuvieron prácticamente a un set de distancia. Pero visto lo visto, ese escenario parece mera ficción.
En el choque que sí debían ganar, los criollos dominaron con relativa facilidad los dos primeros parciales y en definitiva se los llevaron con idéntico marcador de 25-22.
Sin embargo, en el tercero los canadienses aprovecharon la combinación de su empuje con varias imprecisiones en el juego antillano y vencieron con desproporcionado 25-12. Ese período significó el principio del fin para la hasta entonces cohesionada escuadra criolla.
El cuarto parcial siguió un guion muy similar y Cuba tampoco logró mantener ni su nivel de juego ni su concentración, una realidad que extendió el repunte canadiense en todos los aspectos de juego.
En definitiva el 25-21 a favor de los locales llevó el match hasta el tie break y allí hubo poco que hacer. Marcador de 15-9 a favor de los de casa demostró que es la estabilidad durante los partidos el principal escollo del voleibol masculino cubano en la actualidad. Incluso los nuestros salieron delante 1-4m pero esa tampoco fue una ventaja que lograron mantener.
El dominio de los locales fue tal que terminaron por encima de Cuba en todos los indicadores de juego. No obstante, sus 19 bloqueos frente a solo ocho de los antillanos aportaron una considerable diferencia en el marcador. Asimismo, los 33 errores no forzados de los caribeños tampoco son números para desestimar.
Individualmente, otra vez el auxiliar Marlon Yant llevó el peso ofensivo por los nuestros y consiguió 14 puntos, escoltado por los 13 de Osniel Melgarejo y los once del opuesto Miguel Ángel López. Como saldo negativo aparece solo un bloqueo efectivo para el extraclase Robertlandy Simón, mientras que los jugadores de la banca apenas aportaron ocho tantos.
Para un equipo que tiene a sus regulares con buenos rendimientos en ligas de cierta calidad en América, ya no parece válido el argumento de la juventud, la inexperiencia y la falta de fogueo para enfrentar torneos de primer nivel.
Ciertamente el equipo nacional es uno de los de menos horas de juego o presencia en eventos de envergadura, pero ahora sí tiene hombres adaptados a la presión y listos para asumir el peso de una selección, justo como muchos de ellos hacen en sus respectivos clubes.
Aun cuando la derrota y la casi segura pérdida de la clasificación olímpica duelen —sobre todo porque los sets iniciales demostraron el nivel de juego que puede alcanzar el equipo cubano—, lo más preocupante radica en la inestabilidad vista una y otra vez dentro de un mismo partido.
Es un problema cada día más tradicional dentro del voleibol cubano, pero que requiere una solución inmediata si verdaderamente aspiramos a consolidar un rendimiento y no esperar por la suerte o el golpe de efecto de un buen día. Hasta tanto, solo resta trabajo y análisis para mejorar el rumbo de un equipo que puede y debe consolidarse.